Teatro Español: Evolución, Autores y Obras Clave (Antes de 1939 a la Generación del 27)

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El Teatro Español Anterior a 1939: Tendencias, Autores y Obras Principales

El teatro español de esta época se reparte, a grandes rasgos, en dos corrientes: el teatro que triunfa o de éxito y el teatro de intenciones renovadoras.

El Teatro que Triunfa

El Teatro Realista

Jacinto Benavente (1866-1954) es la figura más representativa del momento. Su obra, comedia benaventina, refleja las costumbres sociales de la clase burguesa con sus hipocresías y convencionalismos. La crítica negativa califica su teatro de antiteatral. Obras destacadas: El nido ajeno (1894), Pepa Doncel, La Malquerida.

El Teatro en Verso o Poético

Es un teatro de signo antirrealista, en conexión con la nueva estética modernista. Dentro de este teatro, será el histórico el de mayor cultivo, aunque no el único, pues frente a él proliferará el drama rural en verso.

Los principales representantes son Eduardo Marquina, con obras como Las hijas del Cid o En Flandes se ha puesto el sol, y Francisco Villaespesa, con El Alcázar de las perlas o La leona de Castilla.

Teatro Cómico

Se denomina también popular por el gran éxito de público que alcanzaron y por estar inspiradas muchas de ellas en ambientes castizos.

Los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero llevaron a sus obras una Andalucía tópica y sin problemas, alejada del hambre y de la miseria.

Carlos Arniches presenta dos facetas en su producción:

  • a) Sainetes de ambiente madrileño, interesantes por el habla castiza. Ejemplos: El santo de la Isidra; Los milagros del jornal.
  • b) La que llamó tragedia grotesca, con obras en las que se funden lo sensible y lo conmovedor, con una observación de costumbres más profunda y con una actitud más crítica ante las injusticias. Ejemplo: Los caciques.

Pedro Muñoz Seca escribe obras descabelladas, sin más objetivo que provocar la carcajada. Su obra más conocida es La venganza de don Mendo, parodia de los dramas románticos que ha sido bastante representada.

El Teatro Renovador

El Teatro en la Generación del 98

Sus obras no consiguen el éxito que premiaría su calidad, sobre todo porque el público está acostumbrado a otra estética y desdeña lo que se aparta de los temas tradicionales con las técnicas de siempre.

Miguel de Unamuno: como lo hacía en los demás géneros, también cultivó el teatro como medio de resolver su problema existencial, para plantear conflictos humanos que le obsesionaban. Sus dramas son de ideas, con un diálogo denso y personajes que encarnan conceptos. Entre sus obras destacan Fedra, La esfinge, La venda, Soledad, Raquel encadenada, Sombras de sueño y El otro.

Azorín proclama la necesidad de renovar el teatro y abrir en él nuevos cauces expresivos. Obras: Brandy, mucho brandy; Comedia del arte; Lo invisible; Cervantes o la casa encantada.

Entre todos los autores de la Generación del 98, tenemos que destacar la figura de Ramón del Valle-Inclán.

Sus obras pasan por un periodo de transición con sus Comedias bárbaras (La cabeza del dragón, La marquesa Rosalinda, Farsa y licencia de la reina castiza, obras en las que satiriza a la sociedad ridiculizando personajes y situaciones), hasta llegar al esperpento con obras como Luces de Bohemia y la trilogía Martes de carnaval, que incluye Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán.

Mediante la técnica del esperpento, Valle-Inclán deforma sistemáticamente la realidad y nos la presenta como algo grotesco mediante contrastes violentos, presentación de lo extraordinario como algo normal y verosímil, presencia de la muerte como aceleración de la degradación humana, muñequización o conversión de los personajes en fantoches y libertad en el lenguaje, al mezclar los distintos niveles o registros.

Luces de Bohemia es no sólo su obra más representativa, sino también una de las más importantes del siglo XX.

Coetáneo del 98 y pionero del Vanguardismo, destaca la figura de Ramón Gómez de la Serna que, anticipándose en muchos años, habló ya de un "anhelo antiteatral", lo que luego sería el “antiteatro” de Ionesco. Compuso obras como La utopía, El laberinto, y Teatro en soledad.

El Teatro en la Generación de 1927

Algunos de los miembros de la Generación del 27 ocupan un lugar destacado en el teatro español. Los rasgos más destacables en la dramática de esta generación son:

  • a) Una depuración del teatro poético.
  • b) La incorporación de las formas de vanguardia.
  • c) El propósito de acercar el teatro al pueblo. El ejemplo máximo es, sin duda, Lorca.

