Tendencias y Autores Clave de la Novela Española: Siglos XX y XXI

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Evolución de la Novela Española: Del 98 a la Actualidad

La novela en la Generación del 98

La novela es el género más importante de cuantos cultivaron los miembros de este grupo. Además de la reflexión sobre el hombre y su destino, encontramos:

  • Azorín: La voluntad y Antonio Azorín
  • Valle-Inclán: Las sonatas y La guerra carlista

Las características comunes que presenta este grupo tan heterogéneo son las siguientes:

  • Se vuelven a plantear el problema de España, al igual que los autores del 98, aunque le dan un tratamiento más intelectual y preciso.
  • Desean que España se mire en el espejo de Europa para modernizarse. Para ello, estos intelectuales viajan frecuentemente y tratan de incorporar o divulgar los avances científicos o filosóficos que se producen.
  • Todos son universitarios con vocación política.
  • Comparten un estilo brillante y perfeccionista. Buscan la rigurosidad y la obra bien hecha.
  • Desvinculan el arte de la vida, y lo convierten en arte deshumanizado (denominación de Ortega y Gasset). Desarrollan una prosa de gran perfección formal.
  • Fusión de lo narrativo y lo ensayístico, supeditando la acción a la reflexión.
  • La narración se sustenta en elementos internos lingüísticos y estructurales más que en lo argumental.
  • El perspectivismo se impone al punto de vista omnisciente del narrador realista.
  • Deseos de originalidad.
  • Preferencia por la vida urbana y moderna.
  • Estilo tendente a la lentitud y a la digresión con cierta carga de retoricismo (subordinación, párrafos largos, recargamiento mediante metáforas y adjetivos ociosos).

Gabriel Miró (Alicante, 1879 – Madrid, 1930). Su prosa destaca principalmente por la utilización de la descripción.

Ramón Pérez de Ayala (1880, Oviedo – 1962, Madrid). Se trata de un novelista intelectual, erudito, meticuloso en lo que a la forma se refiere, clásico y elegante, con ingredientes de ironía y humor.

Ramón Gómez de la Serna (1891-1963). Autor inclasificable, cultivó todos los géneros, además de inventar uno: la greguería (definida por él mismo como ‘metáfora + humor’), y sirve como puente entre el Novecentismo y los movimientos de vanguardia. En su intento por desmoronar el relato clásico, introduce en sus novelas imágenes, metáforas y continuos juegos de palabras.

Su producción novelística es muy extensa y de temática variadísima: El torero Caracho (1926), Seis falsas novelas (1927) o El caballero del hongo gris (1928). Los llamados dramas fantásticos son una mezcla de novela y obra de teatro: El drama del palacio deshabitado (1909), La utopía (1909) o El lunático (1912).

La novela deshumanizada

A raíz de la labor realizada por los autores novecentistas, especialmente Ortega y Gasset y su Revista de Occidente, surge un grupo de autores preocupados más por el arte que por los problemas humanos.

La novela social

Ramón J. Sender (1902-1982) Es el principal autor de esta corriente. Destaca su obra Mr. Witt en el Cantón, que fue Premio Nacional de Literatura en 1935.

La novela humorística

Wenceslao Fernández Flórez (1884-1964) Es uno de los pocos autores españoles dedicados casi en exclusividad a la novela de humor, aunque ese tono humorístico irá agriándose poco a poco a causa del escepticismo.

La Novela Española Después de 1939

El conflicto bélico civil que vive España entre 1936 y 1939 condiciona completamente la actividad cultural subsiguiente. De hecho, tanto la poesía como el teatro están en claro retroceso frente al empuje de la novela.

La novela de los años cuarenta

Tras la Guerra Civil (1936-1939), la sociedad española debía volver a la normalidad, pero esta labor no sería fácil.

Rafael García Serrano. Defensor entusiasta del ideario falangista. En 1943 publicó su obra más reconocida, La fiel infantería, un retrato de la vida en el frente y una alabanza a la juventud luchadora.

Gonzalo Torrente Ballester (1910-1999).

Camilo José Cela (1916-2002). Comenzó a publicar durante los años cuarenta, y suya es la primera gran novela de esta década: La familia de Pascual Duarte (1942). En la segunda mitad del siglo, Cela se convertirá en el novelista español más reconocido dentro y fuera de España.

