Sueño y descanso en la infancia: Claves para un desarrollo saludable
Enviado por Chuletator online y clasificado en Psicología y Sociología
Escrito el en español con un tamaño de 24,22 KB
El equilibrio entre actividad y descanso en la infancia
El tiempo necesario para restaurar ese equilibrio perdido se conoce como descanso, y la manera más común para descansar es a través del sueño.
La actividad
Es un estado fisiológico en el cual el organismo está alerta para dar respuesta a los diferentes estímulos externos que recibimos. Durante el sueño, esta respuesta desaparece y solo tendemos a mantener el cuerpo en un estado de letargo.
El descanso
Es el tiempo que necesitamos para que el organismo se recupere de las actividades realizadas durante el estado de vigilia. Es importante recuperar nuestro tono muscular y nervioso después de realizar cualquier actividad, y necesitamos descansar; una manera de hacerlo es a través del sueño. Cuando ocurre un desequilibrio entre la actividad y el descanso, se da la fatiga.
La fatiga
Cuando nuestro cuerpo se ve afectado y reacciona de manera inadecuada después de unas actividades constantes, altera el ritmo de trabajo de la persona e interfiere en el proceso de aprendizaje y en las relaciones sociales.
El sueño
Es como un estado en el que el organismo inhibe todas sus funciones que lo relacionan con el mundo exterior, disminuyendo la capacidad de respuesta y produciéndose una relajación casi completa de los músculos. Con la inhibición de la actividad muscular, disminuyen también las necesidades de oxígeno y nutrientes para nuestro tejido muscular y, entonces, se reduce la necesidad de riego sanguíneo, disminuyendo la frecuencia cardíaca y respiratoria. Es la actividad de reposo por excelencia y nos va a permitir mantener el equilibrio mental, emocional y el bienestar personal. Permite la recuperación física y psicológica de la persona y recuperar las energías perdidas durante la actividad diaria. Los índices que nos indican la necesidad de dormir son: escozor en los párpados y necesidad de frotarse los ojos; disminución de la capacidad y atención en la tarea; molestia muscular que nos lleva a cambiar de postura y descontrol progresivo de nuestros movimientos.
La actividad en un centro de educación infantil
La forma más básica que tiene el niño de aprender es a través de sus propias actividades, y los adultos que convivan con ese niño serán los encargados de la preparación de estas. Desde los centros de atención a la infancia, el horario va a ir marcando las distintas secuencias dedicadas al descanso, a la alimentación, a la higiene y al juego, y esto se va a repetir a lo largo del día. Más de la mitad del tiempo que un niño pasa en la escuela infantil se dedicará al descanso, la alimentación y la higiene, y el resto será para otras actividades como el juego. A través del juego, el niño va construyéndose como persona y va adaptándose a la realidad. Y a pesar de que los juguetes son importantes, tanto o más son los adultos y los compañeros que están con él.
Actividades para niños de 0 a 6 años
- Actividades de movimiento: desplazamientos, saltos y danzas, que implican la acción global del cuerpo.
- Actividades de conocimiento y observación de la realidad: implican trabajo de pensamiento.
- Actividades del lenguaje: consisten en la adquisición de palabras y en el dominio progresivo del lenguaje. Es un medio de conocimiento de la realidad y de comunicación con los otros.
- Actividades de manipulación en las que se utilizan las manos: construcción de cosas, etc.
- Actividades de imitación o representación de la realidad: que van a realizar los niños a través del juego simbólico.
- Conjunto de actividades relacionadas con: la música, celebración de fiestas, excursiones o salidas.
Para una correcta organización del horario de las actividades, tendremos en cuenta:
- Respetar el ritmo individual de cada niño, teniendo en cuenta las diferencias que hay en el rendimiento individual.
- Programar actividades para conseguir el máximo rendimiento con el mínimo esfuerzo, intercalando momentos de descanso adecuados a la edad y evitando excitaciones innecesarias.
- Combinar actividades que requieran concentración y memoria (primeras horas de la mañana) con otras de interés más inmediato y espontáneo (primeras horas de la tarde), teniendo en cuenta la duración de cada una de ellas en función de las características evolutivas del grupo y adaptándolas a la programación del curso.
- Procurar una alimentación equilibrada, tanto en calidad como en cantidad, llevando un horario racional de las comidas.
- Crear un ambiente en el aula y en el centro que favorezca el trabajo (iluminación, ventilación, ruidos, etc.), procurando que las clases no estén saturadas con una ambientación excesiva.