La obra dramática de Federico García Lorca es una de las cumbres del teatro español y universal.

La trayectoria del teatro lorquiano pasa por tres momentos de desigual extensión:

  • Los tanteos o experiencia de los años veinte: El maleficio de la mariposa (1920), Mariana Pineda (1925), Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín (1928).
  • La experiencia vanguardista: El público (1930), Así que pasen cinco años (1931).
  • La etapa de plenitud: Bodas de sangre (1933), Yerma (1934), La casa de Bernarda Alba (1936).

Rafael Alberti y Pedro Salinas dedicaron también parte de su actividad literaria al teatro. Antes de la Guerra Civil, Alberti había estrenado dos obras muy distintas: El hombre deshabitado (1930), mezcla de auto sacramental y obra vanguardista de tipo surrealista, y Fermín Galán (1931), sobre un héroe republicano fusilado. Esta última representa un giro hacia una literatura comprometida.

Otros autores contemporáneos del 27 fueron Miguel Hernández, Alejandro Casona y Max Aub.

Miguel Hernández, tras escribir un auto sacramental, cultiva un teatro social en verso con influencia de Lope, El labrador de más aire (1937). Escribe también teatro de combate para representarse en el frente (Teatro de guerra).

Alejandro Casona se dedica al teatro puro y antirrealista, combinando a veces lirismo y humor (Otra vez el diablo). A partir de 1936 continuó su producción en el exilio, con obras muy exitosas, como La barca sin pescador, Los árboles mueren de pie, La dama del alba. En ellas destaca la combinación de realidad y fantasía: los personajes viven situaciones irreales propias de la ensoñación. Aparecen conflictos humanos como la muerte, la felicidad, el egoísmo, la culpa. Los conflictos se resuelven muchas veces, sin embargo, de una manera pueril.

Max Aub fue también pionero de la Vanguardia, en concreto, del surrealismo. Sus obras se centran en la incapacidad del hombre para comprender la realidad (Una botella) o en el compromiso con la situación sociopolítica de la posguerra desde el exilio (Los trasterrados, Morir por cerrar los ojos).

El Modernismo y la Generación del 98

  • La crisis de fin de siglo en España da lugar a dos movimientos: el Modernismo y la Generación del 98. Esta diferenciación ha sido siempre muy discutida.
  • Para algunos, existe un único movimiento literario, el Modernismo, que es la expresión del cambio de sensibilidad en la cultura española de fin de siglo. No hay razón, por tanto, para hablar de Generación del 98.
  • Para otros, en cambio, aunque modernistas y noventayochistas pertenezcan a una misma generación histórica, existen diferencias suficientes entre ellos como para no incluirlos en el mismo movimiento. El Modernismo se asocia con la preocupación estética y el refinamiento artístico; el 98 se asocia con una orientación más intelectual y filosófica: el problema existencial y el tema de España.

El Modernismo

  • El Modernismo es un movimiento artístico que se inicia en 1880 y se mantuvo vigente a lo largo de los primeros años del siglo XX, hasta la Primera Guerra Mundial (1914).
  • La palabra “modernista” fue utilizada en un principio para referirse con tono despectivo a los jóvenes que intentaban romper con la estética del Realismo. También se oponían al materialismo burgués de su generación, adoptando para ello posturas inconformistas y de rebeldía, como la vida bohemia.

Orígenes e Influencias del Modernismo

  • Las primeras manifestaciones literarias del Modernismo tuvieron lugar en Hispanoamérica y su principal figura es Rubén Darío.
  • En lo estético, influyeron decisivamente dos movimientos literarios franceses:
    • a) El Parnasianismo (el arte por el arte), caracterizado por la perfección formal, el culto a la belleza externa y la poesía serena y equilibrada. Sus temas preferidos eran los mitos griegos y la evocación de ambientes exóticos (orientales, medievales…). Sus máximos representantes fueron L. de Lisle y T. Gautier.
    • b) El Simbolismo (la música ante todo) se propone descubrir los significados profundos que se esconden más allá de la realidad sensible. Para ello se vale de los símbolos que sugieren ideas, sentimientos o estados de ánimo. Para sugerir estos significados ocultos, los simbolistas recurren a un lenguaje musical y al uso de las sinestesias. Sus máximos representantes fueron Baudelaire, Verlaine, Rimbaud y Mallarmé.
  • El Modernismo tomó de los parnasianos la búsqueda de la perfección formal, los temas exóticos y el concepto de “el arte por el arte”. De los simbolistas, el ritmo y la musicalidad del verso.
  • Otras influencias perceptibles en el Modernismo son: el romanticismo intimista de Bécquer y la poesía de Walt Whitman.

