El Teatro Español de los Años 50: Compromiso Social y Existencial en la Posguerra
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El Teatro Español de los Años 50: Compromiso y Realismo en la Posguerra
El teatro de los años 50 en España se enmarca en el mismo contexto histórico que la década anterior, la posguerra. Durante este periodo, surge un teatro social y comprometido que, desde el realismo, busca criticar diversos aspectos de la sociedad de posguerra.
Subgéneros del Teatro Social
Dentro del teatro social de la época, podemos identificar varias corrientes:
Tragedia Existencial
Este subgénero admite una doble lectura: social y existencial. El individuo ve sus ambiciones frustradas por la represión y la falta de libertad. Se combina la cotidianidad con una profunda reflexión sobre temas universales. La dimensión existencial se logra a través de personajes y elementos con un marcado valor simbólico. En los personajes, destaca su realismo psicológico, influenciado por figuras como Henrik Ibsen. El autor más destacado en esta corriente es Antonio Buero Vallejo, con obras emblemáticas como Historia de una escalera y El tragaluz.
Drama Social
El texto se plantea como un instrumento de denuncia sobre los aspectos más negativos de la realidad. Se emplea un lenguaje realista para plasmar la cotidianidad y se busca una mayor complejidad psicológica de los personajes. Su objetivo es claramente crítico, con una crítica directa y explícita que, en muchas ocasiones, llevó a la censura de las obras. Destacan autores como Lauro Olmo (con La camisa) y Carlos Muñiz (con El grillo).
Drama Social Expresionista
Representa una evolución del drama social en la que se emplea un lenguaje deformante y grotesco. La deformación expresionista persigue intensificar la crítica social. Entre sus exponentes se encuentran Carlos Muñiz (con El tintero) y Lauro Olmo (con La pechuga de la sardina).
Dramaturgos Clave del Teatro de los Años 50
Antonio Buero Vallejo
La obra Historia de una escalera supuso un gran revulsivo en la escena dramática española. Las obras de Buero Vallejo constituyen un claro ejemplo de tragedia moderna y se caracterizan por construir historias con un profundo valor social y existencial, gracias a la dimensión simbólica de sus personajes.
Rasgos Distintivos de su Obra:
- Elección de motivos simbólicos: Permiten una lectura universal de una situación particular. A veces, esta polisemia reside en elementos escenográficos, como la escalera en Historia de una escalera o el sótano en El tragaluz.
- Inspiración en motivos históricos: Con una intención crítica y actualizadora. A menudo, toma como punto de partida un contexto y personaje histórico para criticar la sociedad actual.
- Uso de técnicas de inmersión: Pretenden que el público vea el mundo desde la misma perspectiva que los personajes.
- Motivos míticos: Emplea la mitología con un valor metafórico.
- Elementos sainetescos: Combina humor y drama al recrear ambientes populares con un estilo costumbrista.
Lauro Olmo
Su obra La camisa supuso un hito del teatro social de posguerra, un duro drama social con paisajes cómicos y tiernos, que retrata las angustias y miserias de la clase trabajadora.
La pechuga de la sardina, otra de sus obras, centra su mirada en personajes femeninos.
Carlos Muñiz
En El grillo, a través de un lenguaje realista, aborda su gran tema: la frustración del individuo medio.
Por su parte, El tintero, mediante una estética más expresionista, también trata la frustración del individuo medio.