Técnicas de Modificación de Conducta para la Gestión del Aula

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Estrategias de Intervención para la Modificación de Conducta en el Aula

A continuación, se describen diversas estrategias, agrupadas según su finalidad, para gestionar y modificar el comportamiento de los alumnos en el entorno educativo.

Estrategias Punitivas o de Castigo

Estas técnicas buscan disminuir la probabilidad de que una conducta inadecuada se repita mediante la aplicación de una consecuencia aversiva.

  • Proporcionar experiencias desagradables: Incluye el uso de lenguaje y expresiones verbales o no verbales que el profesor puede emplear ante un mal comportamiento.
  • Privación de experiencias apetecibles: Consiste en retirar al alumno el acceso a actividades o estímulos que le resultan agradables como consecuencia de su conducta.
  • Castigo vicario o por sustitución: Se basa en la influencia que se ejerce sobre un observador al castigar a otro alumno. Es fundamental asegurarse de que los demás estudiantes observen la aplicación del castigo y comprendan el motivo. El observador debe percibirse en una situación similar a la del alumno castigado para que comprenda que la consecuencia se aplica a cualquiera que manifieste el mismo comportamiento.

Importante: No se permiten castigos de tipo físico o que atenten contra la integridad psicológica del alumno.

Estrategias Disuasorias

El objetivo de estas técnicas es reducir la frecuencia de una conducta no deseada, haciéndola menos atractiva para el alumno.

  • Técnica de saciación: Consiste en hacer que el alumno repita una conducta que le resulta agradable hasta que, por la propia repetición, esta se transforme en una experiencia desagradable o neutra.
  • Técnica de extinción: Se enfoca en eliminar la fuente de placer o el reforzador que mantiene y motiva la conducta inadecuada del alumno.
  • Técnica de tiempo-fuera (time-out): Implica alejar temporalmente al alumno del entorno y de los estímulos que están reforzando su mala conducta.

Estrategias para Fomentar Conductas Deseables (Reforzamiento Positivo)

Estas estrategias se centran en aumentar la probabilidad de que ocurran comportamientos adecuados mediante la presentación de estímulos agradables tras su ejecución.

  • Refuerzos de tipo social: Se producen cuando los profesores expresan aprobación o afecto por una conducta, ya sea verbalmente (elogios, reconocimiento público) o de forma no verbal (gestos de aprobación, sonrisas, honores).
  • Refuerzos de tipo material: El alumno obtiene un estímulo tangible (por ejemplo, material escolar como libros, pinturas, etc.) como consecuencia de haber realizado una conducta adecuada.
  • Actividades reforzadoras: Consiste en utilizar actividades que son agradables para el alumno (como tiempo de juego o una tarea preferida) como refuerzo para la realización de otras que le resultan menos atractivas (principio de Premack).
  • Refuerzos de tipo simbólico: Se utilizan objetos sin valor intrínseco (como fichas, puntos o pegatinas) que el alumno puede acumular y canjear posteriormente por reforzadores más atractivos. Su administración debe ser rápida y variada para evitar la saciación, y su retirada, una vez instaurada la conducta deseada, debe ser gradual.

Pautas para una Aplicación Adecuada y Eficaz del Castigo

Para que el castigo sea una herramienta efectiva y educativa, debe aplicarse siguiendo ciertos principios:

  • Advertencia y previsibilidad: El alumno debe conocer de antemano qué conductas serán castigadas y cuál será la consecuencia específica. Las reglas deben ser claras y públicas.
  • Inmediatez: El castigo debe aplicarse inmediatamente después de la conducta inadecuada para que el alumno asocie claramente la consecuencia con su acción.
  • Carácter disuasorio: Debe consistir en una experiencia lo suficientemente indeseable o aversiva para el alumno como para disuadirle de repetir la conducta disruptiva.
  • Consistencia y firmeza: El castigo debe aplicarse de manera consistente cada vez que ocurra la conducta no deseada y por parte de todos los educadores implicados.
  • Intensidad adecuada: Debe tener la intensidad suficiente para ser eficaz, pero sin ser excesivo. El objetivo es que el interés por repetir la conducta se pierda rápidamente.
  • Enseñanza de alternativas: El castigo debe ir siempre acompañado de la enseñanza explícita de los comportamientos alternativos y aceptables. El alumno debe saber no solo lo que no debe hacer, sino también lo que se espera que haga.

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