Ello, Yo y Superyó: La Estructura Psíquica de la Personalidad según Freud

La Segunda Estructura de la Personalidad (Ello, Yo y Superyó)

Este sistema es complementario al anterior y está compuesto por tres instancias psíquicas fundamentales. La explicación sigue el orden evolutivo en el que estas instancias surgen en el individuo:

El Ello (Id)

El Ello es nuestra primera naturaleza de origen biológico. Es lo que posee el niño al nacer: un conjunto de pulsiones biológicas, un haz de fuerzas. Es lo primero, lo primitivo y lo más fuerte, que tira y nos arrastra. Solo se rige por un principio:

• Principio del Placer: Busca la satisfacción inmediata.
• Es a-lógico y a-moral: no piensa ni valora, solo siente.
• No atiende a los dictados de la moral, la justicia, la lógica ni la verdad.

El Yo (Ego)

El Yo surge como una parte del Ello modificada por el contacto con el mundo exterior. Nace de la imperiosa necesidad del sujeto de adaptarse al entorno. Intenta canalizar los impulsos del Ello y hacerlos compatibles con la realidad. Se rige por el siguiente principio:

• Principio de la Realidad: Reconoce que, por muy fuerte que sea el nivel pulsional, vivimos en un mundo con leyes naturales y sociales que limitan y no siempre están en consonancia con nuestros deseos.
• Es nuestra segunda naturaleza de origen cultural.
• Posee elementos:
  • Conscientes: Percepción y procesos intelectuales.
  • Preconscientes: Recuerdos no reprimidos y aprendizajes.
  • Inconscientes: Mecanismos de defensa.

El Superyó (Superego)

El Superyó surge del contacto del Yo con las normas morales, sociales y culturales. Es el resultado de la interiorización de esas normas (sean estas aceptadas o no), inicialmente a través de los padres, después la escuela y, por último, la sociedad.

• Constituye la aparición de la conciencia moral.
• Se rige por el Principio del Deber: vigila y controla al Yo y reprime al Ello.
• Se le considera heredero de la superación del Complejo de Edipo, lo que supone la aceptación de la regla del incesto y la autoridad paterna.
• A partir de ese momento, la figura del padre pasa a ser el Ideal del Yo para el niño, la medida de sus aspiraciones: su «deber ser».
• Este conjunto de restricciones y prohibiciones, junto a ese ideal, se interiorizan de tal modo que suelen ser inconscientes, aunque a veces también son preconscientes.

Mecanismos de Defensa del Yo

Los mecanismos de defensa son estrategias que el Yo utiliza para defenderse y protegerse ante los conflictos que se le plantean entre sus tres amos (Ello, Superyó y la Realidad). Son normalmente de carácter inconsciente.

Ejemplos de Mecanismos de Defensa

• Represión y Resistencia: (Mecanismos previamente mencionados).
• Desplazamiento: Sustituye el destinatario de nuestra agresividad (por ejemplo, dar un portazo).
• Racionalización: Nos absuelve de un fracaso mediante justificaciones lógicas (ejemplo clásico: «las uvas están verdes»).
• Negación de la Realidad: Rechazo a aceptar hechos evidentes («pero si él me quiere», «no estoy triste»).