El Teatro Español del Siglo XX: De la Posguerra al Experimentalismo

Enviado por Chuletator online y clasificado en Español

Escrito el en español con un tamaño de 12,96 KB

Como en otros géneros, la Guerra Civil marcó un punto de inflexión en la trayectoria del teatro español. Al terminar la contienda, algunos dramaturgos habían muerto (Valle-Inclán, García Lorca...), mientras que otros sufrieron el exilio (Alejandro Casona, Jacinto Grau, Rafael Alberti, Max Aub) pero continuaron escribiendo y experimentando. La producción de los viejos maestros como Benavente o Arniches perdió relevancia.

Comparado con la efervescencia del teatro extranjero (Bertolt Brecht, Antonin Artaud, Ionesco, Beckett...), el panorama general de la escena española desde principios del siglo XX resulta pobre debido a condicionamientos comerciales e ideológicos (recordemos que las innovaciones de Valle-Inclán, Unamuno o Lorca no son las que triunfan sobre los escenarios). El teatro que triunfa, el teatro comercial, es el de la comedia burguesa.

A finales de los años 40 y durante los 50, surge un teatro inconformista y existencialista, realista pero con gran importancia de los símbolos. Este teatro se posiciona frente al teatro comercial llevando a escena problemas de mayor profundidad. Algunos dramaturgos comenzaron a incluir en sus creaciones temas como la injusticia social, la falta de libertad o la pobreza material y moral de la época que, al igual que la novela y la poesía, trataba de dar testimonio de los problemas sociales más candentes. Autores más significativos de esta corriente: Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre.

En los años sesenta aparecen autores que cultivan un teatro comprometido y testimonial, de corte realista, en el que emplean técnicas propias de los sainetes grotescos, el expresionismo y el esperpento de Valle-Inclán: Lauro Olmo, José Martín Recuerda o José María Rodríguez Méndez.

Ya a comienzos de la década de los 70, el realismo testimonial entra en crisis. Aparecen autores que experimentan con el lenguaje teatral (Francisco Nieva...) y nuevos grupos de teatro independiente. Este neovanguardismo mantiene el compromiso social a la vez que se convierte en teatro simbólico, que requiere la complicidad del espectador. Por supuesto, en las tres décadas el teatro que siguió triunfando fue la comedia burguesa.

1. El Teatro en la Inmediata Posguerra: El Teatro de Evasión (Años 40)

Tras la guerra, la situación del teatro se estancó, agravada por la dependencia de las compañías de los intereses comerciales de unos empresarios que, a su vez, se sometían a las exigencias de un público burgués de gustos dudosos. A esto se sumaban las limitaciones ideológicas impuestas por una férrea censura.

En este contexto, imperaba la comedia burguesa, imitando la de Jacinto Benavente. Los empresarios teatrales, para evitar problemas, preferían piezas acordes con el gusto burgués, de ahí que perdurara un teatro de evasión. Esta comedia fue cultivada por José María Pemán o Juan Ignacio Luca de Tena, entre otros.

Otra corriente que tuvo gran éxito en esta época fue el teatro humorístico. Los autores más destacados fueron Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura (que publicaría casi todas sus obras después de los años 50), quienes practicaban una comicidad basada en lo ilógico o lo incongruente.

Enrique Jardiel Poncela

A su teatro se le ha llamado teatro de lo inverosímil porque busca la comicidad a través de situaciones ilógicas y disparatadas. Suele acumular datos inexplicables en los primeros actos que luego cobrarán sentido. Sus personajes también resultan cómicos por sus manías, tics y diálogos ingeniosos y disparatados. Las situaciones en las que los pone son grotescas, ridículas o increíbles. Después de la guerra tuvo mucho éxito Eloisa está debajo de un almendro.

