Tipos de Cáncer: Origen Celular, Causas y Características

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El Cáncer: Origen Celular y Mecanismos

Un papel de los cromosomas es aquel que se relaciona con el control del ciclo celular, fenómeno ya visto en el resumen de materia previo a este. El extremo de los telómeros del cromosoma se va acortando imperceptiblemente tras cada división de la célula (se pierden entre 100 a 200 nucleótidos del extremo) debido a la incapacidad de la ADN polimerasa de duplicar estos extremos, lo que resulta ser un verdadero contador de divisiones, ya que al llegar a un acortamiento límite, la célula deja de dividirse, pudiendo provocar que entren a un estado de células quiescentes (células maduras o terminales que no se vuelven a dividir) o convertirlas en candidatas a la apoptosis inducida por la proteína p53.

Se ha puesto en evidencia la existencia de una enzima, la telomerasa, que es una nucleoproteína formada por ARN unido a proteínas, cuya función es bloquear el acortamiento de los cromosomas, con lo cual se evita este contador de divisiones y, por lo tanto, permite mitosis indefinidas de la célula. Ello ocurre de manera normal en células embrionarias que deben dividirse intensamente para formar al nuevo individuo. La ausencia de la telomerasa, inducida por experimentación en ratones, provoca envejecimiento prematuro con disminución del tiempo de vida de estos animales, así como dificultades de cicatrización, debido a que el acortamiento de los telómeros, ahora de manera anómala por ausencia de la telomerasa, induce a dificultades para la reproducción celular. También ello puede conducir a mutaciones en el ADN por errores estructurales de los cromosomas al acortarse que eventualmente podrían desatar la acción de la p53 (apoptótica), eliminando células antes del tiempo previsto para la duración de la vida de estas células. En el caso inverso, un exceso de telomerasa que lleve a conservar de manera anormal la división de la célula en el tiempo, podría llevar a un proceso neoplásico (canceroso) por alteración anómala del ciclo celular, aunque en este caso ello debiera ir acompañado por una alteración del Gen Tumoral Supresor responsable de la síntesis de la p53 (véase el resumen de Núcleo) que no permitiría eliminar a estas células tumorogenéticas.

Tipos de Cáncer

Cáncer de Piel

Es una enfermedad en la que se encuentran células cancerosas en las capas exteriores de la piel llamada epidermis.
La epidermis contiene tres clases de células: células planas en forma de escamas en la superficie llamadas células escamosas; células redondas llamadas células basales y unas células llamadas melanocitos, que le dan el color a la piel, mientras que la capa interna de la piel se llama dermis. Esta capa es más gruesa y contiene vasos sanguíneos, nervios y glándulas sudoríparas.

Los cánceres de la piel algunas veces se clasifican como melanoma o no melanoma. El carcinoma de células basales y el carcinoma escamocelular son los cánceres de piel no melanoma más comunes. Otros cánceres de piel no melanomas son el sarcoma de Kaposi, el carcinoma de las células de Merkel y el linfoma cutáneo.

El cáncer de tipo "no melanoma" es el más frecuente y se denomina así porque se forma a partir de otras células de la piel que no son los melanocitos y dentro de este tipo se encuentran todos los cánceres de piel, menos el melanoma maligno que es menos frecuente y más peligroso.
El melanoma es el tipo más serio de cáncer de piel. Con frecuencia, el primer signo de un melanoma es un cambio de tamaño, forma, color o textura de un lunar. La mayoría de los melanomas tienen un área negra o negra azulada.
El melanoma también puede aparecer como un lunar nuevo. Puede ser negro, anormal o "de aspecto desagradable". Si un melanoma no se extirpa en sus etapas iniciales, las células cancerosas pueden crecer hacia adentro, debajo de la superficie de la piel, e invadir tejidos sanos.