- Debemos asegurarnos de que el trabajo escolar sea un estímulo para su crecimiento, haciendo pausas o momentos de relajación entre las diferentes actividades.
Importancia del sueño y el descanso en la infancia
El sueño tiene dos funciones:
- Función restauradora: nos va a permitir recuperar energía y restablecer el sistema para poder iniciar la actividad. Esta función incide más sobre el cerebro y lo podemos observar en el registro de los encefalogramas cuando dormimos. El sueño lento va a ayudar a restaurar el cuerpo y el sueño rápido sería el encargado de la restauración cerebral.
- Función adaptativa: el sueño va a garantizar la adaptación y la supervivencia de la especie porque durante el sueño REM (en donde el cerebro está desconectado del exterior) aumenta la organización al azar de las neuronas, lo que promueve una mayor apertura de nuestro sistema cerebral.
Factores que afectan al sueño
- Conducta: conjunto de actuaciones que realizan las personas al irse a dormir. Ayudan a conciliar el sueño y otras pueden ser un obstáculo. Todas las actividades que el niño realice antes de irse a dormir deben ser tranquilas y relajantes.
- Lugar: tanto este como el ambiente donde se duerme pueden influir en nuestro sueño. Es necesario que cuidemos el ruido, el frío o el calor, porque pueden producir dificultades en la calidad y cantidad del sueño.
- Organismo: nos indica que si el sueño no se realiza de una forma normal, puede ser debido a que en nuestro organismo exista algún tipo de enfermedad, teniendo en cuenta que la edad también influye en el ritmo de sueño de las personas.
- Tiempo: con esto queremos indicar que el momento en el que nos acostemos para dormir estará en función de si es de día o de noche.
Las fases del sueño
- Adormecimiento: desde el momento en el que nos acostamos hasta que la persona se queda dormida. En esos minutos observamos cómo el cuerpo se va volviendo pesado, cómo los párpados caen, aparecen bostezos, hay una ubicación espacial y búsqueda de la postura más cómoda.
- Sueño propiamente dicho: tiene 2 estadios, que son el sueño lento y el sueño REM, cuya sucesión es el ciclo del sueño.
Estadio 1: Sueño lento
Es un sueño calmado y se va haciendo más profundo. La respiración es regular y los ojos están inmóviles bajo los párpados. Puede durar entre 90 y 100 minutos en los adultos y entre 50 o 60 minutos en los niños, y va a suponer entre el 70 y el 80% del ciclo del sueño. Este sueño presenta 4 fases:
- Fase 1: Adormecimiento. Presenta relajación muscular, respiración y pulsaciones lentas. Las ondas cerebrales son lentas y amplias. El sueño es muy ligero y poco reparador, y la persona en esta fase puede despertarse fácilmente. En este momento, se pueden producir las alucinaciones hipnagógicas (imágenes muy claras, muy vividas y muy fugaces) y también las descargas mioclónicas, se dan en las extremidades y se tiene sensación de caída. Esta fase ocupa el 5% del tiempo del sueño lento.
- Fase 2: Sueño ligero. Es un poco más profundo que el adormecimiento, con un nivel de conciencia menor. En el electroencefalograma podemos observar cómo las ondas cerebrales son de menor amplitud. Se reacciona menos a los estímulos, es posible despertarse con facilidad. Esta fase ocupa el 50% del tiempo del sueño lento.
- Fase 3: Sueño profundo. Las funciones corporales se ralentizan, los músculos están relajados, baja la temperatura y la presión sanguínea. Las ondas cerebrales son lentas y de gran amplitud. La persona está muy ausente y solo reacciona ante estímulos muy fuertes. Esta fase ocupa el 10% del tiempo del sueño lento.
- Fase 4: Sueño muy profundo e inconsciente. La inconsciencia es completa y es muy difícil despertarse. Las ondas cerebrales presentan la forma más lenta de actividad cerebral. En la base del cerebro hay una mayor producción de la hormona del crecimiento (glándula pituitaria). En esta fase es muy difícil despertar. Algunos problemas del sueño aparecen aquí, ejemplo: sonambulismo, terrores nocturnos, enuresis. Esta fase ocupa el 10% del tiempo del sueño lento.
