Sistemas Morfoclimáticos y Tipos de Relieve Terrestre

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Sistemas Morfoclimáticos: El Clima como Escultor del Paisaje

Los sistemas morfoclimáticos agrupan los procesos de modelado del relieve que están dominados por un tipo de clima específico.

Sistema Morfoclimático Glaciar

En estas zonas, las condiciones climáticas favorecen la acumulación de nieve año tras año y su posterior transformación en hielo, lo que impide el desarrollo de vegetación. Las corrientes de hielo, conocidas como glaciares, constituyen el principal agente modelador.

Sistema Morfoclimático Periglaciar

Sus condiciones permiten el desarrollo de una vegetación muy escasa. El agente modelador predominante es el ciclo de hielo-deshielo, que provoca la gelifracción, un proceso que disgrega las rocas en fragmentos menores. El modelado periglaciar en zonas de montaña consiste en la acumulación de esos fragmentos en taludes y conos de derrubios. En áreas llanas, se desarrollan suelos poligonales y almohadillados.

Sistema Morfoclimático Desértico

La escasez de lluvias y la intensa evaporación hacen que apenas exista agua líquida en el suelo. En los desiertos, las grandes oscilaciones térmicas diarias producen la termoclastia, un tipo de meteorización física. Los materiales resultantes, que no están cohesionados por la humedad ni protegidos por una cubierta vegetal, están sometidos a la acción erosiva del viento (erosión eólica).

Sistema Morfoclimático Subdesértico

Las lluvias suelen ser irregulares y torrenciales. La vegetación se reduce a hierbas estacionales o a arbustos adaptados a la intensa sequía. Cuando las aguas torrenciales actúan sobre rocas blandas como las arcillas, producen un paisaje lleno de surcos profundos llamados cárcavas o barrancos, según su tamaño. En las zonas montañosas, los torrentes esporádicos arrastran una gran cantidad de sedimentos que se acumulan al pie de las montañas y forman abanicos aluviales.

Sistema Morfoclimático de Zonas Húmedas: El Modelo Fluvial

Las temperaturas más suaves permiten que el agua se mantenga en estado líquido la mayor parte del año. Existe una gradación que abarca desde áreas muy lluviosas hasta las más áridas, y las oscilaciones térmicas son, respectivamente, poco pronunciadas. Estas condiciones facilitan el desarrollo de bosques caducifolios en las áreas lluviosas y frías, y de tipo mediterráneo en las áreas cálidas y secas. El agua y la vegetación favorecen la meteorización química de las rocas. El agua en movimiento es el principal agente de erosión, transporte y depósito.

  • Curso alto: Se caracteriza por una pendiente elevada. En esta sección predomina la erosión y el transporte.
  • Curso medio-bajo: La pendiente disminuye, y predominan el transporte y la sedimentación.
  • Desembocadura: El agua frena su velocidad bruscamente, por lo que domina la sedimentación.

Relieves Azonales y Estructurales

Estos relieves no dependen directamente del clima, sino de otros factores como la litología o la tectónica.

El Modelo Costero

La costa es un medio muy dinámico donde actúan el oleaje, las corrientes y las mareas, produciendo una enorme variedad de formas de relieve.

El Modelado Litológico

El tipo de roca es el factor determinante en la formación de estos paisajes.

  • Modelado Kárstico: Forma un relieve característico en zonas con rocas solubles, como las calizas.
  • Modelado Granítico: Genera paisajes singulares como los caos de bolos, típicos de la meteorización del granito.

Relieves en Zonas Tectónicas Extensivas

Las fallas suelen reconocerse en el relieve por la presencia de escalones o escarpes que rompen bruscamente la pendiente del terreno. En regímenes extensivos, las fallas normales aparecen asociadas y producen una sucesión de promontorios elevados (horst) y depresiones hundidas (fosas o graben). Los rifts continentales constituyen un caso de fosa tectónica a gran escala, donde un continente se separa en dos.

Relieves Asociados a Compresión

En los bordes convergentes, se forman grandes fallas inversas cuyo plano de falla se dispone de forma casi horizontal. Estas fallas son denominadas cabalgamientos si el desplazamiento no es muy importante, o mantos de corrimiento cuando pueden alcanzar decenas de kilómetros.

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