Miguel Mihura

Lo más característico de Mihura es su humor tierno. Aunque presente situaciones difíciles, la imaginación resuelve el conflicto sin saña. Sus obras no pretenden reflejar, sino idealizar la vida por medio de la humanización de sus personajes y el triunfo de la bondad y de la ternura. Su humor es producto de la asociación inverosímil de elementos, de la exageración y de la distorsión de la causalidad lógica. Su mejor comedia la escribió antes de la Guerra Civil, Tres sombreros de copa. Hacen referencia a los sombreros que el protagonista, Dionisio, huérfano, tiene en la casa de huéspedes donde transcurre la acción antes de casarse con una muchacha acomodada. Ninguno de los sombreros le sienta bien, lo que simboliza que Dionisio no va a adaptarse al mundo de la burguesía en el que va a entrar con su matrimonio. 

2. El Teatro Inconformista y Existencialista (Finales de los 40 y Años 50)

En una línea muy distinta, surge un teatro grave, preocupado, inconformista, paralelo a la poesía del momento, que podemos denominar existencial. Las características de este teatro son similares a los otros géneros:

  • Traspasan al ámbito de lo personal los problemas sociales.
  • Los personajes son seres angustiados y desarraigados que revelan el malestar social por la existencia precaria.
  • Se expresa una doble angustia: personal y social, por la situación de miedo, represión y hambre.
  • Los temas son el vacío personal, la soledad del hombre y el desarraigo.
  • La lengua literaria se basa en la comunicación, en pro de la claridad.

Este teatro existencialista, de inconformismo social, se planteó dos alternativas:

  • El teatro posibilista, representado por Antonio Buero Vallejo, que busca eludir la censura oficial.
  • El teatro imposibilista, representado por Alfonso Sastre, que quiere expresarse con libertad aunque a veces no consiga estrenar sus obras por culpa de la censura.

Dos fechas resultan claves: 1949, con el insólito estreno de Historia de una escalera (premio Lope de Vega), de Buero Vallejo, y 1953, en que un teatro universitario presenta Escuadra hacia la muerte, de Alfonso Sastre, que fue prohibida poco después. Obras como éstas son signos de un teatro distinto, que quiere hacerse un sitio en la escena, frente a lo trivial o lo convencional. Hacia 1955, los autores iniciarán un teatro social, como en otros géneros.

Alfonso Sastre

Busca una alternativa al teatro comercial mediante la creación de grupos teatrales. Para él es más importante lo social que lo estético. Su teatro es un teatro existencial en el que también aparece la preocupación por la injusticia y la opresión del poder sobre el individuo, en el que hay crítica social que busca transformar la realidad política.

En Escuadra hacia la muerte recrea una supuesta tercera guerra mundial en la que un grupo de soldados asesinan al cabo que los dirigía en una misión suicida. En la obra se tratan los temas de la opresión, que llevan a la rebelión y el asesinato, los remordimientos y la expiación de la culpa. La obra se prohibió porque se vio una crítica a la opresión que representaba la dictadura.

3. El Teatro Social de Protesta y Denuncia (Finales de los 50 y Años 60)

Alrededor de 1955 se marca el cambio, de lo existencial a lo social: Buero publica un artículo en 1955 contra la censura, por los problemas que va teniendo; Sastre estrena La mordaza y Ana Kleiber, ambas suspendidas casi inmediatamente. Pasamos a una nueva etapa orientada hacia el teatro social (o «de protesta y denuncia»). Ha aparecido un público nuevo, juvenil y universitario. Además, la censura se relaja. Se fragua la concepción del realismo social.

La temática de sus obras sería la burocracia deshumanizada y la esclavitud del trabajador, las angustias de los jóvenes, la situación de los obreros forzados a emigrar... Lo común sería el tema de la injusticia social y de la alienación. La actitud del autor será de testimonio o de protesta. En cuanto a la estética y la técnica, se inscriben en el realismo, aunque con matices: recursos y lenguaje de sainete, rasgos esperpénticos, cierto simbolismo... Intentan crear un teatro comprometido con los problemas de España: son muchas las piezas de estos autores que no llegaron a los escenarios.

