Trabajo Social en el Siglo XXI: Ciudadanía, Bienestar y Tecnología
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Capítulo 1: Trabajo Social con Grupos en el Siglo XXI: Ciudadanía y Dinámica de Grupo en la Época del E-Social Work
El Trabajo Social (TS) es una disciplina científica y una profesión con poco más de un siglo de existencia. Es un proceso en el que juega un papel fundamental la sociedad norteamericana. Jane Addams y Marie Richmond, ambas norteamericanas, se vieron impulsadas por su contexto a afrontar la lucha contra la pobreza y la degradación de las condiciones de vida en las sociedades de su tiempo. El TS con grupos se configura como el reconocimiento de la dinámica grupal como un elemento clave en la construcción de la identidad personal y social. Investigamos las dinámicas grupales para comprender sus características y diseñamos dinámicas grupales para intervenir profesionalmente. Cuatro cuestiones forman parte del debate contemporáneo sobre el futuro del TS:
- El ciudadano
- Las características de las sociedades contemporáneas
- Las aportaciones sobre el TS con grupos
- El nuevo contexto digital
Ciudadanía, TS y Bienestar: Una Dinámica Imparable de Universalización de Derechos
La noción de ciudadanía es la reconfiguración del entorno para que todas las personas puedan ejercitar sus derechos. La capacitación de las personas, tanto a nivel individual, grupal o comunitario, se convierte en el objetivo básico de la intervención social. La actividad de los TS se orientaba desde el primer momento hacia el fortalecimiento de las trayectorias personales. Destacamos dos consecuencias de la moderna condición de ciudadanía:
La universalización de las prestaciones y servicios:
- Lo que se considera básico para el ejercicio de la ciudadanía será redefinido en cada momento histórico por dichos ciudadanos. Se demandan nuevos servicios y prestaciones, y se redefine aquello que consideramos necesario para vivir nuestra vida.
Universalización y redefinición de los derechos y condiciones para ser ciudadano es la base del proceso de visibilización de colectivos excluidos: mujeres, minorías étnicas, inmigrantes, personas mayores y personas con discapacidades. La condición de ciudadano tiende a dinamitar cualquier statu quo, ya que introduce nuevas demandas. En contextos de crisis económica, las estrategias más utilizadas son:
- Restringir la pertenencia al colectivo de ciudadanos con derechos.
- Redefinir las condiciones de vida y recursos disponibles que consideramos indispensables para una vida digna.
En nuestras sociedades de consumo de masas, los ciudadanos se preparan y compiten por acceder al estilo de vida de las clases medias. Las demandas de mayor preparación y competencia que reciben los jóvenes encuentran su justificación en la aspiración por mantener y mejorar el nivel de vida alcanzado por los progenitores. La movilidad intergeneracional e intrageneracional en China, India o América Latina parece ratificar un futuro de clases medias. En este contexto se produce una expansión de los servicios sociales y una integración progresiva de la zona de inclusión social, confluyendo los principios democráticos, el crecimiento económico y la visibilización de colectivos excluidos. Se produce una mejora constante de las condiciones de vida de la población en los países occidentales en la segunda mitad del siglo XX.
Por ejemplo, en relación con las personas discapacitadas, redefinimos nuestro espacio público y privado para hacer posible el mayor nivel de independencia y autonomía de dichas personas. Sin embargo, la crisis económica y los procesos de ajuste en los que llevamos inmersos han puesto de relieve que este conjunto de aspiraciones no es fácil de conseguir. La crisis de las clases medias en los países occidentales es ya un problema introducido en la agenda pública y los medios de comunicación, también en la investigación en el ámbito del TS. La situación en la que viven los jóvenes pone de relieve la crisis del modelo de sociedades de clases medias característico de las sociedades occidentales tras la Segunda Guerra Mundial. Durante la crisis económica, ha sido cada vez más difícil reproducir el estilo de vida de las clases medias y alcanzar un bienestar socioeconómico. Los programas de austeridad en Europa y Estados Unidos favorecen la degradación de las condiciones de vida de las clases medias. Para las personas mayores, la reducción de las prestaciones y servicios públicos hacen que sus expectativas y condiciones de vida se deterioren. En el año 2015, la pregunta es: ¿Habrá una mejora de las prestaciones sociales o el crecimiento económico irá acompañado de una política de austeridad y recortes permanente?
