Sistema Musculoesquelético: Componentes, Función y Cuidados Esenciales
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Las Articulaciones
Las articulaciones son estructuras que mantienen unidos entre sí a los huesos contiguos, impidiendo su separación.
Tipos de Articulaciones
- Inmóviles: No permiten movimiento de los huesos entre sí.
- Semimóviles: Unen fuertemente los huesos pero permiten un pequeño movimiento. Entre sus huesos unidos existen cartílagos y ligamentos que fortalecen la articulación.
- Móviles: Permiten una gran variedad de movimientos entre los huesos que las forman. Los huesos no entran en contacto entre ellos, sino que sus extremos se recubren de una cápsula articular de cartílago. De estas cápsulas salen ligamentos que unen los huesos y hacen que no se separen. Además, tienen un líquido sinovial que sirve como lubricante y amortiguador para disminuir el roce entre los huesos.
Los Músculos
Los músculos están formados por células alargadas, denominadas fibras musculares. Estos órganos pueden contraerse y relajarse, con lo que modifican su longitud y producen el movimiento.
Tipos de Músculos
- Músculos lisos: Su contracción es lenta e involuntaria, formados por fibras musculares lisas. Son los músculos que recubren las paredes de diferentes órganos del cuerpo.
- Músculos cardíacos: Su contracción es rápida e involuntaria, formados por fibras musculares estriadas. Forman la zona muscular del corazón (miocardio).
- Músculos esqueléticos: Sus movimientos son rápidos y voluntarios. Junto al sistema esquelético forman el aparato locomotor. Los músculos esqueléticos están formados por fibras musculares estriadas. Cada fibra se halla envuelta por una capa muy fina de tejido conjuntivo denominada endomisio. Las fibras se agrupan formando haces musculares, que se rodean por una membrana de tejido conjuntivo llamado perimisio.
Clasificación de los Músculos Esqueléticos
Se clasifican:
- Por su función:
- Flexores y extensores: que acercan o separan dos partes de un miembro.
- Abductores y aductores: que alejan o acercan una extremidad.
- Pronadores o supinadores: que giran una extremidad.
- Elevadores y depresores: que levantan o bajan una parte del cuerpo.
- Esfínteres y dilatadores: que cierran y abren un orificio corporal.
- Por su forma:
- Anulares (esfínter anal).
- Planos.
- Orbicular (con forma semicircular).
- Fusiformes (con forma alargada).
La Acción de los Músculos sobre el Esqueleto
De la acción combinada de los músculos esqueléticos y los huesos, resultan los distintos movimientos y posiciones de nuestro cuerpo. Un gran número de músculos esqueléticos trabajan por parejas, de forma antagónica, de modo que si uno de ellos se contrae, el otro se relaja y viceversa.
Los músculos por sí solos no son capaces de realizar ningún movimiento. Para poder producir el movimiento son necesarios los huesos y las articulaciones. El conjunto funciona como una palanca. En una palanca se distinguen 3 puntos: Punto de apoyo, punto de potencia y punto de resistencia.
Las Lesiones Más Frecuentes del Aparato Locomotor
Las lesiones en huesos, músculos y articulaciones son frecuentes. Normalmente no revisten gravedad y suelen curarse por completo. Las más frecuentes son:
- Fracturas: Son la rotura de un hueso, que puede partirse o astillarse. Se trata con escayola o una tablilla manteniendo el hueso de forma correcta.
- Distensiones y esguinces: Las dos son lesiones relacionadas con algún tipo de inflamación. Las distensiones afectan a músculos y tendones y se producen por un estiramiento excesivo. Los esguinces se producen en los ligamentos, por torceduras, en rodillas, tobillos, muñecas...
- Luxaciones: Ocurre cuando un hueso se desplaza de su posición normal en una articulación.
- Contracturas musculares: Consisten en la contracción involuntaria y mantenida de un músculo. Ocurren cuando se exige al músculo un trabajo superior al que puede realizar.
- Deformaciones de la columna: Escoliosis, Lordosis, Cifosis.
Prevención de Lesiones y Hábitos Saludables
Para mantener un buen estado de los huesos, músculos y articulaciones es necesario tener en cuenta una serie de hábitos:
- Hacer ejercicio físico regularmente.
- Tener una dieta equilibrada.
- Llevar calzado adecuado.
- Adoptar posturas adecuadas.
- No cargar excesivo peso en la espalda.