La Tercera Guerra Servil: Espartaco, Craso y el Declive de la República Romana

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La Tercera Guerra Servil: La Revuelta de Espartaco (73-71 a. C.)

La Tercera Guerra Servil, también denominada por Plutarco como la Guerra de los Gladiadores o la Guerra de Espartaco, fue la última de una serie de revueltas de esclavos, sin éxito ni relación directa entre ellas, contra la República romana. Estas revueltas son conocidas en su conjunto como las Guerras Serviles o Guerras de los Esclavos.

La Tercera Guerra Servil fue la única que consiguió plantear una amenaza seria al núcleo de Roma, la provincia de Italia. Fue doblemente alarmante para el pueblo romano debido a los continuos éxitos de la creciente banda de esclavos rebeldes contra el ejército romano, entre los años 73 y 71 a. C. La revuelta fue aplastada finalmente en 71 a. C. por el esfuerzo militar concentrado de un solo comandante, Marco Licinio Craso, aunque los acontecimientos siguieron teniendo efectos indirectos significativos sobre la política romana en los años posteriores.

Origen y Desarrollo de la Insurrección

Entre 73 y 71 a. C., una banda de esclavos huidos deambuló por la provincia romana de Italia, asaltándola con relativa impunidad. Originalmente, este grupo era un pequeño cuadro de unos 70 gladiadores fugados, pero creció rápidamente hasta convertirse en una fuerza estimada de 120.000 hombres, mujeres y niños, bajo el mando de varios líderes, incluyendo el famoso gladiador y general Espartaco.

Los adultos capacitados de esta banda constituyeron una fuerza armada sorprendentemente efectiva que demostró repetidas veces su capacidad para resistir al ejército romano, enfrentándose exitosamente a:

  • Patrullas locales de Campania.
  • Milicias romanas.
  • Legiones cualificadas bajo mando consular.

Las fuentes clásicas ofrecen diferentes interpretaciones sobre los objetivos de los rebeldes:

  • Plutarco: Describió las acciones de los esclavos como un intento de escapar de sus amos y huir a través de la Galia Cisalpina.
  • Apiano y Floro: Retratan la revuelta como una guerra civil en la que los esclavos hicieron campaña con el objetivo de capturar la misma ciudad de Roma.

El Fin de la Revuelta: La Intervención de Craso

La creciente alarma en el Senado romano, provocada por los continuos éxitos militares de la banda de Espartaco y sus estragos contra las ciudades y los campos romanos, llevó finalmente a que Roma reuniera un ejército de ocho legiones bajo el liderazgo severo pero efectivo de Marco Licinio Craso.

La guerra concluyó en 71 a. C. El ejército de Espartaco, tras una larga y amarga retirada ante las legiones de Craso, se encontró acorralado al comprender que las legiones de Cneo Pompeyo Magno y Varro Lúculo estaban avanzando para encerrarlos. Ante esta situación desesperada, los ejércitos de Espartaco se lanzaron con toda su fuerza contra las legiones de Craso y fueron completamente aniquilados.

Consecuencias Políticas e Históricas

Aunque la Guerra de Espartaco es notable por derecho propio, la Tercera Guerra Servil fue significativa en la historia de la antigua Roma por su profundo efecto sobre las carreras políticas de Pompeyo y Craso.

Los dos generales utilizaron sus éxitos militares contra la revuelta para promocionar sus carreras políticas, aprovechándose de:

  1. El favor del pueblo romano.
  2. La amenaza implícita de sus legiones.

Esto les permitió influir decisivamente en su favor en las elecciones consulares de 70 a. C. Sus acciones posteriores como cónsules promovieron en gran medida la subversión de las instituciones políticas romanas y contribuyeron directamente a la transición final de la República romana al Imperio romano.

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