Trabajo Social en un Contexto Cambiante
El estado del bienestar sigue gozando de una fuerte legitimidad. Los numerosos movimientos sociales demandan una redefinición del mismo que ampare y permita una mayor inclusión social. El papel de las políticas sociales y el del estado del bienestar tiene que reformularse para lograr su objetivo básico: asegurar las condiciones estructurales que permiten disfrutar de nuestra condición de ciudadanos. Deben analizarse las nuevas circunstancias: globalización, nuevas tecnologías, transformación de las familias y comunidades. Para responder a estos desafíos globales desde el TS, se ha desarrollado un proceso participativo entre las tres principales organizaciones que agrupan a los profesionales del TS y se establecieron cuatro áreas prioritarias:
- Desigualdades sociales y económicas entre países y regiones.
- Dignidad y valor de la persona.
- Desarrollo sostenible.
- Importancia de las relaciones humanas.
En relación con estas áreas, se alcanzó una evaluación compartida del contexto global. Desde nuestro punto de vista, algunas de las condiciones fueron:
- Solo una minoría de la población mundial puede disfrutar y ejercer sus derechos humanos en toda su amplitud.
- La desregulación de los sistemas económicos, la ausencia de normas internacionales sobre las condiciones de trabajo y la falta de responsabilidad social han deteriorado la salud y el bienestar de personas y comunidades.
- Deterioro de las relaciones comunitarias y de apoyo en contexto de crisis económica.
- El deterioro medioambiental favorece el incremento de desigualdades relacionadas con el cambio climático, contaminación, guerras y violencia, y necesita una respuesta desde una perspectiva internacional.
En la agenda se establecen una serie de objetivos básicos para los próximos años. Uno de los puntos de partida es reconocer la importancia de la fortaleza y resiliencia de las personas y de las comunicaciones. Y, en relación con ellos, el objetivo es potenciar sus capacidades y contribuir al desarrollo de una sociedad en la que puedan ejercer sus derechos, tomando las exigencias de una economía basada en el conocimiento, las consecuencias de una organización del trabajo que conlleva la individualización de los trabajadores y las características de una familia marcada por la incorporación de la mujer al trabajo.
Se trata de analizar las políticas y formas de actuación que pueden hacer sociedades más coherentes socialmente y más productivas económicamente. Las nuevas demandas de la población deben ser resueltas en función de un principio básico de la democracia: las instituciones deben garantizar las condiciones mínimas para el ejercicio de la condición de ciudadano. Hay que resaltar el papel que juegan las nuevas tecnologías como espacio de socialización en el que personas, grupos y comunidades conviven online y offline. Podemos resaltar dos retos:
- El TS tiene que investigar los nuevos procesos de exclusión que se generan con las nuevas tecnologías y tiene que utilizar las nuevas tecnologías para potenciar las capacidades de los ciudadanos.
- El TS online o TS en la red. Tienen importancia de investigarse los comportamientos online, las relaciones sociales en el ciberespacio.
Por ejemplo, en el ámbito de los jóvenes, los servicios sociales y la labor de TS tienen que ampliar su ámbito. Es necesario desarrollar más competencias en el ámbito de la intervención social online. Para ello, hay que analizar las opiniones y demandas de los jóvenes en la red y, en función de los resultados, desarrollar una web de apoyo que permita gestionar mejor los recursos disponibles y establecer estrategias de intervención online.
