Tendencias Narrativas en España: Del Tremendismo al Experimentalismo (1940-1970)

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La Narrativa Española desde 1940 hasta los Años 70

La Narrativa de la Década de 1930 y la Novela del Exilio

La novela de los años 30 había tendido hacia la rehumanización y el compromiso social. Se encuentra la literatura de Ramón J. Sender, Max Aub, Francisco Ayala y Rosa Chacel, quienes, al acabar la Guerra Civil, marchan al exilio por su apoyo a la República.

Novela de los Primeros Años de Posguerra

En la inmediata posguerra se hace evidente la ruptura de la natural evolución literaria. Así, la novela no puede enlazar con la narrativa social, prohibida por el franquismo. Solo hay casos excepcionales como Camilo José Cela, Carmen Laforet, Gonzalo Torrente Ballester y Miguel Delibes, que encarnan dos tendencias narrativas: la novela existencial y el tremendismo.

En 1942, La familia de Pascual Duarte, y en 1944, Nada, comparten el tono sombrío y existencial que contrasta con el triunfalismo o la actitud evasiva (de otras obras de la época). A estas nuevas voces se les unen poco después otras como la de Delibes y Ana María Matute; coinciden en reflejar el desolado mundo de la posguerra desde una perspectiva pesimista y existencial.

  • La novela existencial: Se convierte en uno de los temas fundamentales de la narrativa. La desorientación, la hostilidad de la vida y la angustia marcan los motivos de parte de la novela de estos años.
  • El tremendismo: Algunas novelas reflejan los aspectos más desagradables y brutales de la realidad. La familia de Pascual Duarte de Cela provoca una polémica en torno al tremendismo. Se le acusaba de deformar la realidad. Como un nuevo pícaro, Pascual Duarte narra su biografía para que entendamos cómo ha llegado a ser un condenado a muerte. La obra refleja un radical pesimismo cercano al existencialismo. Toda su obra refleja pesimismo ante el mundo y el ser humano. Su tono es distanciado y burlón.

Década de 1950: Contexto Social y Cultural

Con la Guerra Fría, España empieza a salir del aislamiento y se incorpora a algunos organismos internacionales. El incipiente desarrollo del turismo y la industria conlleva cierta recuperación económica y cambios en los estilos de vida, y aparecen actitudes críticas. Para muchos, La colmena de Cela es un precedente de la novela social con realismo; aparece reflejada la sociedad del momento.

A lo largo del decenio se dan a conocer toda una serie de escritores que, con una intención crítica, van a llevar a sus novelas como temas las injusticias y las desigualdades sociales. Como técnica narrativa, recurren al objetivismo o behaviorismo: el narrador desaparece.

Se distinguen dos tendencias:

  1. El neorrealismo: Se centra en los problemas del hombre como ser individual. Autores representativos son Ana María Matute, Ignacio Aldecoa (El fulgor y la sangre) y Rafael Sánchez Ferlosio (El Jarama).
  2. Novela social: Se centra en los problemas de los grupos sociales. Destacan Jesús Fernández Santos (Los bravos), Jesús López Pacheco (Central eléctrica), Juan García Hortelano (Nuevas amistades) y Alfonso López Salinas (La mina).

El tema de la novela es la propia sociedad española. El estilo de la novela realista es sencillo.

La Novela de los Años 70: Entre la Preocupación Social y el Experimentalismo

Durante la década de 1970 no se pierde la novela comprometida socialmente, aunque se detecta un cierto agotamiento de esta tendencia y una clara evolución hacia la experimentación y la renovación. Autores como Luis Goytisolo o Juan Goytisolo constituyen la avanzadilla de las nuevas tendencias. Los escritores españoles se dejan influir por los autores europeos o latinoamericanos.

Las novedades no afectan solo al argumento o la estructura, también a la ortografía, y es frecuente que se mezclen los géneros. Ya no se pretende solo denunciar la situación social, sino que la novela constituya un producto bello en sí mismo. La experimentación contribuye a esta finalidad con la introducción de otros elementos, como el perspectivismo argumental o los continuos saltos hacia atrás o hacia delante en el argumento.

Obras representativas de esta época son: Tiempo de silencio y Señas de identidad.

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