El Sistema Político de la Restauración: Turno Pacífico y Fraude Electoral

Enviado por Chuletator online y clasificado en Historia

Escrito el en español con un tamaño de 3,83 KB

El engranaje político ideado por Cánovas del Castillo se traducía en la realidad en una auténtica farsa por dos motivos:

  1. La alternancia pacífica en el poder de los dos partidos principales se convirtió en cambios de gobierno pactados de antemano entre ellos: el turno de partidos.
  2. No eran los resultados electorales los que definían las mayorías que debían gobernar, y se amañaban para que arrojaran resultados favorables al nuevo partido que iba a gobernar: caciquismo.

El Turno de Partidos

Los partidos políticos existentes se acabaron integrando en uno de los dos grandes partidos del sistema: el Conservador de Cánovas o el Liberal de Sagasta. Ambos aceptaban el juego trucado en que se habían convertido los cambios de gobierno con el sistema de turno pacífico. El procedimiento consistía en lo siguiente:

  1. Los dos partidos se relevaban en el poder de manera pacífica y se concedían plazos razonables de gobierno.
  2. Ambos aceptaban los cambios de cierta importancia realizados por el partido en el poder.
  3. Cuando un partido consideraba que le había llegado el momento de gobernar o dejar de gobernar, y pasar a la oposición, lo pactaba con el otro partido y con el rey.
  4. El rey entonces, según el poder que le reconocía la Constitución, mandaba formar gobierno al nuevo partido.
  5. El partido saliente del gobierno se convertía en oposición y esperaba hasta que llegaba su nuevo turno.

El Partido Conservador acaparó el poder en los primeros años del régimen y los aprovechó para aplicar su programa, que consistió en la consolidación del propio sistema canovista.

A partir de 1881, con el primer gobierno del Partido Liberal, comenzó a funcionar con propiedad el turno de partidos y se alternaron en el gobierno Cánovas y Sagasta. El Partido Liberal cumplió lo esencial con medidas como la Ley de Asociaciones o el restablecimiento del sufragio universal.

Las diferencias entre un partido y otro apenas eran ya perceptibles en sus programas políticos. La práctica del turno al margen del cuerpo electoral no era exclusiva de España, sino que tenía sus equivalencias en las otras dos monarquías meridionales que presentaban un cierto atraso económico y político respecto a la Europa occidental.

Caciquismo y Fraude Electoral

Aquí intervenía un nuevo entramado de corrupción que tenía su protagonista principal en la figura del cacique.

Tanto el Partido Conservador como el Liberal tenían su propia red organizada para asegurarse los resultados electorales adecuados cuando les correspondiese el turno. Se trataba de una red piramidal con la siguiente estructura:

  1. En Madrid estaba la oligarquía o minoría política dirigente, integrada por los altos cargos políticos y personajes influyentes de ambos partidos y vinculada a las clases dominantes.
  2. En las capitales de provincia, la figura clave era el gobernador civil.
  3. Por último, en las comarcas, pueblos y aldeas se encontraban los caciques locales.

Con esta estructura se organizaba el fraude electoral de arriba abajo, bajo la coordinación del propio Ministro de la Gobernación:

  1. Desde Madrid, los oligarcas transmitían las instrucciones a los gobernadores civiles de cada provincia.
  2. Los gobernadores civiles elaboraban la lista de los candidatos que habían de salir elegidos en cada localidad y daban las instrucciones necesarias a los caciques locales.
  3. Los caciques locales constituían el último eslabón de la cadena y se encargaban de la manipulación directa de los resultados electorales.

Entradas relacionadas: