El suelo: formación, perfil y procesos gravitacionales

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El suelo:

Es un depósito natural dividido en horizontes constituidos por elementos minerales y/u orgánicos de espesor variable, que difieren de la roca de la que proceden en sus propiedades morfológicas, físicas, químicas, mineralógicas y en sus características biológicas.

Factores que influyen en la formación:

Roca madre: Es la fuente de materia mineral tras meteorizarse.

Tiempo: Cuanto más tiempo transcurra, mayor espesor del suelo y menor similitud con la roca madre.

Seres vivos: Influyen en las propiedades físicas y químicas del suelo y aportan materia orgánica, cuya principal fuente es la vegetación.

La topografía: La longitud e inclinación de la pendiente influyen en la erosión y la capacidad de retención del agua.

El clima: Los climas cálidos y húmedos favorecen la aparición de suelos grandes y espesos, mientras que los climas secos y de temperaturas extremas son delgados y de muy poca fertilidad.

Perfil de un suelo:

Horizonte 0: Es el primer horizonte del suelo, y está formado casi únicamente por materia orgánica.

H. A: Contiene humus y una considerable actividad biológica, pero la materia mineral es la dominante.

H. E: Es un horizonte de color claro con bajo contenido de materia orgánica. Se produce un lavado de la materia orgánica, Fe, Al, o arcilla hacia las zonas inferiores, por eso se le denomina también H. de Eluviación.

H. B: Se reconoce como cuna de iluviación o acumulación de los materiales procedentes del horizonte E. La acumulación de minerales provoca un aumento de la retención del agua.

H. C: Es un H de características similares al material parental, poco afectado por procesos edafogenéticos.

H. R: Roca madre.

Procesos gravitacionales:

Son los desplazamientos de los materiales de una ladera a favor de la gravedad. Los sedimentos no precisan de un medio de transporte aunque el agua suele facilitar su transporte.

Factores que afectan:

Agua: Lubrica los contactos entre partículas y añade peso.

Pendiente: A partir de 40º de inclinación, las pendientes suelen ser inestables.

Terremotos: Pueden provocar la licuefacción, que consiste en la pérdida de materiales saturados de agua, que se comportan como fluidos en movimientos.

Vegetación: Protege contra la erosión, estabiliza pendientes y resguarda del impacto de las gotas de lluvia.

Clasificación:

Desprendimiento: Es la caída libre de fragmentos rocosos, las pendientes son muy pronunciadas, y suelen ser rápidos y destructivos.

Deslizamiento: Tiene lugar cuando un volumen de material resbala sobre otro que se encuentra estable. Puede tener lugar de dos maneras; Traslacional, si se desliza sobre una superficie plana, o rotacional, si la superficie es cóncava y muestra un sistema de grietas.

Flujos de derrubios: El material se desplaza en zona de fluido viscoso saturado de agua, adquiriendo una forma de lóbulo, debido a la acumulación de material suelto (pedrera) y al aporte de agua (deshielo).

Reptación: Es el movimiento gradual del suelo y el regolito. Tiene lugar debido a fenómenos de contracción y expansión de la superficie de la ladera (hielo/deshielo). Son procesos muy lentos y se observan sus efectos gracias a la base curvada de los troncos de los árboles.

Relieves estructurales:

Engloba todas las formas de relieve en las que la tectónica actúa directa o indirectamente como un factor geomorfológico. Los relieves más habituales se agrupan en tres ámbitos tectónicos:

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