Estadio 2: Sueño REM
(Rápido, agitado, paradójico). Aparece después de las cuatro fases anteriores, a los 90 minutos de quedarnos dormidos, y con él vamos a completar el ciclo del sueño. Se caracteriza porque la respiración y el pulso son irregulares, el ritmo cardíaco se acelera y los ojos se mueven bajo los párpados. En algunas ocasiones, se entreabren y pueden darse contracciones en los dedos, expresiones en la cara y gemidos. El cerebro vuelve a estar más activo, como si estuviéramos despiertos, pero desconectados del medio. Tienen lugar los sueños que se pueden recordar. Se cree que, a través de ellos, el cerebro ensaya situaciones, asimila lo que ha vivido ese día y supera algunas situaciones problemáticas. La función principal es consolidar la memoria. En este sueño se producen las pesadillas, los terrores nocturnos y otras alteraciones del sueño. Dura entre 15 y 20 minutos, y supone entre un 20 y 25% del sueño total en las personas adultas, mientras que en la infancia puede llegar al 50%.
- Despertar: se produce de forma espontánea cuando el cerebro está dispuesto a emprender la actividad. Sucede después de haber dormido las horas suficientes (7-8 horas en adultos; 9-10 horas en la infancia) y va acompañado de una sensación de bienestar. Es normal despertarse varias veces durante la noche, lo que suele coincidir después del sueño REM, y muchas veces la persona no es consciente de que se despierta. Cada persona tiene su forma de despertar, algunas lo hacen rápidamente y otras necesitan más tiempo para conseguir un rendimiento óptimo.
El sueño en los centros de educación infantil: Condiciones, espacios y materiales
Cada niño tiene su propio ritmo de sueño y vigilia, cuya duración y calidad deben estar controlados por el educador, pero hay criterios generales:
- Espacio: tiene que ser un lugar resguardado de otras actividades que se realicen en el centro. La ambientación tiene que transmitir tranquilidad, relajación y reconocimiento por parte del niño.
- En lactantes: se debe disponer de un dormitorio con cunas separadas del aula en donde están los otros niños, pero cercanas, para que el educador pueda controlarlos. Para los niños de más edad, tiene que haber un espacio con hamacas o colchonetas. Es común habilitar la propia clase con un pequeño rincón que comparta un dormitorio colectivo.
- En cualquier situación, el espacio debe ventilarse en el momento que no estén los niños. Además, la zona de dormir tiene que estar en penumbra, casi con total oscuridad, y que el soporte en donde duerme sea individual e intercambiable, ni muy rígido ni muy blando, de material transpirable y de composición lo más natural posible.
- Es recomendable que el niño tenga una manta o sábana para cubrirse, que se lavará periódicamente, recomendando descalzarse y aligerarse la ropa, y que se garantice la libertad de movimiento, la transpiración y la no existencia de rugosidades o pliegues que puedan molestar. Además, la orientación de la cama tiene que estar hacia el norte, siguiendo la alineación del eje energético de la tierra.
- Es muy importante que la situación de dormir sea adaptada y adaptable a las necesidades individuales del niño, respetando el modo de dormirse, la cantidad de sueño que cada uno necesita y las dificultades que pueda tener (por ejemplo, una pesadilla).
- También debemos tener en cuenta que cada niño puede ir adquiriendo más autonomía que le ayude a avanzar en esa situación. Los más mayores del grupo ayudarán a los más pequeños a dormirse, para que el momento siesta sea lo más regular y homogéneo posible.
Dificultades y alteraciones del sueño
Disomnias
Aquellas alteraciones que afectan a la cantidad, calidad y al horario del sueño. Se caracterizan porque al niño le cuesta dormirse o tiene demasiado sueño cuando no es su hora de dormir.
Insomnio
En la infancia es la más frecuente y consiste en la dificultad que tiene el niño para irse a dormir o la tendencia a desvelarse varias veces durante la noche. Hay un 35% de niños que padecen esta alteración por debajo de los 6 años. Se puede compensar si se duerme un poco en otro momento del día, de ahí que sea un problema difícil de diagnosticar en la infancia. Está relacionada con 3 desencadenantes:
- Perturbaciones orgánicas: se hace referencia a cualquier tipo de problema orgánico, agudo o crónico, y por el dolor que le pueda causar, que afecte a su sueño.
- Dificultades en la adquisición del hábito de dormir: malas condiciones en la alimentación y con las situaciones de cambio. Estas características van a influir en los hábitos que el niño adquiera a la hora de dormir y son la causa de insomnio en el 98% de los casos.
- Cuando existe un conflicto emocional: por ejemplo, dificultad para tolerar la frustración, el nacimiento de un hermano o la falta de atención de uno de sus progenitores. Va a depender directamente de la personalidad del niño, ya que cada niño reacciona de forma diferente.
Para realizar un diagnóstico de este problema, podemos hacerlo mediante entrevista a los padres, haciendo que hablen de la situación, o mediante un diario de sueño para registrar lo que se observa. Tratamiento: está demostrado que los fármacos solo son eficaces a corto plazo, mientras que las terapias conductuales, tanto para padres como para niños, mejoran los resultados a corto y largo plazo. El insomnio tiene como consecuencias mal humor e irritabilidad, problemas de atención y concentración, poca motivación o energía para hacer actividades, dolor de cabeza, malestar general, etc. En los casos que se prolongue, sería recomendable acudir a un especialista.
Apnea
Provoca que el niño despierte frecuentemente, que duerma con la boca abierta, ronque o incluso pueda llegar a tener pausas respiratorias de más de 10 segundos. La causa suele ser el aumento del tamaño de las amígdalas por infecciones. Esto aparece en niños y niñas, y no está ligada a la obesidad como en adultos, sino que los niños son delgados e incluso tienen algún retraso en el crecimiento. Para el tratamiento suele utilizarse una dieta si existe obesidad, cambios en la postura corporal durante el sueño para facilitar la respiración, y mascarillas pediátricas que arrojan un chorro de aire en la nariz y la boca.
Despertares nocturnos
Cuando el niño de más de 4 años se despierta por la noche y no es capaz después de conciliar el sueño. Para diagnosticar este problema, tenemos que observar si el niño ya sabe volver a dormirse solo, que el despertar produzca un deterioro en la realización de actividades diarias y que no encontremos una causa que provoque ese despertar. La forma de tratarlas es utilizando cualquier técnica para los trastornos.
Alteraciones horarias
Cuando se produce una alteración en el ciclo sueño-vigilia, que puede dar lugar a que el niño sufra un trastorno del sueño durante la noche. Por ejemplo, cuando adelantamos el ciclo de dormir en relación con su horario habitual, vamos a producir que este niño madrugue más de lo normal. En caso de atrasar su ritmo de sueño, alteramos también el horario al despertar.
Parasomnias
Acontecimientos o conductas inusuales que se producen durante el sueño y que afectan al niño. La mayoría se producen al principio, durante o en el umbral del sueño, y lo pueden interrumpir o no. Lo preocupante es la alteración y el efecto que produce en el hecho de dormir. No hay quejas por parte de los niños que lo sufren, pero sí de los padres. La mayoría no son nocivas y la edad es entre 3 y 6 años.
Sonambulismo
Episodios repetidos de una serie de conductas complejas que hacen que el niño se levante de la cama, camine y realice actividades sin que sepa lo que está realizando. Durante este periodo, los movimientos son torpes, los ojos están abiertos y la mirada es fija y perdida. Se producen en la fase 3 y 4 del sueño lento, la persona está profundamente dormida. Pueden durar desde segundos hasta 20 minutos. Si habla, su articulación es mala y no tiene una conversación lógica. Si se despertara, estaría desorientada. No se conocen las causas, aunque es frecuente que aparezcan cuando hay antecedentes familiares, hay un aumento en esta fase del sueño por fiebre o medicación, o por falta de sueño debido a horarios irregulares. También se puede producir por problemas respiratorios, alteraciones en el ambiente como ruidos y por problemas emocionales. Esta alteración puede producir accidentes durante el paseo y lo que se debe hacer es adaptar la casa al sonámbulo, tomando alguna medida de seguridad. La forma de actuar en ese momento es reconducir al sonámbulo a la cama.
Pesadillas
Son sueños desagradables, muy intensos, que producen sensaciones de miedo, terror y ansiedad. La persona se despierta chillando, diciendo que tiene miedo y más miedo a seguir durmiendo porque no quiere volver a vivir lo mismo. Las pesadillas suelen estar relacionadas con cosas que le han sucedido durante el día y a los pequeños les cuesta diferenciar el sueño de la realidad. Aparecen en la fase REM y es más común en las últimas horas del descanso. Pueden aparecer por existir problemas sin resolver, por intentar a través de ella buscar mayor atención por parte del adulto, por estar tomando medicación o por tener fiebre. La forma de actuar es tranquilizar al niño, dándole seguridad y hablándole con voz calmada, estar a su lado hasta que se vuelva a dormir y hablarle de cosas en positivo que puede soñar al dormirse.