Cáncer de Mama

Una nueva investigación realizada por científicos del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona y que publicarán a finales de mes en la revista Cancer Research, demuestra que las personas que tienen el gen BRCA1 (encargado de equilibrar los niveles de progesterona en el organismo) mutado, al no disponer de este regulador hormonal, tienen mucho más riesgo de padecer una proliferación celular desmesurada y, por lo tanto, de desarrollar la enfermedad.

Cáncer de Colon

El cáncer de colon, también llamado cáncer colorrectal, incluye cualquier tipo de cáncer o neoplasia del colon, recto y apéndice.
Se ha sabido e investigado que la mayoría de los casos de cáncer colorrectal se originan a partir de un pólipo adenomatoso en el colon.
Los pólipos adenomatosos, o adenomas colorrectales, constituyen una familia de neoplasias mucosas con diversidad de apariencia externa, pero que comparten características genéticas, fenotípicas y evolutivas esenciales.
Estos crecimientos celulares en forma de hongo son usualmente benignos, pero de vez en cuando se vuelven malignos con el tiempo si no son tratados. En la mayoría de los casos, el diagnóstico del cáncer localizado se realiza mediante colonoscopia. El tratamiento es generalmente quirúrgico y, en muchos casos, es seguido por quimioterapia.

Cáncer de Útero

Existen muchos tipos de cáncer de útero.
El tipo más común comienza en el endometrio, la membrana o revestimiento interno que recubre el útero.
Este tipo de cáncer a veces se denomina cáncer de endometrio.
El cáncer de endometrio es distinto al cáncer de cuello uterino y al cáncer del músculo del útero, llamado sarcoma.

Cáncer de Ovario y Quiste Ovárico

Los ovarios tienen un recubrimiento formado por células epiteliales. La inmensa mayoría de los cánceres de ovario surgen de la transformación maligna de estas células.
El cáncer de ovario representa aproximadamente el 4% de los tumores que afectan a la mujer y actualmente, se desconoce cómo y por qué aparece el cáncer de ovario. Se conocen diversos factores hormonales y reproductivos que pueden favorecer su aparición, como la infertilidad o un número reducido de embarazos.
Los factores genéticos son determinantes solo en un 10-15% de los casos. En estos casos, se asocian el cáncer de mama y el de ovario en una misma familia o, incluso, en una misma persona.
Los quistes en el ovario son tumores benignos que suelen desaparecer de manera espontánea. En caso de que persistan o crezcan, el médico puede extirparlos.
Hay tres tipos fundamentales de tumores malignos. Los que se forman en la superficie del ovario se denominan carcinoma epitelial y son los más comunes.
También, aunque de manera mucho menos frecuente, pueden presentarse casos de cáncer en las células que producen los óvulos y en los tejidos que rodean al ovario.

Las metástasis más comunes en el cáncer de ovario se producen en el peritoneo, que es la membrana que recubre los intestinos.
En estos casos se produce ascitis (acumulación de líquido en el abdomen), mientras que si llegan al sistema sanguíneo o linfático, las células cancerígenas pueden viajar por todo el cuerpo, lo que aumenta las posibilidades de metástasis en otras partes del cuerpo.

Cáncer de Próstata

El cáncer de próstata es una enfermedad en la que el cáncer se desarrolla en la próstata. Esta es la glándula sexual masculina encargada de producir el semen. Tiene el tamaño de una nuez y se encuentra debajo de la vejiga, rodeando la uretra.
El cáncer se produce cuando células de la próstata mutan y comienzan a multiplicarse descontroladamente.
Estas células podrían propagarse (metástasis) desde la próstata, especialmente a los huesos y los ganglios linfáticos.

