El TDAH en el Desarrollo Educativo: Manifestaciones y Estrategias para el Aula
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Impacto del TDAH en el Desarrollo a lo Largo de las Etapas Vitales
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) se manifiesta de diferentes maneras según la etapa de desarrollo de la persona. Comprender estas variaciones es fundamental para ofrecer un apoyo adecuado.
Etapa Infantil Temprana (Bebés)
- Domina la impulsividad motora.
- Se mueven constantemente.
- Duermen mal y se mueven incluso dormidos.
- Presentan cólicos con frecuencia.
- Suelen tener un desarrollo psicomotor precoz.
Etapa Preescolar
- Menor intensidad y duración en el juego.
- Notable inquietud motora.
- Movimientos constantes de las manos o de todo el cuerpo, incluso en la cama.
- Labilidad emocional: tienen difícil consuelo y presentan más rabietas.
- Rabietas que pueden ser incontrolables.
Etapa Escolar
En esta fase, la hiperactividad motora tiende a disminuir, mientras que la impulsividad y la inatención se mantienen o se hacen más evidentes.
- Menor inquietud motora, pero mayor inatención.
- Parecen estar "soñando despiertos", se retuercen en el asiento, están inquietos y agitados, canturrean, hacen ruidos y pueden molestar a sus compañeros.
- Conducta impulsiva, perturbadora, desafiante y, en ocasiones, agresiva.
- Carácter explosivo con cambios bruscos de humor.
- Escritura descuidada, trabajos desordenados y sucios.
- Dificultades para relacionarse con los demás, lo que puede llevar al rechazo de sus compañeros y a ser considerados niños impopulares (no los invitan a casa de otros niños).
- Malas relaciones con sus hermanos; son percibidos como niños problemáticos por sus profesores y padres.
- Baja autoestima y una sensación crónica de fracaso que puede derivar en un trastorno depresivo.
- La edad más frecuente para la demanda de ayuda profesional se sitúa entre los 6 y los 9 años.
Adolescencia y Edad Adulta
Se caracteriza por una sensación de invulnerabilidad ("no me va a pasar"), lo que conlleva conductas de riesgo y una falta de reflexión sobre las consecuencias de los actos.
- El síntoma que más perdura es la impulsividad.
- Déficit de atención persistente, a menudo asociado con el fracaso escolar.
- Reducción significativa de la inquietud motora.
- Riesgo de desarrollar conductas antisociales, delincuencia, consumo de drogas y alcohol, y de sufrir accidentes de tráfico.
- Mayor incidencia de embarazos no deseados.
- Problemas en las relaciones de pareja y familiares.
- Dificultades para mantener un empleo estable.
- Problemas en la gestión del dinero.
- Falta de éxito en la carrera académica y profesional.
- Dificultades para planificar y ejecutar proyectos a largo plazo.
Orientaciones Terapéuticas para el Profesorado en el Aula con Alumnado con TDAH
La intervención del docente es clave para el éxito académico y social del estudiante con TDAH. A continuación, se presentan algunas estrategias efectivas:
- Ubicación en el aula: Sentarlos cerca del docente, rodeados de compañeros tranquilos y alejados de posibles distracciones como puertas o ventanas.
- Tareas y deberes: Reducir y fragmentar las actividades, supervisarlas progresivamente y garantizar que comprenden las instrucciones y las tareas asignadas.
- Atención en clase: Negociar periodos cortos de atención, aumentándolos de forma gradual a medida que el alumno progresa.
- Pruebas y exámenes: Adaptar el formato según sus necesidades (por ejemplo, oral o con ordenador) debido a posibles dificultades con la escritura.
- Memoria de trabajo: Ajustar las estrategias expositivas del docente para facilitar la retención de información por parte del alumno.
- Uso de la agenda: Fomentar su uso como una herramienta imprescindible para organizar deberes, tareas y fechas importantes.
- Convivencia en el aula: Establecer pocas normas, pero que sean claras y con consecuencias previamente consensuadas, evitando los enfrentamientos verbales.
- Sanciones: Considerar que el TDAH puede limitar su control de la conducta. Es fundamental agotar todas las medidas conciliatorias antes de aplicar una sanción.
Principios para el Control de la Conducta en el Aula con Alumnado con TDAH
El manejo de la conducta se basa en reforzar los comportamientos positivos y minimizar la atención sobre los negativos.
- Refuerzo positivo: Resaltar los avances, éxitos y conductas adecuadas aumenta significativamente la probabilidad de que se repitan.
- Actividades como refuerzo: Utilizar actividades que sean del agrado del alumno como incentivo para realizar otras que le resulten menos atractivas.
- Inmediatez del refuerzo: Aplicar el refuerzo inmediatamente después de que se produzca la conducta deseada. Es importante variar los reforzadores para evitar que pierdan su efectividad.
- Atención selectiva: Ignorar las conductas inadecuadas leves para no reforzarlas con atención. En su lugar, destacar y elogiar el comportamiento adecuado en otros alumnos.
- Refuerzo gradual: Al principio, recompensar cada pequeño esfuerzo hacia la conducta deseada. Una vez establecida, el refuerzo puede ser más ocasional para mantenerla en el tiempo.
- Atención del docente: El elogio y la aprobación del profesor son potentes reforzadores sociales que fomentan las conductas adecuadas.
- Extinción de conductas inadecuadas: No prestar atención a estas conductas (salvo si representan un peligro para sí mismo o para otros), mientras se refuerzan activamente conductas adecuadas que sean incompatibles con las negativas.