El Teatro Español Anterior a 1936: Modernidad y Tradición en la Escena

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EL TEATRO ESPAÑOL ANTERIOR A 1936: TENDENCIAS, RASGOS PRINCIPALES, AUTORES Y OBRAS MÁS SIGNIFICATIVAS

A finales del siglo XIX y principios del XX, el teatro español estaba anclado en una comedia de costumbres burguesas. El escaso interés de las compañías teatrales impedía cualquier intento renovador del panorama teatral. A medida que transcurrieron los años, la divergencia entre el teatro español y el teatro europeo, mucho más plural e innovador, se fue acrecentando.

6.1. El teatro comercial: teatro realista (Jacinto Benavente), teatro cómico (Pedro Muñoz Seca y Carlos Arniches) y teatro poético (Eduardo Marquina)

Durante las primeras décadas del siglo XX predomina un teatro comercial y de diversión, del agrado del público, que llenaba las salas de gente de la clase media o burguesa. Es, sin embargo, un teatro inmovilista, decadente, poco creativo y poco renovador. Su calidad dramática es más bien pobre y escasa. Dentro del teatro comercial que llenaba las salas, cabe distinguir tres tendencias:

  • Teatro realista

    Su máximo representante es Jacinto Benavente, premio Nobel y autor hegemónico durante casi medio siglo. Benavente moderniza la escena española acercando el teatro a la mentalidad de la época. Sus obras, que empezaron con mayor carga de crítica social, se convierten en unas piezas llenas de finura, bien construidas, de cuidados diálogos, de personajes y ambientes burgueses. Sus dos mejores obras son Los intereses creados y La malquerida. Fundiendo rasgos y elementos del teatro clásico español y de la comedia del arte italiano, el autor logra con Los intereses creados una obra en la que se censura amablemente el materialismo y la hipocresía de la sociedad. La malquerida es un drama de ambiente rural con una cierta tensión dramática al hilo de una pasión incestuosa que lleva al crimen.

  • Teatro cómico

    El género que más complacía al público era el cómico, que perseguía la carcajada del espectador. Carlos Arniches fue el más famoso autor de sainetes de su tiempo. Estas piezas están ambientadas en un Madrid castizo, lleno de personajes procaces y vulgares que emplean un lenguaje en el que se mezclan madrileñismos, juegos de palabras, dobles sentidos y todo tipo de recursos humorísticos. A partir de La señora de Trévelez, evolucionó hacia una tragedia grotesca como Es mi hombre, en la que lo cómico se mezcla con lo trágico para cristalizar en una caricatura la hipocresía social. En un nivel estético inferior se encuentra la obra de Pedro Muñoz Seca, creador del astracán, género que solo pretende provocar la risotada mediante situaciones disparatadas. Su mejor “astracanada” fue La venganza de don Mendo, burla de las convenciones del teatro histórico.

  • Teatro poético

    Consistió en un drama basado en la historia nacional, impregnado de fuerte ideología tradicionalista. Destaca Eduardo Marquina, conocido sobre todo por ser el iniciador y el autor más relevante de este teatro poético, en el que se aprecia la influencia de los valores del Modernismo, sobresalen títulos como Las hijas del Cid, Doña María la Brava.

6.2. La trayectoria dramática de Ramón María del Valle-Inclán

La trayectoria dramática de Valle-Inclán anterior al esperpento puede ordenarse en dos partes: su producción es variada e incluye novelas, cuentos, poesía, teatro… En esos géneros se observa una evolución por la que pasa de un Modernismo elegante y nostálgico a una literatura crítica, basada en profunda dispersión de la realidad. Su obra teatral se agrupa en tres ciclos:

  • El mito: La acción transcurre en una Galicia mítica: Comedias bárbaras, Divinas palabras. En Divinas palabras intenta mostrar lo irracional, la superstición, la crueldad o los instintos enraizados en unas gentes primitivas.
  • La farsa: Transición del Modernismo al esperpento. La marquesa Rosalinda. Valle-Inclán crea sus personajes como muñecos grotescos y degrada y deforma con intención crítica la corte de Isabel II.
  • El esperpento: Luces de bohemia y la trilogía Martes de carnaval.

“Esperpento” es la palabra valleinclanesca para denominar a unas obras que pretenden llegar a mostrar lo absurdo, exponer el sentido trágico de la vida y su disconformidad con la vida española de su tiempo. Entre otros aspectos, el autor utiliza la deformación de las situaciones y de la realidad; la distorsión del lenguaje, a veces vulgar, pero rico y elaborado; la degradación de los personajes y, por último, la presencia de aspectos trágicos y paródicos.

Luces de bohemia inicia la estética del esperpento. La obra relata el último recorrido por la noche madrileña de Max Estrella, un poeta ciego y fracasado acompañado de su lazarillo, Don Latino de Híspalis, antes de morir. Todo es susceptible de crítica. Con la trágica muerte de Max queda derrotado el idealismo frente a la injusticia social. La obra se divide en quince escenas, que van desde la presentación inicial de los protagonistas y su situación, hasta la muerte y el entierro de Max Estrella. Los personajes centrales son totalmente opuestos: mordaz, inteligente y lúcido Max, y mezquino, cobarde y estafador Don Latino. Bajo los personajes de ficción se esconden muchos personajes reales de la época: Unamuno, Alfonso XIII, Pastora Imperio…

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