El cáncer de próstata puede causar dolor, micción dificultosa, disfunción eréctil, entre otros síntomas. Asimismo, el cáncer de próstata se caracteriza por evolucionar de forma muy lenta.
Esta enfermedad solo afecta a varones y se desarrolla más frecuentemente en individuos mayores de 50 años, aunque últimamente también se han visto casos en edades más tempranas.
Muchos hombres que desarrollan cáncer de próstata nunca presentan síntomas ni son sometidos a terapia, por lo que una detección temprana del cáncer es decisiva, pues las modalidades de prevención primaria conocidas son insuficientes para eliminar el riesgo de contraer esta afección.

Cáncer de Pulmón

El cáncer de pulmón consiste en un crecimiento anormal de las células del pulmón. La enfermedad se produce habitualmente en las paredes internas de los bronquios y, al crecer, puede obstruir el paso del aire y alterar la respiración. Por este motivo, produce generalmente falta de aire, ahogo y fatiga.
Existen tres tipos principales de cáncer de pulmón:

  • El cáncer de células no pequeñas o no microcítico, también llamado broncogénico, generalmente crece y se extiende más lentamente que otras formas de cáncer de pulmón.
  • El cáncer de células pequeñas o microcítico generalmente crece y se extiende más rápidamente y tiene más posibilidades de extenderse a otros órganos del cuerpo.
  • Finalmente, el carcinoma mixto posee tanto células grandes como pequeñas, aunque este tipo de cáncer de pulmón es el más infrecuente de los tres.

Carcinoma Microcítico Pulmonar (Cáncer Broncogénico de Células Pequeñas)

El carcinoma microcítico pulmonar o cáncer broncogénico de células pequeñas es un tipo de cáncer pulmonar (ver cáncer de pulmón) de crecimiento rápido, que tiende a diseminarse mucho más rápidamente que el cáncer pulmonar de células no pequeñas. El cáncer pulmonar de células pequeñas o carcinoma microcítico de pulmón generalmente comienza en los bronquios, en el centro del tórax, y crece rápidamente formando grandes masas de células cancerígenas o tumores. Puede diseminarse produciendo metástasis con celeridad a otras partes del cuerpo, incluyendo el cerebro, el hígado y los huesos. Característicamente, invade el mediastino y produce con mayor frecuencia el síndrome de la vena cava superior. Las células de este tipo de cáncer a menudo se describen como "oat cell" (células de avena) por su apariencia. En segundo lugar, puede asociarse a linfomas.
Aproximadamente el quince por ciento de todos los casos de cáncer pulmonar son cáncer pulmonar de células pequeñas o carcinoma microcítico de pulmón. Casi siempre es causado por el consumo excesivo de cigarrillo, aunque existen casos en personas que nunca han fumado.
Asimismo, este tipo de cáncer es un poco más común en los hombres que en las mujeres.

Cáncer de Garganta, Laringe o Supraglótico

El cáncer de garganta, laringe o supraglótico es una lesión que afecta las cuerdas vocales y/o las zonas cercanas a estas (como la faringe). En dicho lugar, las células cancerosas pueden formar un bulto o tumoración, afectando una o ambas cuerdas vocales y produciendo disfonía al impedir su vibración normal. La laringe es un pasaje corto en forma de triángulo que se encuentra justo debajo de la faringe, en el cuello.
Dentro de los tipos de cáncer de garganta, laringe o supraglótico, existen tumores benignos y malignos. Evidentemente, los más preocupantes son los malignos debido a su peligrosidad.
En general, los más predispuestos al cáncer de garganta, laringe o supraglótico son los pacientes fumadores y bebedores. Dichos hábitos pueden transformar las células de la garganta, laringe o supraglótico en células cancerosas.

Cáncer de Testículo

Consiste en un cáncer que se desarrolla en uno o ambos testículos. Más del 90 por ciento de los cánceres de testículo se desarrollan a partir de las llamadas “células germinativas”.
Dentro de este tipo de cánceres, existen 2 subtipos principales: seminomas y no seminomas.
La mayoría de los cánceres de células germinativas testiculares comienzan como una forma no invasiva (solo afecta a la superficie del testículo en sí) llamada carcinoma in situ.
Aproximadamente unos cinco años después, este carcinoma puede degenerar en la forma invasiva, penetrando en los tejidos adyacentes y propagándose a otras partes del cuerpo.