Carmen Laforet (1933-2004), con su novela Nada.

Darío Fernández Flórez (1909-1977). La novela testimonial situada en sórdidos ambientes de miseria durante la posguerra encuentra su mejor representante en Fernández Flórez. En 1944 publica Zarabanda, aunque su mayor éxito llega en 1950 con Lola, espejo oscuro, donde mezcla los elementos eróticos con la literatura de folletín, además de un cierto tono moralizante.

Miguel Delibes (1920-2010)

A partir de la publicación de La sombra del ciprés es alargada (1948), ha continuado una trayectoria literaria bastante coherente y uniforme. Además de las novelas rurales, Delibes escribe otra serie de obras que pueden ser calificadas como urbanas. Esta novela marca un hito dentro de la renovación de la novela y no está exenta de una aguda crítica social.

La novela social de los años cincuenta

Durante los años cincuenta surgen bastantes autores que comienzan a publicar novelas con una clara finalidad crítica y con voluntad social. Esta tendencia, de todos modos, no será general, y por ello se distinguen dos grupos: realismo objetivista y realismo social.

Camilo José Cela (1916-2002) Su gran novela es La colmena (publicada en 1951 en Buenos Aires a causa de su prohibición en España). De vez en cuando, introduce toques de ternura que no bastan para ocultar la mediocridad de la vida de los españoles durante esos años. Esta novela abre el camino a la novela social que se desarrolla durante los años cincuenta.

Realismo objetivista

Los autores pertenecientes a esta tendencia reflejan la realidad cotidiana tal y como la perciben. La mayor parte de estos autores mantuvieron estrechos contactos personales:

  • Ignacio Aldecoa (1925-1969). Irrumpe en el panorama literario con El fulgor y la sangre (1954), novela en la que relata la desgarradora vida de cinco mujeres de guardias civiles que esperan la llegada de sus maridos tras saber que uno de ellos ha muerto.
  • Carmen Martín Gaite (1925-2000). Gana con Entre visillos (1956) el premio Nadal.
  • Ana María Matute (1926-2014). Escribe tres novelas durante los años cincuenta: Fiesta al Noroeste (1953), Pequeño teatro (1954) y Los hijos muertos (1958).
  • Rafael Sánchez Ferlosio (1927-2019). Publica la obra más importante de esta tendencia caracterizada por la presentación objetiva de los hechos: El Jarama (1956). El autor refleja admirablemente la forma de hablar de los jóvenes de los cincuenta, así como su falta de miras a causa de la difícil situación del país. Critica el caciquismo en Los bravos (1954). Su última gran novela es Extramuros (1979).
Realismo social

El compromiso social de los autores que forman este grupo es bastante más profundo que los anteriores, ya que conciben la literatura como un instrumento de denuncia. Estos autores, surgidos a finales de los cincuenta o principios de los sesenta, están comprometidos políticamente y dejan a un lado la imaginación para centrarse en el objetivismo:

  • Juan García Hortelano (1928-1994). La crítica social también está presente en sus siguientes novelas: El gran momento de Mary Tribune (1972) y Los vaqueros en el pozo (1979).
  • Juan Marsé (1933-2020). Es uno de los principales representantes de la tendencia social de la novela de los cincuenta con obras como La otra cara de la luna (1962), Últimas tardes con Teresa (1966) y Si te dicen que caí (1973). Obtuvo gran éxito con La muchacha de las bragas de oro (1978) y El amante bilingüe (1990).
  • Juan Goytisolo (1931-2017). Escribe sus primeras novelas dentro del realismo social realista: Juegos de manos (1954), Duelo en el Paraíso (1955) y la trilogía El mañana efímero, formada por El circo (1957), Fiestas (1958) y La resaca (1958). Ha publicado un gran número de novelas, la última de las cuales es Carajicomedia (2000).
  • Luis Goytisolo (1935). Hermano del anterior, también cultiva la novela realista social en Las afueras (1959) y Las mismas palabras (1962).
  • José Manuel Caballero Bonald (1926-2021). Se fija en los jornaleros, terratenientes y bodegueros andaluces en Dos días de septiembre (1962). El autor desarrolla en esta novela un agudo sentido crítico con profundas convicciones políticas.

