Técnicas de Planificación y Gestión de la Pesca en Aguas Continentales

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Elementos de la Planificación Pesquera

El objetivo de la planificación es la ordenación de la pesca de manera detallada en el ámbito de estudio. Por lo tanto, una planificación completa debe definir los elementos que se reseñan a continuación, y que vamos a estudiar seguidamente:

  • Tramificación.
  • Variables de gestión.
  • Talla mínima de captura.
  • Regulaciones adicionales.
  • Medidas de actuación.
  • Plan de Seguimiento.

Tramificación

La tramificación de la red fluvial objeto de estudio consiste en dividir la red fluvial en una serie de tramos en función de la gestión que se va a aplicar en ellos. En toda la extensión de cada uno de estos tramos se aplicarán las mismas regulaciones de pesca.

Una vez dividida la red fluvial en los tramos de gestión, la tramificación debe asignar a cada tramo una Figura de Gestión. Las Figuras de Gestión varían en su denominación y en su regulación específica entre las distintas Comunidades Autónomas, pero básicamente existen los siguientes tipos:

  • Vedados o Refugios de Pesca: Son tramos en los que no está permitida la pesca, generalmente por motivos de conservación o de recuperación de las poblaciones.
  • Cotos: Son tramos en los que se permite la pesca, existiendo una regulación de las variables de gestión (cupo, permisos, jornadas hábiles). Para pescar en un coto, el pescador debe adquirir además de la necesaria Licencia de Pescador de la Comunidad Autónoma correspondiente un permiso específico que le habilita para pescar en ese coto un día concreto. Esto implica que el gestor de la pesca puede conocer y controlar el número de pescadores que hay en el coto cada día, a diferencia de lo que ocurre en las aguas libres.
  • Cotos intensivos: Se trata de un tipo particular de cotos que son repoblados de manera continua con gran cantidad de peces de talla pescable (generalmente truchas), para satisfacer la demanda de pesca. Los intensivos deben ubicarse únicamente en zonas donde las características del hábitat o las afecciones que sufre no permiten un mantenimiento de poblaciones autóctonas de manera natural. Su objetivo es concentrar una buena parte de la demanda de pesca en estos tramos, para aligerar la presión en otras zonas mejor conservadas.
  • Aguas libres: Son tramos en los que sólo se requiere tener la Licencia de Pescador de la Comunidad Autónoma correspondiente, para practicar la pesca en ellos. Esto implica que el gestor no controla el número de pescadores presentes en las aguas libres. No obstante, el pescador sí debe cumplir las regulaciones que existan, tales como el cupo, días hábiles, etc.
  • Tramos de pesca sin muerte: En esta figura de gestión está permitido pescar pero únicamente en la modalidad sin muerte. La pesca sin muerte consiste en que todos los peces capturados deben ser devueltos vivos al agua.

Los tramos sin muerte pueden ser:

  • Cotos sin muerte: en los que se necesita un Permiso para pescar en el coto.
  • Cotos libres sin muerte: en los que basta con la Licencia de Pescador.

En el marco de la ordenación de la pesca, a efectos de repartir el TAC (o posibilidad de extracción) entre los distintos tramos de una población, las distintas figuras de gestión se pueden sintetizar en las tres siguientes:

  • Vedados o Sin Muerte: En ellos el TAC es siempre cero ya que no está permitida la extracción y sacrificio de peces.
  • Cotos: En ellos se oferta un determinado TAC, que viene definido por el cupo, por el número de jornadas hábiles en la temporada y por el número de Permisos diarios expedidos.
  • Aguas libres: En los tramos libres se oferta un determinado TAC, definido por el cupo, por el número de jornadas hábiles en la temporada y por el número de pescadores que pescan cada día en el tramo. Dado que el gestor no controla esta última variable, es necesario estimar el número de pescadores que habrá cada día en el tramo durante toda la temporada.

Variables de Gestión

Una vez establecida la tramificación de la red fluvial del ámbito de estudio, hay que asignar valores a las variables de gestión en cada uno de los tramos de gestión definidos, de acuerdo a la figura de gestión que se les aplica.

Las variables de gestión que hay que considerar en la gestión de la pesca en aguas continentales son las siguientes:

  • Cupo: El cupo (CU) es el número de peces de la Especie Objetivo que puede extraer un pescador en una jornada de pesca. Se define como número de peces por pescador y día, por ejemplo: 5 truchas/pescador·día.
  • Número de jornadas hábiles: La temporada hábil se define mediante sus fechas de apertura y cierre y los días que son hábiles o no dentro de la temporada. Por ejemplo, supongamos que la temporada hábil de pesca de la trucha común en una cuenca determinada comienza el 21 de marzo y termina el 15 de agosto, y que son hábiles todos los días excepto los lunes y jueves no festivos. Esto supone que hay 106 jornadas hábiles en el año (la cifra varía en función del calendario de cada año).

