Sofistas y Platón: Naturaleza, Ley y Sociedad en la Antigua Grecia
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Sofistas: Nomos vs. Physis
En el siglo V a.C., con la polis como centro de la vida política, surgieron los sofistas, una nueva profesión muy demandada. Eran maestros que enseñaban habilidades útiles para participar en política, como la retórica, la oratoria y el pensamiento crítico. Dejaron atrás las supersticiones del pasado y promovieron la idea de que la razón podía superar los problemas. Su fama creció tanto que viajaban entre polis, lo que les permitió observar que las leyes (nomos) no eran universales, sino que cambiaban según la ciudad.
Esto les llevó a concluir que las normas eran artificiales, creadas por los humanos, y no algo natural. Así empezó un debate sobre qué fundamento debía tener el nomos y cómo conectarlo con la naturaleza humana (physis).
Los sofistas plantearon que había dos tipos de moralidad:
- El Nomos: normas políticas creadas por las sociedades.
- La Physis: las reglas naturales del ser humano.
Intentaron encontrar una base común para construir una moral positiva a partir de la naturaleza humana. Sin embargo, no lograron resultados claros, lo que los llevó al relativismo, concluyendo que las normas no tienen una base natural ni un origen moral fijo.
Hubo dos grandes generaciones de sofistas:
- Optimistas, como Protágoras, que confiaban en el progreso humano y en que estamos naturalmente orientados hacia la justicia.
- Críticos, como Hipias, que veían un conflicto entre el nomos y la naturaleza. Para ellos, las reglas sociales iban en contra de la libertad natural del ser humano.
Estas ideas surgieron en un momento de crisis en las instituciones democráticas y desintegración de la polis, reflejando el choque entre la sociedad y la naturaleza humana.
Platón: La Búsqueda de la Justicia y el Orden
Platón vivió en el siglo V a.C., en plena crisis de la polis, marcada por experimentos políticos como el régimen de los Treinta Tiranos. Influido por Sócrates, fundó la Academia en Atenas y desarrolló su filosofía. Buscaba un saber universal y rompió con la visión de los sofistas sobre las leyes (nomos) y la naturaleza (physis). En lugar de rechazar las leyes como los sofistas, propuso basarlas en la naturaleza para lograr una sociedad armoniosa.
La Ciudad Ideal de Platón
En su obra La República, Platón plantea su Ciudad Ideal, organizada en tres grupos sociales según las virtudes predominantes en el alma:
- Filósofos (razón, prudencia): deben gobernar, ya que buscan la verdad y el bien.
- Guerreros (valor, fortaleza): encargados de proteger la polis.
- Pueblo (apetito, templanza): quienes trabajan y producen.
La justicia, para Platón, se logra cuando cada grupo ocupa el lugar que le corresponde según su naturaleza, creando un sistema jerarquizado. Defendía la desigualdad natural como clave para el orden político. En su famosa metáfora del Mito de la Caverna, explica que la mayoría vive engañada, viendo solo sombras de la realidad. Los sabios, al acceder al conocimiento verdadero, tienen el deber de guiar a los demás hacia el bien.
Mundo Sensible e Inteligible
Platón distingue entre:
- Mundo sensible: cambiante, conocido por los sentidos, fuente de opiniones (doxa).
- Mundo inteligible: eterno e inmutable, accesible mediante la razón, fuente de conocimiento (episteme).
Rechazaba la democracia porque consideraba que gobernar basándose en la opinión de la mayoría era ineficaz y peligroso. En cambio, defendía la aristocracia de los filósofos, quienes tienen la capacidad racional para gobernar orientados hacia el bien supremo.
El Ciclo de los Regímenes Políticos
En política, Platón describe un ciclo de regímenes (anaciclosis):
- Aristocracia: gobierno ideal de los sabios.
- Timocracia: gobierno basado en el honor.
- Oligarquía: gobierno de los ricos.
- Democracia: gobierno del pueblo, que degenera en anarquía.
- Tiranía: gobierno arbitrario y despótico.
Platón creía que este ciclo podía romperse con el gobierno de los filósofos, quienes, gracias a su conocimiento, podían conducir a la sociedad hacia la verdad y la justicia.