La Importancia de la Evaluación y la Investigación en el Trabajo Social
¿Qué puede aportar el TS como disciplina científica? La evaluación de los resultados de la investigación científica es una exigencia que se deriva de la necesidad de rendir cuentas ante las instituciones que nos financian. La evaluación se organiza en torno a la medición de los resultados obtenidos. La generación de conocimientos tiene que ir vinculada a la mejora de productos y de servicios, donde se incluye la actividad de los TS. El TS compite por espacio económico y espacio profesional. La capacidad para generar nuevos conocimientos y procedimientos para mejorar los protocolos y las intervenciones se convierte en un predictor clave de progreso o retroceso de nuestra profesión. Las políticas científicas insisten en:
- Nos encontramos inmersos en una revolución científico-tecnológica que afecta a la vida social, se sitúa como barrera, articulando nuevos procesos de inclusión y exclusión económica y social. Las políticas científicas y tecnológicas juegan un papel crucial en las sociedades contemporáneas, se han convertido en un factor estratégico en las sociedades del siglo XXI.
- Como son estratégicas y disponen de recursos limitados, diseñan líneas prioritarias de investigación y demandan resultados que puedan ser transferibles a los ámbitos de la vida social correspondientes. Nos encontramos inmersos en un nuevo acuerdo entre los actores políticos, el mundo académico e investigador y la sociedad. Prima la evaluación de los resultados y la capacidad para transferir los mismos y producir una mejora de la sociedad que financia la investigación científica.
- La demanda de evaluación va unida a la preocupación por la prevención de posibles riesgos y por la anticipación para introducir mejoras en todos los órdenes de la realidad. La preocupación por el futuro, centrada en el ámbito de tecnologías críticas, se ha expandido al ámbito de las ciencias sociales y al del TS con grupos. Necesitamos estudios de tendencias que nos permitan diseñar mecanismos y buenas prácticas para prevenir o anticiparse a diversos tipos de problemas. En la investigación en TS con grupos, necesitamos diseñar aplicaciones que nos permitan diseñar mejores sistemas de atención social, por ejemplo, en el ámbito de las personas mayores.
En el área de TS, el futuro de la disciplina y de la profesión se vincula con la capacidad para convertirnos en expertos que contribuyen con su experiencia práctica y sus resultados de investigación.
Altruismo, Generosidad y Comunidad: ¿Una Vuelta a los Orígenes del Trabajo Social?
De la reciente crisis económica ha vuelto a resurgir el fenómeno de la cooperación y la ayuda altruista. La capacidad de organización de familias, grupos y comunidades ha permitido afrontar la crisis en los países del sur de Europa. Esta ayuda de las familias permite entender el fenómeno “baby boomerang”: el apoyo de la familia a los jóvenes que, una vez emancipados, tienen que volver con sus progenitores al quedarse desempleados o no obtener los ingresos suficientes. Esta experiencia se ha visto reflejada en las nuevas investigaciones que ponen de relieve la dimensión altruista de nuestro cerebro. Así, el TS con grupos se convierte en uno de los desafíos que tiene que afrontar el TS en el siglo XXI. Los principales retos para la intervención social con grupos en los países con un estado del bienestar consolidado se organizan en:
- La puesta en valor de la dinámica grupal.
- Las estrategias para afrontar, mediante las dinámicas grupales, los procesos de desafiliación y exclusión.
- La redefinición de la actividad profesional de los TS.
- El reto de las nuevas tecnologías.