Esta cifra, el número de jornadas hábiles (JO) que hay en la temporada, es la variable de gestión que nos interesa para planificar el aprovechamiento. Una vez establecido el número de jornadas hábiles, se puede definir el comienzo y fin de la temporada y los días de la semana que son hábiles de diferentes maneras, de modo que en conjunto sumen el número de jornadas hábiles elegido. Siguiendo con el ejemplo, si se quiere reducir esta variable de gestión (las 106 jornadas/año), puede hacerse de varias maneras: retrasando el comienzo de la temporada, adelantando su cierre o declarando inhábiles también, por ejemplo, los martes.

  • Número de pescadores: En los cotos esta variable de gestión se puede controlar perfectamente. Se trata de definir el número de permisos de pesca para el coto que se van a expedir cada día hábil dentro de la temporada. Por ejemplo, supongamos que en un coto determinado se expiden 12 permisos/día, lo que implica que cada día habrá 12 pescadores como máximo en el coto (12 pescadores/día). Si el gestor quiere reducir el TAC ofertado a través de esta variable, no tiene más que disminuir el número de permisos, por ejemplo a 10. Si por el contrario quiere aumentar el TAC ofertado, puede aumentar el número de permisos.

En cambio, en las aguas libres no se expiden permisos de pesca, ya que es suficiente con disponer de la Licencia de Pescador para practicar la pesca en ellas. Esto supone un problema para el gestor, ya que en principio no tiene control sobre esta variable de gestión: en teoría puede acudir un número ilimitado de pescadores a los tramos libres de la cuenca. No obstante, existe una manera de controlar esta variable de gestión en las aguas libres:

Si se dispone de información acerca de la presión de pesca obtenida mediante Encuestas a Pescadores, es posible estimar el número de pescadores por kilómetro de tramo libre y día [nº pescadores/km·día]. La variable que nos interesa controlar es el número de pescadores (PE) por día en el tramo libre. Podemos deducir esta variable (nº pescadores/día) a partir de la estimación del nº pescadores/km·día, estableciendo el número de kilómetros de tramos libres, variable sobre la que sí tiene control el gestor. Efectivamente:

Talla Mínima de Captura

La Talla mínima de captura es la longitud del pez por debajo de la cuál el pescador no debe sacrificar al pez, sino que debe devolverlo vivo al agua. La talla mínima se fija con el objetivo de asegurar que la gran mayoría de los ejemplares de la población tengan la oportunidad de reproducirse al menos una vez en su vida antes de ser pescados.

La talla mínima se fija a partir de los conocimientos acerca de la biología de la especie y de los resultados del estudio de la dinámica de la población de peces, empleando principalmente los resultados del crecimiento y los rangos de tallas límite entre clases de edad. El criterio empleado generalmente para definir la talla mínima de captura es el de permitir que todos los individuos susceptibles de ser extraídos de la población, hayan tenido por lo menos una oportunidad en su vida de reproducirse. Para ello se suele determinar la edad de la primera reproducción y, mediante las curvas de crecimiento de los individuos, estimar la talla que tienen en la apertura de la temporada hábil de pesca, los individuos que alcanzaron la edad de primera reproducción en el otoño anterior, que es cuando tiene lugar el comienzo de la reproducción en el caso de la trucha común. Por ejemplo, para la trucha común se estima que a la edad de dos años se reproduce el 80% de los individuos de una cohorte (Nicola y Almodóvar 20022). En base a esta información se puede establecer como talla mínima de captura la longitud que tienen las truchas de la clase de edad 2+ al comienzo de la temporada de pesca.

Debe tenerse en cuenta también que, independientemente de la edad, la talla determina en cierta medida la precocidad en la reproducción en la trucha común, de forma que una trucha

Redes y Trampas

Las artes pasivas de captura se colocan en la masa de agua y se recogen pasado un tiempo extrayendo a los peces que han sido capturados por ellas. En este tipo de muestreo debe registrarse el esfuerzo empleado con el fin de disponer de una información semi-cuantitativa y poder comparar los resultados con los de otros muestreos. El esfuerzo puede medirse como el tiempo (horas) que el arte ha estado colocado (muestreando) en la masa de agua. En el caso de las redes puede emplearse la superficie de red (m2) como unidad de esfuerzo, o bien el producto tiempo x superficie (horas·m2). A mayor superficie de red instalada o a mayor número de horas que las artes de pesca han estado muestreando, mayor es el esfuerzo empleado. Esto permite comparar la abundancia observada (el número de capturas o la biomasa capturada) con muestreos que hayan empleado distintos esfuerzos, siempre que la unidad de esfuerzo sea la misma.

Generalmente, tanto las redes como las trampas suelen instalarse antes de la puesta del sol y recogerse después del amanecer del día siguiente. De esta manera se muestrean los dos periodos diarios de máxima actividad de los peces, que son el ocaso y el alba. Por este motivo, en muchas ocasiones no se emplea el tiempo de muestreo como unidad de esfuerzo, porque se considera que si se muestrean los dos picos de actividad de los peces, tiene poca influencia que las artes de pesca hayan permanecido algunas horas más o menos. Por ejemplo, en el caso de las redes, se suelen utilizar unidades de esfuerzo del tipo m2 de red instalada durante una noche con su ocaso y su alba.

Existen numerosos tipos de artes pasivas de captura, que pueden clasificarse en dos grandes grupos: las redes y las trampas.

Redes

Las redes son un arte de pesca muy útil para el muestreo de masas de agua profundas, tales como lagos y embalses. Pueden instalarse en distintas zonas de la masa de agua (litoral, zona pelágica) y a distintas profundidades (sobre el fondo, junto a la superficie, en la columna de agua).

Hay varios tipos de redes, entre los que destacaremos las redes de agalla y los trasmallos.

Redes de agalla

Las redes de agalla capturan a los peces que intentan atravesarlas, al quedarse éstos enganchados por las agallas. Lógicamente, para que esto ocurra es necesario que el tamaño del pez sea adecuado a la luz de la malla, es decir, que la altura del pez sea parecida a la distancia entre nudos de la red. Si el pez es de menor tamaño, pasará sin dificultad a través de la red, mientras que si es más grande no se enganchará por las agallas, sino que chocará con la red y no podrá atravesarla, pero sin quedarse enganchado. Por lo tanto, se dice que las redes de agalla son una técnica selectiva con el tamaño de los individuos, es decir, que sólo capturan a peces de una determinada talla. Por supuesto, si se emplean redes de distintas luces de malla, se pueden capturar peces de distintas tallas y contrarrestar la selectividad del método.

De hecho, la reciente norma UNE-EN 14757 Calidad del agua. Muestreo de peces mediante redes de agalla con diferente luz de malla, estandariza el muestreo de peces con redes de agalla multimalla. Las redes de agalla descritas en esta norma, tienen una serie de paños cosidos cada uno al lado del otro, y cada paño tiene una luz de malla de diferente tamaño (desde 5 mm hasta 55 mm). De esta manera, se asegura la captura de peces con un amplio rango de tallas.

Trasmallos

Los trasmallos son un tipo de red constituido por tres mallas paralelas con diferente luz y tamaño. Las dos mallas exteriores son iguales y tienen una abertura o luz de malla mucho mayor que la pieza central. Esta disposición de las mallas de la red tiene por objeto, en lugar de capturar al pez por las agallas, que el pez pase por una de las mallas exteriores, tope con la central, que es más tupida y grande, y la empuje hacia delante, atravesando la malla exterior del lado opuesto y formándose así una bolsa de red que atrapa al pez.

Los trasmallos pueden capturar a ejemplares de tamaños diversos. Basta con que el pez tenga una altura menor que la luz de las mallas exteriores y mayor que la luz interior. Por este motivo son mucho menos selectivos con la talla del pez que las redes de agalla de una única luz de malla.

Trampas

Existen diversos tipos de trampas, que además pueden cebarse o no para el muestreo, aunque el cebado de las trampas suele atraer principalmente a los cangrejos. Para el muestreo de peces se suelen emplear principalmente las nasas y variaciones sobre ellas y las minnow traps o trampas de alevines.

Nasas

Una nasa es básicamente una caja con paredes de red que tiene una o varias entradas en forma de embudo, de manera que los peces pueden entran pero les resulta muy difícil salir.

En ocasiones dos trampas tipo nasa están unidas por una red con una longitud de unos 5-10 metros, de manera que los peces que nadan por la zona, al chocar contra esta red se ven obligados a moverse hacia alguno de los dos lados, dirigiéndose así hacia alguna de las dos trampas situadas en los extremos.

Minnow traps

Las minnow traps, también llamadas trampas de alevines son pequeños contenedores que disponen de una o dos entradas con forma de embudo. Al igual que las nasas, los peces pueden entrar fácilmente pero no logran salir. Se emplean principalmente para capturar alevines y peces de especies de pequeño tamaño, que con otras técnicas de muestreo resulta complicado capturar.

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