Temas de la Literatura Modernista

  • El Modernismo es un movimiento esteticista: la búsqueda de la belleza, único medio de huir de la realidad cotidiana y de mostrar su desacuerdo con ella, es el principal motivo artístico.
  • Esta búsqueda de la belleza se manifiesta en las evocaciones históricas y legendarias (evasión en el tiempo y en el espacio). En estas evocaciones de tiempos pasados y ambientes exóticos abundan las ninfas y dioses, los palacios y castillos, los cisnes, las princesas, etc.
  • Otro tema importante lo constituye la expresión de la intimidad personal: la melancolía, el hastío y la tristeza como manifestaciones del malestar existencial, sentimientos envueltos en ambientes otoñales o jardines abandonados.

El Lenguaje Modernista

  • Utilizan un léxico muy seleccionado, con preferencia por palabras musicales que expresen luz y color; abundan también los arcaísmos y los neologismos.
  • Utilizan sonetos en alejandrinos y usan versos dodecasílabos y eneasílabos.
  • En general, el Modernismo español es más intimista que esteticista, es decir, más simbolista que parnasiano.
  • El padre del Modernismo y el auténtico renovador de la poesía española fue Rubén Darío.

La Generación del 98

  • El término de Generación del 98 se debe a Azorín, que lo propuso en una serie de artículos de 1913. Eran contemporáneos de los modernistas y compartían con estos una misma actitud de protesta contra la sociedad y contra el estado de la literatura, pero sus grandes preocupaciones eran el problema de España y cuestiones filosóficas.
  • Los hechos más destacados para considerarlos generación literaria son:
    • a) Escasa diferencia de edad: todos nacieron entre 1864 (Unamuno) y 1875 (A. Machado).
    • b) Relaciones personales entre ellos: Azorín, Baroja y Maeztu formaron el grupo de Los Tres y todos frecuentaban los mismos ambientes y tertulias literarias.
    • c) El acontecimiento generacional que les une es el desastre del 98, año en que España pierde sus últimas colonias.

Características de la Generación del 98

  • Sienten gran preocupación por el problema de España. Los autores del 98 buscaron respuestas abstractas y filosóficas. Es decir, el tema de España les interesaba especialmente en el plano de las ideas o creencias. Por eso buscan la esencia de lo español en el idioma, en la tradición, en la literatura medieval o en el paisaje castellano.
  • Las preocupaciones filosóficas que más les interesan giran sobre el sentido de la existencia o el destino del hombre (derivados de la influencia que ejercen sobre ellos filósofos como Schopenhauer o Nietzsche). Asimismo, algunas obras de Unamuno o Baroja son claros antecedentes del existencialismo europeo.
  • Sienten también unas mismas inquietudes literarias: critican el Realismo, buscan un lenguaje preciso y natural, y realizan innovaciones en la novela y el ensayo.

La Poesía de la Generación del 27

Nómina

Los componentes de esta generación son: Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Jorge Guillén, Pedro Salinas, Federico García Lorca, Rafael Alberti y Dámaso Alonso.

Estos poetas presentan características peculiares y diferentes.

En primer lugar, estaban unidos por una gran amistad; vivieron en Madrid durante los años veinte y treinta o pasaron gran tiempo allí (vinculados a la Residencia de Estudiantes en Madrid); la mayoría fueron exiliados durante la guerra o se marcharon.

Tradición y Vanguardias

Tradición y vanguardias son los polos entre los que se mueven las obras de los poetas. Su deseo de enlazar con la tradición los llevó a la poesía popular de los cancioneros y romanceros. Entre los modernos, influyeron en especial Bécquer, Rubén Darío y, sobre todo, J. R. Jiménez. De las vanguardias, les influyó el surrealismo, el creacionismo, el ultraísmo y el futurismo.

Trayectoria Literaria

Se advierten en la trayectoria de estos poetas rasgos y etapas comunes:

  • Ideal de pureza: cultivan la poesía pura, con sentimientos, emociones, anécdotas y descripciones. Influenciados por J. R. Jiménez, buscan la precisión léxica y la desnudez poética. La sencillez expresiva lleva también al neopopulismo de autores como Lorca o Alberti.
  • Influencia del surrealismo: este movimiento de vanguardia dejó clara huella en algunos poetas del 27 (Lorca y Alberti) que, con las técnicas surrealistas, cultivaron la expresión con entera libertad de sus conflictos íntimos y rechazaron las normas morales caducas.
  • Poesía comprometida: bajo la influencia del surrealismo se inició la “rehumanización” (Cernuda y Salinas). La tendencia purista inició un claro declive por el progreso de politización del país (Pablo Neruda), mientras que algunos, como Jorge Guillén, apenas variaron el rumbo de su obra.
  • La guerra y el exilio: al estallar la guerra, todos los miembros de esta generación, con la excepción de Gerardo Diego, tomaron partido por la República. Al mes, Lorca es asesinado.