En primer lugar, la recuperación de la legitimidad del grupo como ámbito para la intervención profesional. En el ámbito español, el TS con grupos ha ido perdiendo relevancia por la creciente burocratización de la profesión y por el creciente individualismo. Es necesario recuperar un concepto de comunidad basado en la participación, ciudadanía, respeto al disenso democrático y la legitimidad de las decisiones tomadas democráticamente. Para poder participar en dicha comunidad, necesitamos mejorar nuestra capacidad de interacción con los demás, diseñar más y mejores dinámicas grupales. Hay que poner en marcha intervenciones basadas en dinámicas grupales. En las dinámicas grupales, el conflicto entre identidades debe dar paso a la capacidad de construir juntos nuestro futuro. Recuperar nuestra identidad es un proceso que tiene que ver con una doble cuestión. Por un lado, superar las definiciones del grupo en clave defensiva. En nuestros barrios y ciudades, los ciudadanos tenemos intereses muy diferentes, procedencia étnica, geográfica y cultural muy diversa. Los TS tienen que ser capaces de articular y dejar articularse dinámicas grupales y movimientos comunitarios reales en los que puedan coincidir ciudadanos con diferentes perspectivas. Por otro lado, tener en consideración que las personas pueden organizarse en función de identidades étnicas, religiosas o de otro tipo que se caracterizan por defender solo los intereses de los que pertenecen a ellas. Los TS deben tomar en consideración lo que podemos denominar la tendencia a la fuga y el aislamiento, y también la tendencia hacia el dominio del espacio público y los recursos por parte de grupos y comunidades organizadas que se afirman de forma excluyente.
El segundo reto es la realidad del proceso de desafiliación que experimentan nuestros conciudadanos. La ruptura o pérdida del vínculo social, como la trayectoria vital de los denominados trabajadores con bajo salario o trabajadores pobres de la década de los 90 en España, conllevan pérdidas, rupturas, aislamiento y aumento de la vulnerabilidad social, con un objetivo claro: recrear vínculos sociales como nuevo objetivo para hacer posible la propia evolución personal de cada uno de nosotros. Es necesario establecer programas, metodologías de investigación y técnicas de intervención para recuperar nuestra capacidad de vincularnos y reencontrarnos. Se trata de fortalecer la confianza en uno mismo y en los demás, desarrollar el empowerment, y para ello es necesario vincular a las personas con las redes de pertenencia. Nuestros derechos, si no nos organizamos estructuralmente para garantizarlos, dejan de serlo; nuestras obligaciones, si no se cumplen, hacen imposible su ejercicio práctico. Quizás la excesiva lejanía entre el individuo aislado y el Estado ha llevado a justificar la evasión de impuestos y la reducción de prestaciones. Recuperar el vínculo entre ciudadanos, estado y clase política exige una revitalización de la experiencia de lo grupal y comunitario.
El tercer gran reto es la reinvención del TS en un entorno de crisis. El TS tiene que hacer frente a la redefinición de las políticas sociales y sus profesionales en un entorno diferente. Se demandan nuevos derechos y nuevas prestaciones. El aumento de los problemas, derivados de la mayor proporción de personas solas en una sociedad que mitifica el individualismo e introduce nuevas demandas, y la transformación de los modelos de gestión que, con menos recursos, deben hacer frente a mayores problemas en los que se introducen criterios de eficiencia del sector privado.
El cuarto gran reto es la utilización de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Las redes sociales nos permiten salir del anonimato y vincularnos con los afines, acelerar la difusión de noticias y participación a través de los medios de comunicación electrónicos. La respuesta de los trabajadores sociales es diseñar lo que denominamos el trabajo social en la red.
E-Social Work: Un Nuevo Ámbito para el Trabajo Social con Grupos
Se trata de aquella especialidad del TS que tiene como objeto de análisis, evaluación e intervención el ámbito online, estableciendo estrategias de acceso a los usuarios y diseño de dinámicas de intervención y empoderamiento de los usuarios en el ámbito online. Buscan ayudar a una población que se define como nativa digital.
Hacia una Definición de E-Social Work
Es el uso de nuevas tecnologías de la información y la comunicación en TS y los servicios sociales. Incluye investigación online, tratamiento de pacientes, formación y capacitación de los TS y monitorización de los programas de servicios sociales. En la investigación online utiliza diferentes enfoques, entre los que destaca la netnografía, y en la intervención social los TS recurren a metodologías de intervención basadas en nuevas tecnologías. El e-social work permite crear una mejor comunicación, independientemente de la proximidad física, permitiendo acercar los servicios sociales a colectivos que interaccionan a través de las redes sociales, como ocurre con las familias afectadas por un proceso de movilidad descendente o los jóvenes. Permite un mayor autocontrol, mejor monitorización de los comportamientos y un mejor proceso de retroalimentación. Estas posibilidades de la tecnología son especialmente relevantes:
- Reforzar los procesos de autocontrol y autoevaluación es clave para cualquier persona. Si diseñamos un conjunto de tareas a realizar con objetivos claros y medibles a través de una aplicación móvil, el usuario puede medir su proceso de cambio, favoreciendo su proceso de mejora, y puede diseñarse una aplicación automática que establezca fases y mensajes, y que cada cierto nivel de progreso requiera la conexión directa con el profesional.
