Sistema Político de la Restauración Borbónica: Constitución de 1876 y Bipartidismo

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1. El Sistema Político de la Restauración

1.1. Establecimiento de un Nuevo Sistema Político

La Restauración de la monarquía borbónica fue recibida con satisfacción por los conservadores, quienes esperaban que esta trajera consigo la estabilidad política. Cánovas del Castillo, figura clave de este periodo, buscaba establecer un modelo político que superara los problemas del liberalismo anterior. Para lograrlo, se propuso la creación de una Constitución que sirviera de base para un sistema político bipartidista y la pacificación del país.

La primera medida adoptada fue la convocatoria de elecciones para Cortes Constituyentes. Aunque Cánovas no era partidario del sufragio universal, se dio este primer paso hacia la creación de un nuevo marco legal.

La Constitución de 1876

La Constitución de 1876 es un claro ejemplo del liberalismo doctrinario, caracterizado por el sufragio censitario y la soberanía compartida entre las Cortes y el Rey.

La monarquía era considerada una institución superior e incuestionable, actuando como un poder moderador que garantizaba el entendimiento y la alternancia entre los partidos políticos.

Las Cortes eran bicamerales, compuestas por el Senado y el Congreso de los Diputados. Inicialmente, se estableció el voto censitario mediante una ley. Sin embargo, posteriormente, el partido liberal aprobó el sufragio universal masculino.

La Constitución proclamaba la confesionalidad católica del Estado y contenía una declaración de derechos.

Bipartidismo y Turno Pacífico

Antonio Cánovas del Castillo implementó un sistema de gobierno basado en el bipartidismo y en la alternancia en el poder de dos partidos: el Conservador y el Liberal. Este "turno pacífico" entre partidos buscaba asegurar la estabilidad política.

El ejército quedó subordinado al poder civil, con la misión principal de defender la independencia nacional.

1.2. Fin de los Conflictos Bélicos

La estabilidad del régimen se vio reforzada por la conclusión de las guerras carlistas y cubanas. Algunos carlistas terminaron reconociendo a Alfonso XII. El esfuerzo militar del gobierno permitió la reducción de la presencia carlista en Cataluña. La intervención del ejército, liderado por Martínez Campos, forzó la rendición de los carlistas en Cataluña, Aragón y Valencia. Carlos VII se exilió, marcando el fin de la guerra en todo el territorio. Como consecuencia de la derrota carlista, se abolió el régimen foral. No obstante, se estableció un sistema de conciertos económicos que otorgaba autonomía fiscal a las provincias vascas.

El fin de la guerra carlista facilitó la resolución de la insurrección cubana, culminando con la firma de la Paz de Zanjón.

2. La Vida Política y la Alternancia en el Poder

2.1. Los Partidos Dinásticos

Tras el regreso de Alfonso XII, Cánovas transformó su partido en el Partido Liberal-Conservador, que posteriormente se conoció simplemente como Partido Conservador. El proyecto bipartidista de Cánovas requería de otro partido de corte progresista, y para ello, propuso a Sagasta su formación. De un acuerdo entre progresistas y unionistas surgió el Partido Liberal-Fusionista, conocido como Partido Liberal. A ambos se les denominaba "partidos dinásticos".

Conservadores y liberales defendían la monarquía, la Constitución, la propiedad privada y la consolidación del Estado liberal. Eran partidos de minorías que contaban con periódicos, centros y comités distribuidos por toda España.

Los conservadores tendían al inmovilismo político y defendían el sufragio censitario, mientras que los liberales eran partidarios del sufragio universal masculino. Sin embargo, en lo esencial, la actuación de ambos partidos no difería significativamente.

La alternancia en el poder garantizaba la estabilidad institucional. Cuando el partido en el gobierno sufría desgaste político, el Rey nombraba a un nuevo jefe de Gobierno. Este nuevo jefe de gabinete convocaba elecciones con el objetivo de obtener una mayoría parlamentaria suficiente para gobernar.

2.2. Falseamiento Electoral y Caciquismo

El sistema del turno pacífico se mantuvo durante dos décadas. El caciquismo fue un fenómeno extendido por toda España.

La adulteración del voto era una práctica habitual en las elecciones, mediante la manipulación y diversas tramas electorales.

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