Técnicas de Recolección y Conservación de Muestras de Esputo para Análisis Bacteriológico
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Recolección y Conservación de Muestras de Esputo
Calidad de la Muestra
Las muestras designadas como "esputo" pocas veces contienen sólo secreciones de las vías respiratorias bajas. Con frecuencia se hallan contaminadas por la saliva, secreciones nasofaríngeas, bacterias o partículas de alimentos. El preenjuague de la boca antes de la toma de las muestras eliminará la mayoría de estos contaminantes sin afectar al resultado del examen bacteriológico.
Para la mayoría de los exámenes, las muestras de las primeras horas de la mañana son las mejores, puesto que representan las secreciones pulmonares acumuladas durante la noche. Sin embargo, la mayoría de las secreciones traqueobronquiales no salen de la boca, sino que se ingieren durante el sueño.
En los casos de inflamación catarral de la nasofaringe, al acumularse moco en los bronquios durante la noche, puede producirse una contaminación del primer espécimen expectorado.
Obtención de la Muestra en Niños
Para poder obtener una muestra adecuada, lo más importante es conseguir la cooperación y comprensión del paciente. Generalmente esto no causa problemas en adultos, pero en los niños, esta falta de cooperación y comprensión puede conllevar problemas. Para paliarlos, se utilizan tres métodos diferentes:
- Frotis nasofaríngeo: En los niños que sufren enfermedad bronquial, se considera representativo de los patógenos bronquiales. Los que defienden este método creen que los patógenos víricos o bacterianos afectan el epitelio columnar ciliado de los vasos nasales, así como las vías respiratorias.
- Tos inducida en placa: Se mantiene delante de la boca del niño una placa y se le pide que tosa.
- Tos y frotis: Constituye el procedimiento más recomendado. Es fácil de realizar y proporciona la muestra más representativa y no contaminada de esputo. En esta técnica, la boca del niño se mantiene abierta con ayuda de un depresor lingual y se presiona la lengua hacia abajo tocando la epiglotis con una torunda para inducir la tos.
El material procedente de la tráquea, expulsado por la tos, se deposita sobre la torunda, la cual se transfiere al medio apropiado de cultivo. Se evita la contaminación si la torunda no toca las paredes nasofaríngeas.
Inducción de Esputo
Para los pacientes no colaboradores o incapaces de producir esputo espontáneamente, se está imponiendo la inducción de esputo como medio corriente de obtener muestras. La inducción promueve un aumento en el flujo de secreción bronquial y una estimulación de la tos. Entre los inductores más populares se encuentran el cloruro sódico al 10% y los aerosoles de agua destilada o esterilizada. Uno de los inductores más ampliamente usados en la actualidad es la acetilcisteína, combinada con un broncodilatador. Este fármaco y otros de la misma familia actúan rompiendo los enlaces disulfuro que contribuyen a mantener la estructura en gel del moco.
Conservación de la Muestra
La muestra debe recogerse en un recipiente impermeable, esterilizado, desechable y con tapón de rosca o con un tapón bien ajustado. Una vez que el paciente ha expectorado el esputo en el interior del recipiente, debe tenerse cuidado en comprobar que no se haya vertido esputo en su parte exterior. La muestra debe remitirse inmediatamente al laboratorio, ya que no es aconsejable guardarla.
Sin embargo, la conservación a 4ºC durante unas horas no afecta los valores analíticos. No se recomienda, ni es adecuado, el cultivo de microorganismos bacterianos de una muestra de más de 24 horas.
Aspiración Transtraqueal
Por último, en los casos problemáticos, como los pacientes con neumonía que no pueden producir una muestra, o en aquellos en los que los resultados del cultivo son equívocos, es aconsejable hacer una aspiración transtraqueal.