- Reforzar los procesos de monitorización y evaluación es una prioridad de las instituciones. Un proceso de empoderamiento colectivo exige evaluar los resultados y analizar los problemas que permanecen, los éxitos y los nuevos riesgos.
En el ámbito presupuestario, es necesario evaluar con precisión los resultados de las medidas que se ponen en marcha y, para ello, es necesario investigar los discursos, demandas y opiniones de los ciudadanos.
Nuevos Desafíos en una Sociedad de Nativos Digitales
Podemos destacar dos desafíos: la privacidad y la capacidad para interpretar correctamente los mensajes que nos llegan. Todo lo que hacemos a través de las redes sociales deja huella. Los servidores nos registran y procesan nuestro comportamiento, y la investigación puede ser hecha desde el gobierno u organizaciones criminales, por ello hay que tomar precauciones. En calles y restaurantes, las cámaras y sistemas de vigilancia aumentan la información sobre nuestro comportamiento. El código ético de los TS debe garantizar el correcto uso de la información obtenida en la red, resultado de análisis de grandes cantidades de datos disponibles online, lo que se denomina Big Data. La forma en la que nos relacionamos genera también oportunidades y riesgos, y nos demanda nuevas habilidades: WhatsApp, fotos de Instagram, nos comunicamos por emails, el móvil se ha convertido en nuestra herramienta preferida para entrar en contacto con los demás y tenemos que estar pendientes de los mensajes que nos envían… Nos comunicamos, pero también los móviles pueden utilizarse como herramientas de control. ¿Qué implica aceptar a alguien como amigo en Facebook o subir fotos? ¿Cómo evitar generar conflictos derivados de emails que son rudos o maleducados? El análisis de los mensajes de textos es una cuestión clave en el ámbito del trabajo social con jóvenes. Los TS necesitan más habilidades para poder diseñar estrategias de intervención adecuadas al contexto juvenil: entender su jerga, utilizarla. En el ámbito del acoso, es muy relevante empoderar a los usuarios para poder gestionar correctamente las nuevas tecnologías y hacer frente a las nuevas formas de acoso que se derivan de los insultos y presiones de internautas que, con sus cuentas, pueden acusar falsamente, vituperar o bloquear nuestra cuenta en un ataque masivo. Formular críticas o pensamientos ajenos puede convertirse en una pesadilla, arruinando nuestra carrera profesional o personal.
Fases para Desarrollar un Proyecto de E-Social Work
En función de los proyectos de intervención en las redes sociales desarrollado hasta este momento, en el grupo de investigación Koinonía se diferencian tres fases:
- La escucha activa: trata de analizar y monitorizar las intervenciones en las redes sociales.
- Diseñar un espacio virtual para desarrollar actividades de investigación social, crear un ámbito de interacción online en el que los usuarios pueden debatir y entrar en relación con los servicios sociales y los TS. Hay que detallar el objeto de la intervención, analizar los recursos disponibles online y offline, los diferentes servicios de la administración pública, las empresas privadas implicadas y los objetivos concretos que hay que alcanzar.
- El desarrollo de aplicaciones online específicas que permitan gestionar mejor los recursos, acceder mejor a la información, eliminar duplicidades, orientar a los usuarios y generar redes sociales en las que afrontar problemas específicos. El diseño debe tener tres prioridades: el análisis de opinión, el diseño de intervención online y la puesta en marcha de los proyectos específicos.