Teatro social de posguerra: La escalera de Buero Vallejo

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La generación de Buero Vallejo

En la década de los 50 surge un teatro social y comprometido que, desde una estética en esencia realista, pretende reflejar de manera crítica ciertos aspectos de la sociedad de posguerra. Dentro de este teatro destacan:

  • Alfonso Sastre: Defiende la crítica directa y explícita.
  • Antonio Buero Vallejo: Opta por el posibilismo, pues considera que la crítica teatral solo es eficaz si la obra llega a estrenarse, de modo que es preciso conseguir sortear los límites de la censura y hacer una oposición desde dentro.

Características del teatro social

  • Doble lectura:
    • Social: El individuo ve sus ambiciones frustradas por la represión, la falta de libertad y la ausencia de oportunidades.
    • Existencial: El ser humano se ve abocado al fracaso ante la imposibilidad de manejar el azar e imponer su voluntad.
  • Combinación del retrato de la cotidianidad de la posguerra con la reflexión sobre temas universales.
  • Dimensión existencial lograda con personajes y elementos con valor simbólico.
  • Realismo psicológico en la construcción de personajes. Destaca la influencia de autores como Henrik Ibsen.
  • Antonio Buero Vallejo como autor más destacado.
  • El texto se plantea como un instrumento de denuncia con el que se pretende llamar la atención sobre los aspectos más negativos de la realidad.
  • Lenguaje realista para plasmar la cotidianidad y conseguir personajes y situaciones reconocibles.

Antonio Buero Vallejo

El estreno en 1949 de Historia de una escalera supuso un gran revulsivo en la escena dramática española. Con esta obra se inicia la fructífera trayectoria como dramaturgo de Buero Vallejo, quien se convirtió en el gran renovador de la tragedia en nuestro teatro.

Las obras de Buero Vallejo constituyen un ejemplo de tragedia moderna y se caracterizan por su capacidad para construir una historia con valor social y, a la vez, existencial gracias a la dimensión simbólica de los personajes y situaciones que se plantean en ellas.

En cuanto a los rasgos que definen su escritura destacan:

  • Elección de motivos simbólicos que permiten una lectura universal de una situación particular. Esa polisemia reside en elementos escenográficos como la escalera de Historia de una escalera o el sótano de El tragaluz, donde el espacio nos conduce hacia una interpretación social (Etapa 1).
  • Inspiración en motivos históricos con afán crítico y actualizador. Buero toma como punto de partida argumental un contexto y un personaje histórico alejado de su tiempo. Su planteamiento dramático no es historicista, sino que busca crear un reflejo crítico de la realidad nacional a partir de las situaciones escogidas (Etapa 2).
  • Uso de técnicas de inmersión. Se pretende que el espectador contemple el mundo desde la misma perspectiva que los personajes.
  • Motivos míticos. La mitología se emplea con valor metafórico en su teatro, de modo que se alude a dioses y héroes de la tradición grecolatina, con los que se plantean conflictos humanos.
  • Elementos sainetescos. Se recrean ambientes populares con estilo costumbrista, combinando humor y drama.

Valores simbólicos en Historia de una escalera

Historia de una escalera fue estrenada en el Teatro Español de Madrid la noche del 14 de octubre de 1949. La escalera: símbolo central de la obra, un elemento complejo que se presta a múltiples interpretaciones.

Los tres actos de la obra se desarrollan en el mismo lugar: un tramo de escalera con dos rellanos. Todos los personajes se sienten ligados a ella. Algunos la odian, porque, «encadenados» simbólicamente a esta escalera, han ido perdiendo sus sueños y sus esperanzas con el paso de los años; otros, como Paca, la consideran una vieja compañera.

A) La escalera como personaje

La escalera es el escenario que hace posible la consideración colectiva de los personajes. Ciertos críticos señalan que la propia escalera es uno de los personajes fundamentales de la obra de Buero.

El personaje principal y fundamental, inmóvil y mudo, es la escalera de la historia escénica. Todo está ahí centrado y concentrado.

B) La escalera como símbolo del paso del tiempo

La escalera se humaniza hasta el punto de compartir simbólicamente la historia vital de los personajes, envejeciendo junto a ellos.

La escalera «acompaña» a los habitantes de la casa a lo largo de los años.

Nos encontramos con una presentación cíclica de los principales acontecimientos humanos, todos conectados con esa escalera siempre presente: el descubrimiento del amor en las reiteradas declaraciones, los matrimonios, la muerte.

C) La escalera como símbolo de la inmovilidad

La escalera es símbolo tanto de la inmovilidad social como de la inmovilidad personal.

Símbolo de la inmovilidad social

La escalera, símbolo de la inmovilidad de nuestra organización social, impide que la jerarquización existente evolucione con mayor fluidez.

Símbolo de la inmovilidad personal

La escalera asfixia las ilusiones de los personajes que viven en ella. El ambiente ahoga sus ambiciones personales.

La escalera es el signo de la inmovilidad personal.

D) La escalera como símbolo del fracaso

La escalera representa la vida que los está derrotando.

Como el escenario no ha variado, la reaparición de los personajes es una viva demostración de que su situación tampoco ha sufrido cambios.

