Sofistas y Sócrates: Influencia en la Antigua Atenas
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Los Sofistas y su Impacto en la Sociedad Ateniense
Los sofistas, aunque no participaban directamente en la política, jugaron un papel crucial en la formación de los ciudadanos atenienses. Educaban a las futuras generaciones, quienes luego influirían en los asuntos públicos de la ciudad.
Estos pensadores participaban en la elaboración de constituciones y establecían normas públicas, definiendo lo que era aceptable y lo que no. La organización social no era uniforme, sino que dependía de la presión e influencia de cada individuo. En el ámbito social, todo era relativo y cambiante, marcado por pautas en constante evolución.
Sin embargo, Heródoto sostenía que no existían pautas fijas, sino que la convicción era lo que realmente dominaba.
Entre los sofistas más destacados se encontraban Protágoras y Gorgias.
Sócrates: Un Filósofo Singular
Sócrates, contemporáneo de los sofistas, se diferenciaba de ellos en su enfoque y creencias. Era conocido por su carácter irónico y su capacidad para generar fuertes reacciones, ya sea admiración o rechazo.
Nacido en el 470 a.C. y fallecido en el 399 a.C., Sócrates no se consideraba un sofista. A diferencia de ellos, creía en la existencia de una verdad objetiva y no impartía clases particulares.
Inspirado por el oficio de su madre, que era comadrona, Sócrates se veía a sí mismo como un facilitador del conocimiento. Su método consistía en ayudar a las personas a descubrir la sabiduría que ya poseían en su interior. Sócrates, un ateniense de pura cepa, sentía un profundo amor por su ciudad.
El Método Socrático: Diálogo y Búsqueda de la Verdad
La filosofía de Sócrates se caracterizaba por su apertura y su componente social. A través del diálogo y la discusión, buscaba llegar a conclusiones en conjunto con sus interlocutores. Creía firmemente en la existencia de una verdad universal, accesible a través del debate y la reflexión.
Sócrates se autodenominaba un "tábano" de Atenas, ya que su crítica constante y su cuestionamiento de las ideas establecidas despertaban la conciencia de sus conciudadanos. Su crítica al gobierno y a la corrupción le granjeó pocos amigos.
El Oráculo de Delfos y la Sabiduría de Sócrates
En la antigua Grecia, era común realizar peregrinaciones a templos como el de Delfos, donde se consultaba a un oráculo. Cuando un ciudadano preguntó al oráculo quién era el más sabio, la respuesta fue que no había nadie más inteligente que Sócrates. Inicialmente, Sócrates se mostró escéptico, pero tras reflexionar, llegó a la conclusión de que su sabiduría residía en su reconocimiento de su propia ignorancia. De ahí su famosa frase: “Sólo sé que no sé nada”.