La novela de los años sesenta: entre la preocupación social y el experimentalismo

Las novedades no afectan sólo al argumento o la estructura, también a la ortografía, ya que algunos autores suprimen los signos de puntuación, o los párrafos, y es frecuente que se mezclen los géneros.

Luis Martín Santos (1924-1964). Marca un antes y un después en la novela española con la publicación en 1962 de Tiempo de silencio. Supone el final de la novela social y el inicio de la renovación intelectual de esta década. Aparecen todas las clases sociales del Madrid de los años cuarenta.

Juan Benet (1927-1993). Es uno de los principales representantes de la renovación de la novela. Puede ser calificada como novela hermética.

Francisco Umbral (1932-2007). Parte del realismo social en novelas como Travesía de Madrid (1966) o Las vírgenes (1969).

Gonzalo Torrente Ballester (1910-1999). Triunfa en 1972 con La saga/fuga de J. B. Pertenece a la experimentación más avanzada de cuantas novelas se habían publicado hasta ese momento: es irónica y mítica, mezcla de realidad y fantasía, situada en un pueblo gallego imaginario del cual el autor nos va dando datos a través de leyendas y anécdotas aparentemente desordenadas.

La novela desde los años setenta hasta hoy

A partir del advenimiento de la democracia en 1975 se abre el panorama de la novela en España de tal manera que es prácticamente imposible destacar algunas características o tendencias generales por encima de otras. De todos modos, vamos a intentar destacar los rasgos más significativos de este periodo:

  • Durante los años setenta hay autores que siguen cultivando la novela experimental e intelectual que tiene su origen principal en Tiempo de silencio.
  • La mayoría de los autores de este periodo se muestran contrarios al régimen de Franco y comienzan a publicar entre 1968 y 1975.
  • La novela se hace más accesible como género.
  • Una gran parte de los autores vuelven a la narración tradicional.
  • Comienzan a surgir nuevos subgéneros dentro de la novela: novelas policíacas, novela negra, de intriga, de ciencia-ficción, de aventuras, rosa, de espionaje...
  • El mercado impone su peso a la literatura, de manera que se comienza a publicar con la finalidad de vender una gran cantidad de obras.
  • Gran cantidad de premios literarios.
  • En los últimos tiempos se están imponiendo la novela de aventuras y la novela histórica, como los dos subgéneros más pujantes.

Los autores que consideramos más destacados de los últimos años son los siguientes:

  • Manuel Vázquez Montalbán (1939-2003). Es uno de los autores más importantes de los últimos treinta años.
  • José María Merino (1941). Cultiva el relato tradicional en la Novela de Andrés Choz (1976). Esto lo podemos observar en El caldero de oro (1981) o No soy un libro (1992).
  • Luis Mateo Díez (1942). Cultiva las novelas realistas al estilo de los autores del XIX.
  • Eduardo Mendoza (1943). Es uno de los principales novelistas de los últimos años. Su obra se caracteriza por el humor, la ironía y la parodia.
  • Luis Landero (1948). Comienza a escribir bastante tarde. Tres de sus novelas sirven para situarlo entre los mejores novelistas actuales: Juegos de la edad tardía (1989), Caballeros de fortuna (1994) y El mágico aprendiz (1999).
  • Javier Marías (1951-2022). En sus novelas suele mezclar el amor con elementos misteriosos y policíacos.
  • Arturo Pérez-Reverte (1951). Publica novelas basadas principalmente en hechos históricos, como El maestro de esgrima (1988), La tabla de Flandes (1990), La sombra del águila (1993) o la serie de novelas basadas en el capitán Alatriste: El capitán Alatriste (1996), Limpieza de sangre (1997), El sol de Breda (1998), El oro del rey (2000) y El caballero del jubón amarillo (2003).
  • Julio Llamazares (1955). Triunfa en 1985 con Luna de lobos.
  • Antonio Muñoz Molina (1956). Nacido en Úbeda (Jaén). En sus novelas suele mezclar elementos policíacos, históricos y misteriosos.
  • Ramiro Pinilla (1923-2014). Autor de La higuera y la trilogía Verdes valles, colinas rojas, compuesta por La tierra convulsa, Los cuerpos desnudos y Las cenizas del hierro.
  • Juan Manuel de Prada (1970). Destaca su obra El séptimo velo.
  • Antonio Gala (1930-2023).

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