Principales Autores

  • Pedro Salinas: utilizaba métrica sencilla, versos cortos y renuncia a la rima. Obras: La voz a ti debida y Razón de amor.
  • Jorge Guillén: máximo representante de la poesía pura. Obras: Cántico, Clamor y Homenaje.
  • Gerardo Diego: su obra se caracteriza por la variedad de tonos, temas y estilos. Obras: El romancero de la novia, Versos humanos o Versos divinos.
  • Dámaso Alonso: pionero de la poesía pura, poesía existencial, desarraigada. Obra: Hijos de la ira.
  • Vicente Aleixandre: lo peculiar de su estilo son las metáforas visionarias, el verso libre, el versículo y la densidad. Obra: Sombras del paraíso.
  • Federico García Lorca: obras destacadas: Romancero gitano, Poeta en Nueva York y La casa de Bernarda Alba.
  • Rafael Alberti: alterna poesía pura, tradicional, barroca y vanguardista. Obra: La amante.
  • Luis Cernuda: obra destacada: La realidad y el deseo.

El Novecentismo y las Vanguardias

El Novecentismo

Incluye a un grupo de intelectuales liberales que reaccionan contra el arte anterior, sin llegar a la ruptura del vanguardismo. Conviven con las vanguardias de los años 20 y siguen distintos rumbos tras la Guerra Civil. Cultivan sobre todo la novela (G. Miró) y el ensayo (Ortega y Gasset, Gregorio Marañón), pero también la poesía (J. R. Jiménez).

Representan un nuevo tipo intelectual. En cuanto a sus ideas, destacan el rechazo al siglo XIX, rechazan el sentimiento y el subjetivismo romántico y muestran un fervor por lo clásico. También se plantea el tema de España: quieren modernizar el país y conseguir el cambio moral de los individuos. En cuanto a su estética, puede destacarse el deseo de apartarse de la literatura decimonónica. Es una literatura que evita lo sentimental y prima lo intelectual, se innovan los géneros literarios. La novela pierde peso y a veces se acerca al ensayo. El estilismo está dominado por una idea de pulcritud, equilibrio; se huye de lo fácil en busca de una obra “bien hecha” con una prosa cuidada y llena de recursos.

Novela Novecentista

Gabriel Miró destaca por su capacidad para captar sensaciones. Obras: Las cerezas del cementerio y El obispo leproso.

Ramón Pérez de Ayala es un autor intelectual y crítico. En su etapa primera, destaca La pata de la raposa, y en su madurez, Tigre Juan.

Ensayo Novecentista

José Ortega y Gasset parte del racionalismo y el vitalismo. Obras: Meditaciones del Quijote y La deshumanización del arte.

Poesía Novecentista

Juan Ramón Jiménez constituye un verdadero enlace entre las generaciones precedentes y las del 27. Etapa sensitiva: Alma de violeta, Jardines lejanos. Segunda etapa: Diario de un poeta recién casado. Tercera etapa: En el otro costado.

Vanguardismo

Las características generales son: se oponen a la tradición artística y cultural anterior; realizan cambios totales; rechazan el sentimentalismo y la subjetividad, pero también el antirracionalismo, todo a favor del vitalismo; el principal valor es la originalidad por medio de la experimentación, se exalta el mundo moderno.

Movimientos Vanguardistas

  • Cubismo: con Las caligrafías de G. Apollinaire, pretende expresar la realidad a través de formas geométricas.
  • Futurismo: F. T. Marinetti rechaza el arte del pasado y busca reproducir una sensación de fuerza y movimiento inspirados en el mundo moderno.
  • Dadaísmo: artistas exiliados de la guerra, consiste en romper con el pasado, sin crear por ello nuevas formas de futuro.
  • Surrealismo: destaca Juan Larrea con Versión celeste.
  • Creacionismo: Vicente Huidobro busca crear un arte autónomo basado en la imitación de la realidad. En España, Gerardo Diego.
  • Ultraísmo: “ir más allá” que el novecentismo abriéndose a todas las tendencias que aporten algo nuevo, especialmente futurismo, cubismo y creacionismo. Destacan G. de Torre y Pedro Garfias.

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