El Teatro Español de 1939 a 1975: Tendencias y Autores Clave
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El Teatro Español de 1939 a 1975: Antonio Buero Vallejo y las Tendencias de la Posguerra
Al terminar la Guerra Civil, el teatro español había perdido a los autores más innovadores: Valle-Inclán, Lorca y Unamuno. Otros estaban en el exilio: Max Aub, Alberti y Alejandro Casona. En Europa se representaban obras renovadoras de Bertolt Brecht y Antonin Artaud, e irrumpía con fuerza el teatro del absurdo de Eugène Ionesco y Samuel Beckett.
La escena española estaba invadida por un teatro convencional, melodramático, plagado de un humor superficial. Eran espectáculos de escaso interés artístico que buscaban entretener a un público mayoritariamente conservador. Por otra parte, la censura de la época impedía representar obras que supusieran el mínimo atentado contra los valores morales o sociales establecidos por el poder.
El Inicio de la Renovación
En 1949, el estreno de Historia de una escalera de Buero Vallejo inició el camino de la renovación, hecho que se consolidó en la década de los sesenta con la creación de festivales de teatro y con la convocatoria de numerosos premios para autores noveles.
La influencia del teatro europeo no llegó hasta los años sesenta, cuando se creó un teatro experimental que triunfó fuera de los circuitos comerciales.
El Teatro en la Década de los Cuarenta
En la década de los cuarenta, el espectáculo teatral permanecía aislado del exterior y sometido a una férrea censura. El público quería evasión y entretenimiento. Las dos tendencias más destacadas eran un teatro continuista, burgués y convencional, y otro de carácter humorístico.
Tendencias Principales en los Cuarenta
Teatro Burgués
El teatro burgués procedía de la alta comedia de Benavente y representaba la ideología dominante. Era un teatro bien construido, con temas como el amor, la infidelidad y los conflictos generacionales; la intención crítica se centraba en las costumbres de la burguesía, pero sin atacarlas violentamente, y los géneros preferidos eran la comedia y el drama.
Destacaban:
- José Mª Pemán
- Joaquín Calvo Sotelo
- Juan Ignacio Luca de Tena
- José López Rubio
Teatro de Humor Renovado
El teatro de humor renovado presentaba situaciones ingeniosamente construidas en las que lo inverosímil y hasta lo absurdo se convertían en protagonistas absolutos. Lo más destacado era el uso de un lenguaje agudo y crítico contra las convenciones burguesas. La comedia y la farsa eran los géneros preferidos.
Autores de Humor Renovado
Enrique Jardiel Poncela (1901-1952) escribió y estrenó ya antes de la guerra. Creó un teatro inverosímil y fantástico que presentaba una caricatura de la sociedad de la época. Algunos títulos son Cuatro corazones con freno y marcha atrás (1936), Eloísa está debajo de un almendro (1940) y Los habitantes de la casa deshabitada (1942).
Miguel Mihura (1905-1977) fundó la revista cómica La codorniz. En sus obras destacaba un lenguaje lleno de ingenio que le convertía en un antecedente del teatro del absurdo. Tres sombreros de copa supuso una ruptura con el teatro cómico anterior.
Dramaturgos Exiliados
Los dramaturgos exiliados presentaban gran diversidad de tendencias, aunque compartían el tema de España como paraíso perdido.
- Alejandro Casona (1903-1965) cultivó un teatro poético (La dama del alba). Volvió a España en 1962 y fue reconocido por la crítica.
- Max Aub (1903-1972) realizó un teatro testimonial (Morir para cerrar los ojos).
- Rafael Alberti (1902-1999) escribió un teatro político lleno de símbolos, con una técnica esperpéntica (Noche de guerra en el Museo del Prado, 1956).
El Teatro en la Década de los Cincuenta y la Evolución
En la década de los cincuenta aparecieron inquietudes existencialistas. Con Historia de una escalera se inició la renovación.
Poco a poco, este existencialismo derivó hacia un teatro social y realista, un teatro de testimonio y compromiso que no siempre podía estrenarse debido a la censura y que abordaba temas como los conflictos personales y colectivos, la falta de libertad y la desigualdad social. El género utilizado era el drama. El lenguaje era realista, pero en ocasiones se cargaba de símbolos e imágenes.