La Sociedad Española en el Siglo XIX: Clases y Transformaciones
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La Sociedad Española en el Siglo XIX
La Alta Nobleza
Aunque perdió parte de su hegemonía en la sociedad, la alta nobleza siguió teniendo gran poder e influencia. La antigua nobleza salió, en general, bien parada de la revolución liberal y la mayoría mantuvo su patrimonio e incluso lo amplió con la compra de bienes desamortizados. A esta se sumó una nueva nobleza titulada que vino a formar la nueva élite cortesana, a menudo vinculada a la burguesía de los negocios.
La Burguesía
La burguesía era una clase social de perfiles difusos. Sus miembros vivían principalmente en grandes ciudades como Madrid y Barcelona, y tendían a imitar los modos de vida de la aristocracia. Hubo una notable confluencia de intereses entre nobleza y burguesía: los nobles intentaban acercarse a los burgueses poderosos a través de matrimonios y negocios, mientras que los burgueses trataban de adoptar las formas aristocráticas.
Se pueden distinguir varios tipos de burguesía:
- La burguesía comercial, afectada por la pérdida de la mayor parte del Imperio colonial.
- La burguesía industrial, surgida principalmente en Cataluña (Barcelona), cuyos rasgos ideológicos eran el liberalismo conservador y la defensa del proteccionismo económico.
- La burguesía financiera, dedicada a las inversiones especulativas y la banca.
- La burguesía agraria, formada por ricos labradores y terratenientes beneficiados por las desamortizaciones y los cambios en la propiedad de la tierra.
Las Clases Medias
Un grupo social en crecimiento, aunque todavía minoritario, fueron las clases medias, tanto rurales como urbanas. La clase media rural estaba formada principalmente por labradores propietarios medianos. Las clases medias urbanas incluían a comerciantes, dueños de talleres, funcionarios y profesionales liberales (médicos, abogados, etc.). Fueron un grupo influyente porque ocupaban puestos clave en la administración local y estatal. Mostraron un decidido compromiso político, participando activamente en la construcción del Estado liberal.
Las Clases Populares
Las clases populares formaban el grueso de la población. La mayoría vivía en el medio rural y se dedicaba a tareas vinculadas al campo. Existía una marcada diferencia entre los campesinos del norte y los del sur. En el norte abundaban los pequeños y medianos propietarios y arrendatarios, mientras que en el sur predominaban los grandes latifundios y los jornaleros sin tierra, lo que condicionaba la estructura social.
Aunque la clase obrera industrial era todavía escasa en la España del siglo XIX en comparación con otros países europeos, su papel fue fundamental en la configuración social y política emergente. Tras la desaparición de los gremios, sobrevivió un gran número de artesanos en talleres urbanos. Estos artesanos, junto a los inmigrantes procedentes del medio rural, iniciaron el proceso de proletarización durante este siglo, conformando la nueva clase obrera.
Las condiciones laborales de los obreros industriales eran durísimas, con largas jornadas, bajos salarios e inexistente protección social. En cuanto a las mujeres trabajadoras, en el siglo XIX, una proporción significativa (el texto original menciona un 90%) trabajaba fuera de su casa durante algún tiempo diario. Una de cada cuatro lo hacía como criada, asistenta, lavandera o ama de cría. Los salarios femeninos eran considerablemente más bajos, llegando a ser un tercio o la mitad menores que los de los hombres por trabajos similares.