El Teatro Español de Posguerra: Tendencias, Autores y Obras Clave (1940-1960)

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Impacto de la Guerra Civil en el Teatro Español

Las dramáticas consecuencias de la Guerra Civil se dejaron sentir en los aspectos sociales, políticos, económicos, humanos y, también, en el ámbito de la cultura. Algunos autores murieron, como Valle-Inclán y Lorca. Los mejores escritores sufrieron el exilio, pero mantuvieron el contacto con los que permanecieron en España. En los años 40, se aprecia una literatura arraigada y desarraigada, dependiendo del mayor o menor compromiso del escritor con su entorno. En los años 50, se impone la literatura social, que presenta un enfoque realista en la denuncia social. El teatro se convirtió en el género más desfavorecido, ya que se encontraba con la censura, tanto en el texto como en la representación.

1. El Teatro de Posguerra (1940-1955): Tendencias Principales

Destacan principalmente dos tendencias:

  • El teatro burgués
  • El teatro de humor

El Teatro Burgués de los Años 40

Sigue la línea de la alta comedia de Benavente. Predominan las "comedias de salón", con tramas en las que se critican de forma amable las costumbres y se defienden los valores tradicionales. Utilizan personajes de la alta burguesía en espacios escénicos lujosos. Los temas son el amor, el adulterio, los celos, la ruina o el desfase generacional. Se observa una preocupación por la "obra bien hecha", con un diálogo cuidado. Destacan Jacinto Benavente y José María Pemán.

El Teatro del Humor

Se trata de un teatro cómico e inteligente, que parte del choque entre el individuo descontento y una sociedad convencional que atenaza al hombre y le impide ser feliz. Lo plasman a través de planteamientos disparatados, situaciones humorísticas y absurdas. Destacan Jardiel Poncela, con Eloísa está debajo de un almendro, y Miguel Mihura, con Tres sombreros de copa.

2. El Teatro Social de los Años 50 y 60

Historia de una escalera, de Antonio Buero Vallejo, inicia una nueva etapa orientada hacia el teatro social, cuyo tema es el compromiso político y la denuncia social, y donde aparece un público juvenil y universitario. El teatro social tiene como iniciadores a Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre. Buero Vallejo defiende un teatro que debe atacar ciertas normas sociales e imposiciones de la censura para que sus obras puedan subir a los escenarios, y ha de luchar contra la injusticia. Alfonso Sastre propone un teatro de agitación social enfrentado al poder.

A la zaga de estos autores, surgió una generación realista integrada por Lauro Olmo, José Martín Recuerda y José María Rodríguez Méndez. El autor se muestra en una actitud de testimonio o de protesta ante temas como la esclavitud del trabajador, la angustia de jóvenes opositores y la situación de los obreros obligados a emigrar. En cuanto a la forma, el lenguaje es sencillo, directo y, en ocasiones, violento. Una obra importante es *Los inocentes de la Moncloa*, de Rodríguez Méndez.

Junto al teatro social y comprometido, encontrábamos también otra modalidad dramática basada en una comedia amable, que contribuyó a mantener la escena española alejada de las cuestiones reales de la vida. Su figura más celebrada fue Alfonso Paso, al que siguieron otros como Víctor Ruiz Iriarte.

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