Aparecerán autores nacidos en torno a 1925, que toman como referente a Buero y Sastre, también al neoexpresionismo (que presenta una realidad deformada que acentúa los rasgos grotescos en los personajes, situaciones y el lenguaje) e incluso el esperpento de Valle-Inclán:

  • José Martín Recuerda (en Las salvajes en Puente San Gil muestra con rasgos esperpénticos la convulsión que provoca en un pueblo la llegada de una compañía de revista).
  • Lauro Olmo (en La camisa presenta la dura vida de los obreros venidos del campo a las chabolas de la ciudad).
  • José María Rodríguez Méndez (en Los inocentes de la Moncloa presenta con gran realismo las angustias de un joven para sacar las oposiciones de notario mientras su recién compañero de habitación en la pensión donde vive, al que apenas conoce, muere sin que nadie se haya dado cuenta de lo enfermo que estaba).

El Teatro Experimental de los Años 70

Junto al teatro comercial y al teatro realista con influencias neoexpresionistas, a finales de los 60 aparece un teatro underground o soterrado al margen de los circuitos comerciales. Técnicamente, experimentan con el lenguaje teatral y se alejan del gran público. Temáticamente, como el teatro realista, rechaza la situación española.  Sus temas centrales son la falta de libertad, la injusticia y la alienación. A veces incorpora elementos musicales, circenses o danzas. Presenta personajes deshumanizados y esquemáticos (a veces animales) y situaciones y lenguaje alegórico, en alusión a la situación política española. Cuando llegó la democracia decayó porque perdió parte de su sentido.

Autores que escribieron teatro experimental:

  • José Ruibal
  • Francisco Nieva, este último escribió lo que él llamó “teatro furioso”, basado en la libertad imaginativa y casi surrealista.

Fernando Arrabal

Se exilia en 1955 en Francia. Autor de teatro, novelas, ensayos... Uno de los máximos representantes del por él llamado “teatro pánico”, que se caracteriza por la provocación y el desenfreno, con un rechazo de la burguesía y del orden establecido, en medio de un mundo sin sentido y cruel. Recoge elementos del Teatro de la Crueldad, de Artaud y del Absurdo. Está lleno de humor, pasión, vitalidad, cuajado de situaciones cercanas al disparate, de juegos de palabras muy sugerentes, mezcla lo vanguardista con lo esperpéntico, absurdo, superrealista, poético, cruel, para crear un continuo efecto de sorpresa, contrario a los convencionalismos. Ejemplos de sus obras son Pic-Nic, El triciclo, El laberinto, El cementerio de automóviles o El arquitecto y el emperador de Asiria. Posteriormente, su teatro adquiere tonos políticos: Teatro de guerrilla (1969).

Francisco Nieva

Dramaturgo y escenógrafo. Hasta finales del franquismo no consigue estrenar sus obras. El mismo Nieva divide sus obras en dos grupos: teatro furioso y teatro de farsa y calamidad, aunque, en general, su obra destaca por el gusto por la complejidad, el elevado esteticismo lírico y la escena barroquista. Ejemplos de obras son: La carroza de plomo candente, Coronada y el toro o Malditas sean Coronada y sus hijas.

Antonio Gala

Autor de un teatro de carácter simbólico que trata los grandes temas humanos, como el amor, la libertad, la muerte, el miedo…También escribió obras de corte histórico, como Anillos para una dama (sobre Jimena, la esposa del Cid). Es un autor de grandes éxitos.

Grupos de Teatro Independiente

  • Tábano, Los Goliardos (en Madrid)
  • Els Joglars, Els Comediants, La Fura dels Baus (en Barcelona)
  • Akelarre (en Bilbao)
  • La Cuadra (en Sevilla)

Tratarán de superar el modo clásico de representación mediante el montaje de espectáculos, que sacan incluso a las calles (el espectáculo de inauguración de los juegos olímpicos de Barcelona 92 corrió a cargo de La Fura dels Baus).

El Teatro en el Exilio

No podemos olvidar a los autores que ya publicaban teatro antes de la guerra y lo siguen haciendo en el exilio:

  • Jacinto Grau
  • Rafael Alberti (El adefesio, Noche de guerra en el Museo del Prado)
  • Max Aub (San Juan)
  • Alejandro Casona (La dama del alba)
  • Pedro Salinas (Judit y el tirano)

Desarrollado sobre todo en México y Argentina, presenta diferencias estéticas con el cultivado en España. Su temática es variada y su función es entretener e innovar, de ahí que opten por incluir en sus obras elementos vanguardistas.

Entradas relacionadas: