Sociología: Individuo y Sociedad en Equilibrio

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Sociología: Individuo y Sociedad

La sociología es la ciencia social que se ocupa tanto de la sociedad como de los individuos que la integran. Tiene una fecha de nacimiento: se remonta a principios del siglo XIX, dentro del ámbito de las ciencias humanas.

Padres de la Sociología

  • Comte (siglo XIX): Padre de la sociología. Consideraba la sociología una ciencia superior destinada a mejorar la vida de la humanidad.
  • Durkheim (siglos XIX y XX): Pensador decisivo. Reivindicó la necesidad de abandonar la pura abstracción y centrarse en los datos.
  • Weber (siglos XIX y XX): Destaca, por un lado, la importancia reservada a las creencias culturales y la transformación social y, por otro, la distinción entre ciencias naturales y ciencias del espíritu.

Valoración de la Relación entre Individuo y Sociedad

Individuo y sociedad forman un binomio difícilmente separable.

Colectivismo

Determinadas teorías de la sociedad minimizan el valor del individuo. Para estas concepciones, llamadas colectivistas, el individuo es tan solo una pieza más del engranaje social. Solo es relevante en relación con el funcionamiento de la maquinaria social, carece de valor por sí mismo, siendo perfectamente sustituible y reemplazable.

El colectivismo tiende a promover formas de organización y gestión social encaminadas a buscar el bien colectivo. Suelen escatimarse los esfuerzos por atender a los intereses y necesidades de los individuos concretos. Se trata al individuo como medio para su conservación y no como fin de sí mismo.

Un colectivismo exacerbado y exagerado puede provocar que el todo social engulla y anule a sus miembros. Así ocurre en lo que se han llamado las dictaduras de Estado, también conocidas como totalitarismos.

Los Totalitarismos

La dictadura de Mussolini, el régimen nazi o el sistema estalinista son ejemplos de Estados totalitarios. La perpetuación del Estado se impone y prevalece por encima de cualquier otro valor. La invasión y el control de todos los ámbitos de la vida social, incluso los privados o personales, son característicos.

Estos Estados suelen tener en común la voluntad de aplastar cualquier atisbo de iniciativa individual y también la voluntad de limitar aquellas libertades individuales.

Individualismo o Liberalismo

El extremo opuesto al colectivismo es el individualismo. Se caracteriza por considerar que el individuo concreto, con sus necesidades, deseos y preferencias, está por encima de cualquier otra consideración, aunque esta sea promover el bien común.

El desarrollo social no depende de la regulación estatal, sino de las capacidades y los esfuerzos personales. Suele acompañar a una organización liberal, en la que el Estado no interviene en los asuntos privados. Se limita a administrar los bienes comunes sin coartar las aptitudes, el carácter, las necesidades o las posibilidades individuales.

El liberalismo radical puede enmascarar un sistema social insolidario.

Humanismo

El humanismo se erige como alternativa válida. Apuesta por el equilibrio entre intereses. Este humanismo, en el que se inspira la mayoría de las sociedades democráticas, persigue conciliar el bien colectivo y los intereses de la comunidad con las aspiraciones y los derechos personales.

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