Argumento

  • Identificar qué personas están hablando.
  • ¿En qué están hablando? (¿Es un momento de tensión, reconciliación o conflicto?)
  • ¿Cómo se sienten los personajes (anhelo, fracaso, envidia, amor, sueños rotos…)?
  • Relacionar con momentos clave de la historia.
  • Acto I: Presentación de sueños, relaciones amorosas iniciales y diferencias sociales.
  • Acto II: Frustraciones y vidas ya estancadas.
  • Acto III: Repetición del ciclo con las nuevas generaciones.
  • Opcional: escenario principal: escalera de la casa.

Temas

  • Frustración social y económica: Si los personajes se quejan de su pobreza o falta de oportunidades.
  • Amor y desengaño: Si el diálogo es entre dos personajes enamorados, pero marcados por las diferencias sociales.
  • Estancamiento y ciclos repetitivos: Si se mencionan los sueños incumplidos o cómo los hijos repiten los errores de los padres.
  • Conformismo y lucha: Si se refleja una actitud resignada o un intento de rebelarse contra las circunstancias.
  • Fracaso individual y colectivo: Ninguno de los personajes logra hacer realidad sus sueños y proyectos. A todos les alcanza el fracaso. El final es idéntico para todos: frustración total de cada uno y, en suma, frustración colectiva.
  • El amor frustrado: Un ejemplo es el amor que siente Fernando por Carmina, donde Fernando se acaba cansando y se va con Elvira por interés, y Carmina con Urbano por evitar la soledad. Otro ejemplo es el de Pepe y Rosa, donde Pepe no trabaja y pretende que Rosa lo mantenga.
  • Cuestión social debido a la guerra civil.
  • Diferencias de clase: don Manuel y el de su hija denotan una posición económica más alta que las de los demás. Además, Elvira piensa que ha bajado al casarse con Fernando, el cual no pudo mejorar ni con la ayuda de su suegro.
  • Dificultades económicas cotidianas: En escenas como el cobro del recibo de la luz.

Rasgos del lenguaje de los personajes

  1. Lenguaje coloquial y sencillo: Refleja el entorno humilde de los personajes y su condición de clase trabajadora.
  2. Tono emocional cargado de frustración: Los personajes a menudo expresan desilusión, reproches o resignación.
  3. Uso de preguntas retóricas: Sirven para enfatizar la desesperanza o el sarcasmo.
  4. Referencias al simbolismo de la escalera: Los personajes mencionan la escalera como símbolo del estancamiento y la falta de progreso.
  5. Contraste entre personajes soñadores y pragmáticos:
    • Soñadores (como Fernando): Usan un lenguaje idealista, lleno de esperanzas.
    • Pragmáticos (como Urbano): Hablan de manera más directa, centrados en la realidad.
  6. Lenguaje cargado de emociones amorosas o tensiones: Los personajes en relaciones conflictivas (Fernando y Carmina, por ejemplo) reflejan amor frustrado o reproches.
  7. Uso de exclamaciones para enfatizar emociones: Se utilizan para expresar enojo, desesperación o intensidad emocional.
  8. Lenguaje formal o altivo de personajes como Elvira: Representa su estatus económico más alto o su distancia emocional respecto a los demás.
  9. Ironía y sarcasmo: Aparece en personajes como Urbano, que utiliza este recurso para criticar o burlarse de los soñadores.
  10. Expresiones de resignación: Algunos personajes, especialmente las generaciones mayores, reflejan la aceptación de su destino.

¿A qué parte de la obra pertenece el fragmento?

  • Acto I:
    • Se centra en la presentación de los personajes, sus sueños y relaciones amorosas. Los conflictos iniciales surgen, pero hay un tono más esperanzador y juvenil.
  • Acto II:
    • Se sitúa una década después. Es el acto del desencanto, donde los personajes muestran frustración y reproches por sus vidas estancadas. Los conflictos familiares y matrimoniales predominan. Hay más tensiones.
  • Acto III:
    • Otra década después. Se enfoca en las nuevas generaciones y cómo repiten los patrones de sus padres. Tono melancólico, reflexivo o incluso trágico.

Relacionar con el tiempo que ha pasado

  • El texto puede dar pistas sobre el tiempo transcurrido.
  • Acto I: Todo ocurre en el presente inicial, sin referencias a un pasado significativo.
  • Acto II: Diez años después del Acto I. Los personajes suelen mencionar «llevamos años así» o hablan de sus hijos pequeños.
  • Acto III: Veinte años después del Acto I. Aparecen los hijos como jóvenes adultos.

Para justificarlo, se conecta el contenido del fragmento con los elementos del acto correspondiente.

Trucos para redactar y justificar

  1. Los personajes y sus relaciones:
    • Si están soñando y aún no han formado familias, probablemente es del Acto I. Ejemplo: un diálogo entre Fernando y Carmina donde se prometen un futuro mejor.
    • Si están casados con otros personajes y expresan frustración, pertenece al Acto II.
    • Si aparecen los hijos o hay reflexiones sobre el paso del tiempo, es del Acto III.
  2. Tono del fragmento:
    • Tono esperanzador: Acto I. Los personajes tienen sueños y aspiraciones.
    • Tono de desilusión y conflicto: Acto II. Hay más reproches y frustración.
    • Tono reflexivo o cíclico: Acto III. Se enfatiza cómo los hijos repiten los errores de sus padres.

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