Terrores nocturnos
Alteración del sueño en que el niño se despierta a las pocas horas de acostarse, gritando y llorando de forma angustiosa, con pánico, con intensa ansiedad y con movimientos estereotipados. No responde a los intentos tranquilizadores de los padres, no reconoce a sus padres y no puede contactar con la realidad. Ocurre en el sueño lento, en la fase 3 y 4, y esta situación puede durar entre 2 y 10 minutos. No recuerda nada al día siguiente, aunque en algún momento pueda recordar alguna imagen del sueño. Con la edad van desapareciendo y como causas de este problema están: antecedentes familiares, cansancio físico, preocupaciones o algún tipo de medicación. La forma de actuar es mantener la calma e intentar tranquilizar a ese niño, acompañarle y esperar a que pase. También es bueno dialogar sobre ello para darle significado de normalidad.
Bruxismo
Consiste en rechinar los dientes durante el sueño. Se produce por una acumulación de tensión en la zona de la mandíbula, descargándola durante el sueño, provocando un sonido muy característico. Puede aparecer varias veces durante la noche y ocurre en las fases de sueño ligero. Está relacionada con la ansiedad, estrés, problemas dentales, etc., y es más molesto para las otras personas. Puede perjudicar la salud dental del niño y el tratamiento puede ser una prótesis dental para dormir.
Somniloquia
Consiste en hablar, gritar, reír o llorar en sueños. Es más habitual en la madrugada. Son palabras sueltas, ininteligibles, que no responden a ninguna conversación y el contenido está relacionado con hechos de su vida. Al día siguiente no recuerda nada y no causa ningún problema en la persona, aunque si grita mucho puede despertarse a sí misma.
Jactatio capitis
Es un hábito motor que consiste en mover la cabeza sobre la almohada o todo el cuerpo cuando se intenta conciliar el sueño. Se conoce como el balanceo del niño, que lo hace para empezar a dormirse. Esta alteración puede acompañarse de sonidos guturales. Suele iniciarse entre los 6 meses y los 4 años, aunque hay personas que lo siguen utilizando para relajarse.
Ronquidos
No son disomnia ni parasomnia. Esta alteración relacionada con el sueño es habitual en personas con problemas de obesidad o alguna otra alteración respiratoria, y en la infancia se da en un 10% de los niños. Este problema altera el sueño a las personas que duermen con los que emiten ronquidos. No es un problema grave para el que lo vive, solo en casos en que el ronquido esté con la boca abierta o con dificultades de respiración, entonces será necesario consultar con su pediatra.
Intervención educativa para facilitar el sueño
Es importante trabajar sobre los problemas como: separación de su familia y del entorno, miedos, causas físicas, falta de transición entre la actividad y el descanso, dificultades en la adquisición del hábito de sueño.
El educador infantil trabajará actividades estructuradas y motivadoras para que el niño adquiera hábitos de sueño. Pautas básicas que van a facilitar el sueño:
- Fijar una hora para irse a la cama y para levantarse. El niño responde mejor cuando va a dormir pronto, ya que duerme mejor y durante más tiempo.
- Establecer rutinas al acostarse que crean un sentimiento de seguridad y, además, involucran al niño, enseñando que todos necesitamos descansar.
- El niño debe dormir solo y en su cama, rechazando brazos, sofás u otros lugares. Tiene que tener un buen ambiente de descanso (lugar tranquilo, oscuro y con temperatura adecuada), evitando la televisión y consolas en la habitación.
- Controlar la siesta, debe de ser el tiempo necesario, pero una prolongación de la siesta afecta al sueño nocturno.
- No someterlo a situaciones estresantes antes de irse a la cama porque esto estimula. Es bueno un baño relajante, una cena ligera que no contenga alimentos estimulantes (ni cafeína ni chocolate), ya que todo esto genera en el organismo unos componentes químicos que estimulan las conexiones nerviosas. Los alimentos ricos en carbohidratos tienen el efecto de inducir el sueño.
- Los adultos deben compartir los mismos criterios y la misma autoridad ante la hora de acostarse y respetar las normas del sueño.
- La deficiencia de vitaminas, debido a malas comidas, puede afectar al sueño y la salud integral del niño.
- Las acciones a realizar para facilitar el descanso de los más pequeños son: juego, ejercicio físico y deporte, masaje infantil, relajación muscular.