El Teatro en España: de los años 40 a los 70

EL TEATRO DE LOS AÑOS 40:

La Guerra Civil se limitó a servir de instrumento de agitación política y surgieron grupos para ofrecer espectáculos propagandísticos o de diversión, causando un impacto tremendo. Autores y actores murieron o se exiliaron. Desde 1939, hubo una fuerte censura que explica la pobreza ideológica. El teatro comercial se centró en presentar obras que evitaban cualquier tentativa experimental y crearon el hábito de la autocensura. Durante la posguerra, los espectáculos teatrales se convirtieron en los principales medios de evasión, con obras sencillas dirigidas a la sociedad burguesa. Destacan la comedia burguesa y el teatro humorístico.

La comedia:

Se inscribe dentro de un tipo de teatro comercial, presentando personajes de clase media y defendiendo valores conservadores. Los temas giran en torno a enredos matrimoniales con un final feliz. Destacan autores como Peman, Sotelo, Juan, Efgar Neville y Alfonso Paso.

Teatro de humor o cómico:

Jardiel Poncella trató de crear una comicidad novedosa basada en lo inverosímil, apartándose de la lógica y del tópico. Sus personajes viven en una sociedad feliz cuyos objetivos son el amor y el dinero. Eloísa está debajo de un almendro y Los ladrones somos gente honrada son algunas de sus obras más destacadas.

Miguel Mihura, por su parte, se dedicó desde muy joven al humor y al periodismo. Su carrera como escritor fue tardía. Critica lo absurdo de la vida cotidiana, los tópicos y las convenciones sociales que impiden ser feliz. Emplea la imaginación y la fantasía, un lenguaje verosímil y un humor disparatado. Es considerado precursor del teatro del absurdo. Tres sombreros de copa y Maribel y la extraña familia son algunas de sus obras más conocidas.

EL REALISMO SOCIAL DE LOS AÑOS 60:

El teatro de posguerra evolucionó desde un teatro de evasión y burgués hasta un teatro existencial y posteriormente social. Esto explica por qué comienza a surgir un público más inquieto intelectual y políticamente, que demanda otro tipo de obras y se inicia un teatro más grave e inconformista.

En medio del teatro social, se presentan dos actitudes frente a la censura: el posibilismo, por parte de quienes están dispuestos a rebajar la crítica, como Buero Vallejo, y el imposibilismo, por parte de los que defienden la libertad de expresión, como Sastre.

Antonio Buero Vallejo:

En 1949, ganó el premio Lope de Vega por su obra Historia de una escalera, convirtiéndose en la figura más importante del teatro de posguerra. Destaca por tratar temas humanos universales de tipo social o existencial y por su compromiso y mensaje ético. Sus obras son principalmente tragedias que plantean temas graves y aspiran a la catarsis. Su estilo se caracteriza por diálogos importantes y un lenguaje denso y variado. En cuanto al montaje, utiliza acotaciones ricas y extensas que describen el escenario, la música y las luces. Buero Vallejo clasifica sus obras en tres etapas: contenido existencial en los años 40, contenido social en los años 50 y 60, y contenidos socio-políticos y experimentación en los años 70.

Alfonso Sastre:

Su ideología de izquierda y oposición a la dictadura lo condujo a choques con la censura. Sus obras muestran preocupación por la injusticia y la opresión del individuo por parte del poder. La solución que propone es la rebelión individual y social. Destacan obras como Escuadra hacia la muerte y La mordaza.

EL TEATRO DESDE LOS 70 HASTA 1975:

En esta época se distinguen tres tendencias en el teatro español:

Teatro Comercial:

Es un teatro de evasión con tramas cómicas y de enredo, dirigido a un público sin inquietudes. Alfonso Paso es uno de los principales exponentes de este género.

Teatro Social:

Un grupo de dramaturgos toma como referencia a Buero Vallejo y Sastre. Las obras más importantes de esta corriente giran en torno a la injusticia social y se caracterizan por una técnica realista. Destacan autores como José Martín Recuerda, Lauro Olmo y Carlos Muñiz.

Teatro Experimental:

Es un movimiento de renovación que se acerca al teatro extranjero y a las corrientes experimentales que se estaban desarrollando en Europa, como el teatro de Bertolt Brecht, Samuel Beckett e Eugène Ionesco. Se caracteriza por ser un teatro de protesta y denuncia, abordando temas como la dictadura, la falta de libertad y la injusticia. Utiliza elementos extraverbales, técnicas vanguardistas y una deformación esperpéntica e imaginativa. En esta época también surgen grupos de teatro independiente, que se desarrollan al margen de los empresarios teatrales y los circuitos culturales. Algunos de los grupos más destacados son Els Joglars, Els Comediants y La Fura dels Baus.

Fernando Arrabal:

Es un autor que alcanzó fama internacional con una producción escrita durante su exilio en Francia. Su teatro es provocador, con libertad formal y elementos de las vanguardias, el esperpento y el teatro absurdo. Utiliza el humor y elementos surrealistas en el lenguaje. Algunas de sus obras más conocidas son Pic-Nic y El cementerio de automóviles.

Francisco Nieva:

Comenzó como escenógrafo y luego se dedicó a la escritura teatral. Según él mismo, escribió teatro furioso. Algunas de sus obras más destacadas son La carroza de plomo candente. Comparte la idea de un teatro catártico y liberador, cuya finalidad es mostrar la esencia del hombre.