Cáncer de Estómago o Gástrico

El cáncer de estómago, también llamado cáncer gástrico, es un tipo de afección producida por la proliferación incontrolada de células neoplásicas o células cancerosas con capacidad de invasión y destrucción de otros tejidos y órganos, en particular el esófago y el intestino delgado.
Asimismo, en su forma metastásica, las células tumorales pueden infiltrarse en los vasos linfáticos de los tejidos y diseminarse a los ganglios linfáticos, pudiendo incluso penetrar en la circulación sanguínea, por lo cual queda virtualmente abierto el camino a cualquier órgano del cuerpo.
A veces, el cáncer puede encontrarse en el estómago durante mucho tiempo y crecer considerablemente antes de que cause síntomas. Sin embargo, en las etapas iniciales del cáncer de estómago, el paciente podría sufrir indigestión y malestar estomacal, sentirse inflamado después de comer, tener náuseas leves, pérdida de apetito o acidez.
Por otra parte, en las etapas más avanzadas del cáncer de estómago, el paciente podría presentar sangre en las heces, vómito, pérdida de peso o dolor de estómago.

Cáncer de Páncreas o Pancreático

El cáncer de páncreas, también llamado cáncer pancreático, es una neoplasia casi siempre muy peligrosa. La mayoría son adenocarcinomas (tumor maligno), y con menor frecuencia, tumores neuroendocrinos pancreáticos como el insulinoma. Ambos se originan en la glándula pancreática y aún se desconoce la etiología y el mecanismo de carcinogénesis pancreática.
El cáncer de páncreas o pancreático es difícil de detectar anticipadamente, pues no causa síntomas de inmediato. Cuando los síntomas aparecen, suelen ser casi imperceptibles y pueden manifestarse como dolor en el abdomen y/o la espalda, coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia) y pérdida de peso sin razón aparente, acompañada de fatiga.
Debido a que el páncreas se oculta detrás de otros órganos, la afección no se puede ver ni palpar fácilmente, por lo que frecuentemente se detecta tardíamente.
Existen algunos factores de riesgo que pueden contribuir al desarrollo de cáncer de páncreas o pancreático, como fumar en exceso, la diabetes, la pancreatitis crónica y los trastornos hereditarios.

Leucemia y Leucosis (Cáncer de Sangre o Hematológico)

La leucemia o leucosis, también llamada cáncer de sangre o hematológico, es un grupo de enfermedades oncológicas originadas en la médula ósea que provocan un aumento incontrolado de leucocitos o glóbulos blancos clonales que suelen pasar a la sangre periférica o no.
En este proceso, las células sanguíneas inmaduras llamadas blastos proliferan reproduciéndose de manera incontrolada en la médula ósea. Estas se acumulan en la médula o pasan a la sangre, logrando reemplazar a las células normales.
La causa de la leucemia se desconoce en la mayoría de los casos. Está demostrado que no es un padecimiento hereditario o contagioso. Existen varios tipos de leucemias:

