El Tejido Social: Vínculos, Identidad y Desarrollo Humano

Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Psicología y Sociología

Escrito el en español con un tamaño de 4,24 KB

La Esencia de la Conexión Humana: Somos Seres Sociales

La especie humana es la más débil desde el punto de vista físico y la que más tiempo necesita para que una nueva criatura llegue a su estado adulto. Para ello, se requiere no solo a los padres y la familia, sino también un grupo de personas adultas que puedan educar a este ser. Una vez adultos, los humanos continuamos ligándonos a nuevas personas y grupos de comprensión y comunicación. Cuando decimos que las personas somos seres sociales, afirmamos que la relación con los demás y la pertenencia a grupos es fundamental para nuestro desarrollo y bienestar.

Maneras de Pertenecer a un Grupo

Las personas no siempre somos conscientes de nuestra dimensión social. Al nacer, nos integramos en diversas agrupaciones:

  • La primera es la familia, nuestro primer entorno de socialización.
  • Otra es la raza o etnia a la que pertenecemos, con sus propias características culturales.
  • Nuestro pueblo o ciudad, con sus costumbres y su lengua, que nos otorgan un sentido de pertenencia local.

En el crecimiento, la persona puede tomar decisiones sobre todas estas realidades. Con el paso de los años, elegimos un lugar para vivir y con quién relacionarnos. Las personas buscamos grupos para desarrollar nuestras ilusiones y proyectos de vida.

La Construcción de la Identidad y la Conciencia Social

Es en la adolescencia cuando las personas construimos nuestra identidad de manera más consciente. En un primer momento, es crucial mirar al pasado para reconocer todo lo que hemos recibido de la familia y de los amigos. En el presente y futuro, ya van apareciendo las pertenencias por nuestra propia elección, forjando así nuestra individualidad dentro del colectivo.

Más Allá de los Genes: La Influencia del Entorno

La realidad que nos entregan nuestros padres es nuestra constitución fisiológica. Nuestro cuerpo surge de dos dotaciones genéticas que desarrollan un nuevo y único ser. Si bien nuestro cuerpo procede directamente de nuestros padres y los genes determinan nuestra apariencia física, cada persona es mucho más que su físico. El cuerpo constituye la base sobre la que más tarde actuarán otros elementos educativos. La dotación genética se relaciona más con el temperamento, esa predisposición innata a reaccionar de cierta manera.

La Educación Familiar: Cuna del Desarrollo Personal

El ambiente familiar es donde cada uno se descubre a sí mismo y al mundo. Los padres son el primer punto de contacto, por eso adquirimos muchas de sus costumbres y valores. No existe una educación familiar perfecta, porque toda experiencia tiene sus luces y sus sombras. Por eso, cuando queremos construir nuestra identidad, es fundamental tomar conciencia de nuestra historia y de nuestra educación familiar. La pertenencia a la familia evoluciona a lo largo de nuestra vida, pero siempre es un lazo fundamental. Cuando somos niños, la dependencia es total; después, al crecer, esa dependencia disminuye, aunque persisten vínculos afectivos profundos.

La Amistad: Un Vínculo Natural y Esencial

La amistad es un sentimiento natural que emerge al relacionarnos con otras personas. Conocemos a muchas, pero solo con algunas queremos relacionarnos de manera más profunda. A veces, nos sentimos bien con ciertas personas y deseamos establecer un vínculo con ellas. Al desarrollarse esa relación, encontramos sintonía en gustos, opiniones, aficiones y pareceres. Encontramos en esa persona el eco de nuestra vida. Todo lo que vivimos se amplía al compartirlo; no estamos solos. En las amistades encontramos los cómplices para vivir la vida de forma más propia.

Cultivar y Cuidar la Amistad

Aunque la amistad nace de un sentimiento natural de simpatía que nos lleva a desear el contacto con algunas personas, es un vínculo que requiere esfuerzo. Una amistad verdadera aporta calidez afectiva: nos sentimos a gusto con los amigos. Además, esta amistad perdura con el tiempo. Para conseguir este tipo de amistades, no basta con sentir un primer impulso de simpatía. Hay que comprometerse a cuidar y estar atento a nuestro amigo o amiga, demostrando apoyo y lealtad.

Entradas relacionadas: