Terencio y Séneca: Cumbres de la Comedia y Tragedia en Roma

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La Obra de Terencio

Títulos

Solo escribió las seis comedias que nos han llegado:

  • La adriana
  • La suegra
  • El que se atormenta a sí mismo
  • El eunuco
  • Formión
  • Los hermanos

Género y Estructura

Las comedias de Terencio son las fabulae palliatae, con total dependencia de los autores griegos. Sus obras nos han llegado precedidas cada una de una didascalia (información sobre la representación) y una períoca (resumen del argumento). Siguen un prólogo y cinco actos. Los prólogos son originales; en ellos se defiende de sus enemigos literarios que le acusan de:

  • Contaminatio: Hacer de dos obras griegas una sola latina.
  • Plagio: De autores latinos que habían imitado antes esas mismas obras griegas.
  • No paternidad de sus obras: Sugiriendo que nobles amigos eran los verdaderos autores.

Valor Literario, Contenido y Pervivencia

Terencio supera a Plauto en la técnica de la composición y la habilidad para ensamblar escenas y situaciones de forma coherente. Es también superior en la pintura de caracteres; por eso, en sus obras hay mucho más diálogo introspectivo y desarrollo psicológico. Los personajes, aunque arquetípicos (el joven enamorado, el esclavo astuto, el padre severo, etc.), se hallan inmersos en un clima de intención moral. Se preocupa por el comportamiento ético y las relaciones humanas.

Terencio escribe un latín puro y refinado, el sermo urbanus, considerado un modelo de elegancia lingüística. Los personajes hablan con este mismo nivel de lengua, a diferencia de la variedad de registros en Plauto. Terencio nunca fue especialmente popular entre el gran público de su época, que prefería la comicidad más directa de Plauto. Sin embargo, en la Edad Media y el Renacimiento alcanzó una fama superior a la de Plauto, siendo estudiado en las escuelas por su valor moral y estilístico.

La Tragedia en la Época Republicana

La tragedia literaria comienza en Roma después de la conquista de Tarento (sur de Italia) en el 272 a.C., hecho que supuso también la 'conquista' de Roma por la cultura griega. Se piensa que la tragedia no alcanzó en Roma la popularidad que lograron la comedia y otras formas escénicas más espectaculares (como los juegos circenses o el mimo). Solo nos quedan escasos fragmentos de las tragedias republicanas (de autores como Ennio, Pacuvio o Accio). Tuvo una larga vida en Roma, aunque con menor repercusión popular que la comedia.

La Tragedia Durante el Imperio: Séneca

Durante los primeros años del principado de Augusto se confirma la tendencia a la desaparición de la tragedia representada y de otras formas de drama literario con pretensiones escénicas. El paso del tiempo había generado cambios tanto en el estilo como en los gustos literarios. El público romano mostraba una clara preferencia por los espectáculos circenses, el anfiteatro y el mimo.

En el siglo I d.C., las tragedias se convierten fundamentalmente en un ejercicio literario, dedicado principalmente al recitado (recitatio) y la lectura en círculos literarios e intelectuales, más que a la representación teatral completa. La última representación conocida de una tragedia nueva tuvo lugar en el año 29 a.C., aunque tenemos noticias de una tragedia (Medea) del poeta Ovidio, posterior a esa fecha. Estas obras de la época augústea se han perdido completamente.

Resulta sorprendente que, precisamente, las únicas tragedias latinas que se nos han conservado completas (las nueve atribuidas a Lucio Anneo Séneca, el filósofo estoico) se sitúen en este periodo en el que su representación escénica había caído en desuso o era muy infrecuente. No se sabe exactamente qué lugar ocupan cronológicamente dentro de la vida de Séneca; generalmente se ha considerado que fueron escritas en su primera época, antes de su exilio o durante él.

Hay que decir que Séneca sigue la práctica habitual en el teatro latino (la contaminatio) y mezcla distintas fuentes griegas (principalmente Eurípides, pero también Sófocles y Esquilo) en una misma tragedia. Aunque sigue habitualmente las versiones tradicionales de los mitos, demuestra un gusto especial por los detalles truculentos, la violencia y la retórica efectista, por la desmesura en la expresión de los sentimientos y pasiones (el pathos), lo que lo aleja de la contención formal de la tragedia clásica griega. Sus personajes, a menudo dominados por pasiones extremas (ira, venganza, ambición), tienen un código de valores morales influido por la filosofía estoica (lucha entre la razón y la pasión, reflexión sobre la muerte, el destino y el poder), radicalmente distinto a los de los personajes de Eurípides.

Las tragedias de Séneca probablemente no tuvieron representación escénica en su época (o al menos no hay constancia fehaciente), pero ejercieron una influencia enorme en el desarrollo del teatro renacentista y barroco europeo (especialmente en Inglaterra, Francia e Italia).

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