  • La leucemia mielógena crónica causa el crecimiento rápido de las células hematopoyéticas o precursoras mieloides en la médula ósea, la sangre periférica y los tejidos corporales.
  • La leucemia de células pilosas es una rara afección causada por la proliferación anormal de células, pudiendo llevar a bajos recuentos de células sanguíneas normales.
  • La leucemia linfocítica crónica causa un incremento lento en el número de linfocitos B en la médula ósea. Este tipo de leucemia es peligrosa, pues las células cancerosas se diseminan desde la médula hasta la sangre, pudiendo afectar a los ganglios linfáticos, así como a más órganos. Puede provocar insuficiencia de la médula ósea y/o debilidad del sistema inmunitario.
  • En la leucemia aguda, las células cancerosas se multiplican rápidamente y reemplazan las células normales. Estas células cancerosas toman el control de partes normales de la médula ósea, causando su insuficiencia. Una persona con leucemia linfocítica aguda tiene mayor probabilidad de sangrar y tener infecciones, dado que hay menos células sanguíneas normales.
  • Las personas con este tipo de cáncer tienen células anormales dentro de su médula ósea, las cuales crecen muy rápidamente y reemplazan a las células sanguíneas sanas. La médula ósea, que ayuda al cuerpo a combatir infecciones, finalmente deja de funcionar correctamente. Las personas con este tipo de leucemia se vuelven más propensas a infecciones y presentan un aumento del riesgo de sangrado, a medida que las cantidades de células sanguíneas sanas disminuyen.

Cáncer y Tumor Cerebral o Intracraneal

Un tumor cerebral es una masa dentro del cerebro cuyo origen está en el crecimiento descontrolado o proceso expansivo neoformativo de células derivadas, ya sean células anormales o componentes propiamente cerebrales, o bien provenientes de células tumorales localizadas en otras zonas del organismo (metástasis).
El tumor cerebral puede tener origen en alguna de las estructuras que contiene la cavidad craneal, como el parénquima encefálico, meninges, vasos sanguíneos, nervios craneales, glándulas, huesos y restos embrionarios.
Asimismo, se puede decir que un tumor puede causarle daño al cerebro de dos maneras: invadiendo tejidos vecinos (por ejemplo, mediante un tumor maligno que causa destrucción directa en las células cerebrales) o presionando (comprimiendo) otras áreas del cerebro debido a la inflamación por el crecimiento del tumor, produciendo un edema cerebral (hinchazón del cerebro) y un aumento de la presión intracraneal (la presión dentro del cráneo).
La clasificación de los tumores cerebrales depende del sitio exacto del tumor, del tipo de tejido involucrado, del comportamiento benigno o maligno del tumor y de otros factores.
El tumor cerebral primario es cualquier tumor que se origine en el cerebro. Los tumores se pueden localizar en un área pequeña. Se clasifican como invasivos si se propagan a áreas cercanas, benignos si no son cancerosos, o malignos si son cancerosos.

Cáncer de Hígado o Hepático

El cáncer de hígado o cáncer hepático es una afección oncológica en la que células del hígado, o células que se diseminan al hígado desde otras partes del cuerpo (metástasis), mutan transformándose en células cancerosas, multiplicándose y creciendo descontroladamente formando un tumor canceroso.
Cuando el cáncer se forma a partir de células del hígado, se llama también hepatoma maligno o carcinoma hepatocelular. Cuando el cáncer se forma a partir de la diseminación al hígado desde otra parte del cuerpo, se llama cáncer metastásico de hígado o hepático.
En niños muy pequeños, a veces se puede desarrollar una forma de cáncer de hígado poco frecuente que se conoce con el nombre de hepatoblastoma.
El hígado es el órgano que filtra las sustancias dañinas de la sangre, digiere las grasas de los alimentos y almacena el azúcar que el cuerpo necesita para obtener energía. Asimismo, al cumplir estas funciones, existen ocasiones en que hay factores de riesgo para contraer cáncer, como haber tenido hepatitis, cirrosis o cicatrización hepática, entre otros factores.
Se sabe que el sexo masculino y el haber tenido bajo peso al nacer también podrían ser factores de riesgo para contraer el cáncer de hígado o hepático; sin embargo, existe mucho por investigar al respecto.

