Subjetividad, Deseo y Falta: La Fase del Espejo de Lacan y su Resonancia en la Experiencia Cinematográfica

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La Fase del Espejo de Jacques Lacan: Formación de la Identidad

El concepto de “La fase del espejo”, desarrollado por Jacques Lacan, es fundamental para entender la formación de la identidad y la subjetividad.

El Sujeto Antes del Espejo

Según Lacan, esto tiene que ver con la formación de la identidad. El ser humano, al nacer, carece de un yo (Ego) definido y de la percepción de sí mismo. En esta fase, no existe el Sujeto barrado ($), sino un sujeto completo y entero. La relación con el mundo es de fusión, justamente porque no hay un yo. La aparición del yo implica estar frente al otro, y la adquisición de identidad es lo que introduce la castración. En la fase del bebé, todo es pura pulsión y satisfacción.

El Momento de la Subjetividad (6-18 meses)

La fase del espejo (que Lacan sitúa entre los 6 y los 18 meses) es un momento crucial. Por primera vez, el ser humano ve su propia imagen reflejada, lo que constituye el primer momento de la subjetividad y de la creación de identidad. Ahí comienza el momento de separación.

La percepción del yo depende de lo que se llama otredad, algo que está fuera del sujeto. El yo existe porque hay un otro externo que proporciona la imagen de lo que el sujeto es.

El Cine como Espejo y Dispositivo de Deseo

La teoría del cine, influenciada por Lacan, establece que la pantalla cinematográfica opera de manera análoga al espejo en la fase lacaniana. Se nos presenta como un espejo que permite el reconocimiento y la percepción de uno mismo.

Mecanismos de Placer en la Experiencia Cinematográfica

1. El Placer de la Mirada (Voyeurismo)

La segunda cuestión es el voyeurismo. Uno de los placeres que nos da el cine es que, en una situación de oscuridad, separación y concentración, muy alejada del mundo que no podemos tocar, tenemos el placer de mirar al otro como otro.

El cine nos proporciona el placer del voyeurismo en el sentido más estricto del concepto; una escena erotizada y sexualizada que nos remite a esa experiencia primordial. Evidentemente, sabemos que, casi sea cual sea la trama, si hay un obstáculo que superar, hay romance. El discurso de Hollywood erotiza la imagen y facilita, por lo tanto, la experiencia.

2. El Desplazamiento del Placer (Fetichismo)

Una última cuestión es el fetichismo. El fetichista es alguien que obtiene placer con un objeto; el placer está desplazado hacia un objeto de deseo.

El cine nos permite esa experiencia de fetichismo (según teóricos como Christian Metz). Estando tan separados de la pantalla y del mundo, el cine convierte el mundo que representa en un mundo deseable. Los objetos son bidimensionales, pero son cercanos, reales y verosímiles, consiguiendo interpelar al espectador y generar una sensación de presencia y emoción.

Los Registros Lacanianos y la Castración

Lo importante de Lacan es que hay dos registros fundamentales:

  • El Registro Imaginario: Lo que uno se imagina (que suele ser ilusorio) y tiene que ver con la fase del bebé.
  • El Sujeto Barrado ($): Representa la verdad del sujeto.

La Castración y el Orden Simbólico

La verdad difícil de reconocer es el Sujeto barrado ($); la realidad del ser humano es la castración. La castración para Lacan es imaginaria y simbólica. La dimensión de lo Simbólico es a la cual accedemos mediante la socialización, es decir, el aprendizaje del lenguaje. Para Lacan, esta es la verdadera castración. Es castración porque implica tener que expresarse y asumir el mundo social.

Deseo, Falta y Subjetividad

Hay una dimensión normativa que incluye el yo consciente y el superyó (Super-Ego). Lo que se desarrolla en las últimas décadas es todo un discurso en relación con el aparato psíquico y la subjetividad, y lo que esta implica para el psicoanálisis.

El psicoanálisis plantea la cuestión del sujeto deseante. Hay un alejamiento del estado de plenitud que el ser humano se imaginó en su condición inicial. El ser humano es cada vez más sujeto, pero al mismo tiempo, estamos cada vez más sometidos a la falta.

El deseo es importante porque está conectado con la falta. Si deseas algo es porque no lo tienes.

En este contexto de reflexión sobre la plenitud perdida, el cine nos permite tener ciertas experiencias que están muy lejos de nuestro alcance.

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