Teorías de la Victimología: Enfoque en los Estilos de Vida y Actividades Rutinarias
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LA TEORÍA DE LOS ESTILOS DE VIDA (Hindelang, Gottfredson y Garofalo 1978)
Por un lado, estos estilos de vida se ven determinados por todo lo anteriormente mencionado. Por otro lado, se relacionan, a su vez, con la probabilidad de sufrir una victimización en el futuro.
Esquema de lo anterior: características sociodemográficas → expectativas de rol y constreñimientos estructurales → (mediante adaptación) → estilos de vida → probabilidad de sufrir una victimización.
La tendencia a sufrir un delito depende de hasta qué punto un individuo puede construir él mismo un objeto de victimización, ofrecer una oportunidad a un potencial agresor.
Críticas:
- Lauristsen y sus colegas encontraron evidencia favorable a que los delincuentes, por sus estilos de vida, son también los que más delitos sufren (hasta el punto de que sugieren que la mejor forma de luchar contra la victimización es luchar contra la delincuencia), pero que una vez que se controlan los niveles de delincuencia y ciertos factores sociodemográficos, es difícil encontrar un estilo [de vida determinante].
- Asdigian y Finkhelor han señalado que la teoría falla porque no toma en consideración que características particulares de los individuos, independientes de sus estilos de vida, también son decisivas para el riesgo de victimización. Así, por ejemplo, sugieren que los delincuentes son también más agresivos y que por ello despiertan más fácilmente reacciones adversas en otras personas.
La teoría incorpora la perspectiva subjetiva del propio delincuente. Los autores igualmente consideran que la probabilidad de sufrir un delito también depende de estos tres factores de una persona, si bien también van ligados a los estilos de vida:
- La conveniencia: es conveniente para el delincuente buscar un lugar propicio donde la víctima no pueda defenderse.
- La deseabilidad: elegir víctimas según considere que es menos probable que presenten una denuncia.
- La vencibilidad: posibilidad que tenga la víctima de ofrecer resistencia al agresor.
La teoría señala que la oportunidad es un elemento clave para explicar y predecir la victimización, a la vez que no la reduce a la exposición.
LA TEORÍA DE LAS ACTIVIDADES RUTINARIAS (Cohen y Felson 1979)
Esta misma conexión entre Victimología y Criminología se puede apreciar también en esta teoría. La teoría se centra en la explicación de las tasas delictivas a lo largo del tiempo sobre todo. Las tasas de delincuencia han venido experimentando, al menos hasta hace muy poco, un aumento desde la Segunda Guerra Mundial. Las oportunidades para cometer delitos también lo han hecho (desde hace algo más de tiempo), por lo que se dice que esa es una de las principales razones por las que el delito había aumentado.
Este enfoque ofrece entonces una explicación plausible del aumento de los índices de criminalidad en diversos países desde hace décadas. Subraya la paradoja de que los mismos factores que contribuyen a que se pueda disfrutar de las ventajas que ofrece la vida moderna también favorecen la comisión de delitos.
Para que pueda producirse un delito es imprescindible que concurran a la vez tres circunstancias:
- La presencia de un ofensor, tanto con inclinaciones como con la habilidad de poner en práctica tales inclinaciones.
- Un objetivo apropiado, una posible víctima o una cosa, un objeto o bien propicio.
- La ausencia de guardianes capaces de prevenir las infracciones: policía, ciudadanos, vecinos...
Los cambios en las actividades rutinarias de los individuos han determinado el aumento de la delincuencia, puesto que se han traducido en que haya menos guardianes capaces y más objetivos apropiados; también se han traducido en una reducción de controles informales.
Las teorías de criminalidad/motivación (como la del control) y de las actividades rutinarias son prácticamente la misma teoría, solo que referidas a descripciones diferentes. A nivel abstracto, teorías sobre delincuentes y teorías sobre oportunidades ambas son posibles. En un plano concreto, el del evento delictivo concreto, motivación y oportunidad se refieren a diferentes descripciones de una misma cosa. Esto quiere decir que un delincuente motivado y un objeto apropiado (en el marco de la teoría de las actividades rutinarias), son elementos redundantes para una teoría en el sentido de que un delincuente solo puede estar motivado si percibe un objeto que pueda victimizar. Y es que las descripciones de un evento no son todas igual de completas ni tienen la misma capacidad explicativa.
Las tasas delictivas agregadas se ven influidas por:
- La proporción de la población que vive sola.
- La ocupación.
- La composición de la vivienda familiar.
- Las actividades que se realizan lejos de la casa familiar: trabajo, colegio, ocio...
- Las tasas de desempleo.
Estudios:
- Potchak y sus colegas realizaron un experimento en el que la hipótesis era que los delincuentes optarían por realizar los delitos que les exigieran menos esfuerzo, y que este sería menor según les obligara a desplazarse menor distancia desde sus casas hasta la oportunidad delictiva. La conclusión que sacaron es que la mayoría de los delincuentes ha viajado a oportunidades cercanas más que a oportunidades alejadas.
- R. Felson, con otro estudio, encontró que la mayoría de los hombres que tenían una vida nocturna activa eran testigos de más actos de violencia y que en más ocasiones se veían envueltos en actos violentos contra desconocidos.