Cáncer de Vejiga

El cáncer de vejiga se produce cuando se desarrollan células malignas que recubren el revestimiento de este órgano y se manifiesta en el cuerpo humano a través de alteraciones al orinar. Por ejemplo, si se siente dolor al orinar, lo hace de forma exageradamente frecuente o tiene sangre en la orina, en estos casos es recomendable dirigirse al médico y solicitar un examen urgente.
Sin embargo, estos síntomas no implican necesariamente que la persona tenga cáncer de vejiga. El único que puede determinar y diagnosticar esta afección es el médico especialista a través de los exámenes prescritos.
El cáncer de vejiga, como en el resto de los cánceres, implica una serie de células que mutan y crecen sin control, destruyendo otros tejidos del cuerpo. Dentro de este tipo de cáncer existen varios tipos, por ejemplo, tumores benignos o malignos.
Los benignos no son cancerígenos, ya que no se expanden a otros órganos y no son una grave amenaza para la vida. Los malignos sí son cancerígenos y pueden destruir órganos y células sanas, pudiendo introducirse en la sangre o en el sistema linfático para expandirse por el cuerpo.
Se ha demostrado que el cáncer de vejiga es tres veces más frecuente en el hombre que en la mujer. Sin embargo, este porcentaje ha ido fluctuando debido al hábito de fumar y a algunos químicos en el aire de las ciudades industrializadas.

Cáncer de Esófago o Esofágico

El cáncer de esófago o cáncer esofágico es una afección oncológica en la cual células cancerosas invaden los tejidos esofágicos produciendo una tumoración que causa el síntoma de la disfagia (dificultad al tragar) y, por ende, en el paso de alimentos y bebidas. Aunque también el cáncer de esófago puede producir dolor, pérdida de peso, etc.
Casi siempre, el cáncer de esófago se diagnostica por medio de biopsia (obtención de una pequeña muestra de tejido) después de realizar un examen de esofagoscopia con un tubo delgado llamado esofagoscopio que cuenta con una luz en el extremo, o por una radiografía especial llamada ingestión de bario.
Los tumores pequeños y localizados son generalmente tratados y extirpados quirúrgicamente, mientras que los tumores esofágicos más avanzados y más grandes requieren tratamientos más avanzados de quimioterapia, radioterapia o incluso una combinación de ambas terapias.
Las dos formas más comunes de cáncer de esófago son el carcinoma de células escamosas (cáncer que se forma en células escamosas) y el adenocarcinoma (cáncer que comienza en las células glandulares).

Cáncer Oral o Bucal (Lengua y Piso de Boca)

El cáncer oral o bucal de la lengua y piso de boca es una enfermedad oncológica en la cual células aparentemente normales mutan, convirtiéndose en células cancerosas escamosas o squamous cells malignas, las cuales se multiplican y propagan rápidamente formando tumoraciones e invadiendo el tejido sano.
El cáncer oral o bucal de la lengua y piso de boca puede estar alojado en la cavidad oral, que incluye:

  • Las dos terceras partes delanteras de la lengua
  • Las encías superiores e inferiores
  • El recubrimiento interior de las mejillas y los labios, llamada la mucosa bucal
  • El suelo de la boca debajo de la lengua
  • La parte superior ósea de la boca llamado paladar duro
  • El área pequeña situada detrás de las muelas del juicio llamado el trígono retromolar

Existen diferentes factores que inciden en la formación del cáncer oral o bucal de la lengua y piso de boca. Estos pueden ser fumar en exceso, ya que esta costumbre irrita las membranas mucosas de la boca debido al humo y al calor. El alcohol en exceso es otra actividad de alto riesgo asociada con este cáncer.
Asimismo, existen otros factores de incidencia como la higiene oral y dental deficiente, la irritación crónica causada, por ejemplo, por dientes ásperos, dentaduras postizas u obturaciones, leucoplasia o úlceras bucales, etc.
Por lo general, un examen de la boca realizado por el especialista médico u odontólogo revela esta lesión, ya que es visible y también palpable. Sin embargo, el diagnóstico de cáncer oral o bucal de la lengua y piso de boca se confirma con una biopsia de la lesión (biopsia de lengua, biopsia de encía, etc.) y posteriormente un examen microscópico.

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