Tito Livio: Vida, Obra y Legado Historiográfico de Roma Antigua

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La Vida y Obra Monumental de Tito Livio

La vida de Tito Livio fue muy tranquila y solo se vio alterada por la progresiva publicación de la única obra que escribió durante más de cuarenta años: Ab Urbe condita (Desde la fundación de la ciudad). Esta monumental creación, originalmente compuesta por 142 libros de los que nos quedan 135, pretendía narrar la historia interior y exterior de Roma desde su fundación hasta la muerte de Augusto (753 a. C. - 14 d. C.). Sin embargo, Livio falleció en el año 9 d. C. y no pudo completar su ambicioso proyecto. Afortunadamente, contamos también con unos resúmenes (periochae) de toda la obra, elaborados en el siglo IV d. C., que nos permiten tener una visión general de los libros perdidos.

Fuentes y Método Historiográfico de Tito Livio

Tito Livio es reconocido como un historiador de gabinete, lo que significa que nunca viajó ni conoció directamente los escenarios donde tuvieron lugar los hechos que relata. Su método historiográfico consistía en la lectura exhaustiva de las obras de sus predecesores. De entre ellas, elegía la que le parecía más verosímil o, en ocasiones, transcribía varias cuando no encontraba una que le convenciera más que otra. Para cada etapa histórica, se dejó guiar por el historiador que le mereció mayor confianza, complementando las lagunas con otros autores.

Es importante señalar que no siempre seleccionó las fuentes más fiables, por lo que la credibilidad de Livio a menudo depende de la seriedad de sus propios referentes, la mayoría de los cuales, con la notable excepción de Polibio, son inaccesibles en la actualidad. Livio utilizó muy pocas veces documentos públicos y nunca los personales, consciente de la poca seriedad de estos últimos y de su discutible valor histórico.

No obstante, en lo que respecta a los hechos más antiguos —como la fundación de la ciudad y la época monárquica—, Livio siguió fielmente la tradición. En aquella época, no hacerlo se consideraba casi un atentado contra la majestad del Estado romano. De hecho, los romanos, en un principio, se entusiasmaron con los mitos griegos y los amalgamaron con los autóctonos, formando una tradición en la que la distinción entre lo falso y lo verdadero carecía de sentido. Tito Livio aceptó esta tradición y, para imponerla, intentó hacerla verosímil, suprimiendo las contradicciones internas más flagrantes y construyendo así una obra cerrada y armónica que se puede aceptar o rechazar en bloque.

Propósito y Filosofía Histórica de Livio

Según el propio Livio, su principal objetivo era superar a sus predecesores, a quienes consideraba faltos de técnica literaria, y mostrar cómo Roma había caído en una profunda degeneración moral. De este modo, Livio se asoció al movimiento promovido por el emperador Augusto a favor de la regeneración moral y cívica de Roma, un movimiento basado en la recuperación de los antiguos valores religiosos, morales y patrióticos.

La obra de Tito Livio no buscaba defender intereses personales o de partido, adular el orgullo de una familia ilustre, ni abogar por el Senado o por la plebe. Su propósito era, en cambio, servir a la patria entera y contribuir a su regeneración moral, presentando un modelo de virtud y un espejo de los errores pasados.

El Estilo Literario de Tito Livio

Livio no se limitaba a narrar los hechos de forma escueta, sino que profundizaba en las costumbres, el carácter y la vida de los protagonistas, siempre con un estilo novelístico y otorgando gran importancia a la forma, no solo al contenido. Es conocido por el uso abundante de discursos inventados —se conservan más de cuatrocientos en la parte que nos ha llegado de su obra— que pone en boca de sus personajes, convirtiéndolos en consumados oradores.

Estos discursos buscan ser verosímiles desde el punto de vista histórico o psicológico, y contienen los argumentos que Livio suponía que cada personaje tendría en aquel momento, de acuerdo con su carácter y las circunstancias. Siguiendo la tradición de Isócrates, Tito Livio pretendía crear, como historiador, una obra artística emparentada con la poesía por su estilo y por la manera de tratar la materia histórica. Para lograrlo, demostró una clara inclinación por los episodios de eficacia emocional, así como por los discursos y la profunda caracterización de los personajes a través de sus acciones y palabras.

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