Sistema Muscular y Locomotor: Funcionamiento, Integración y Cuidado Esencial

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El Sistema Muscular: Conformación, Tipos, Tono y Movimientos

La función principal de los músculos es generar fuerza, producir movimiento y mantener el equilibrio de nuestro esqueleto. Con cada movimiento, los músculos se contraen o se acortan, y luego se relajan y vuelven a su estado original, es decir, que se modifica su elasticidad. El músculo está formado por células alargadas que se llaman fibras. Cada fibra está constituida por dos tipos de proteínas contráctiles: miosina y actina.

Nuestros músculos se encuentran siempre en un estado de semicontracción, que es lo que se denomina tono muscular y que permite que el cuerpo no sea una estructura amorfa, sino que, por ejemplo, la cabeza permanezca erguida.

En los movimientos voluntarios participan los músculos que se encuentran asociados con los huesos y permiten, por ejemplo, la flexión de un brazo cuando queremos escribir con el teclado de la computadora. En los movimientos involuntarios intervienen los músculos que se encuentran asociados con los órganos internos del cuerpo. Su contracción se da en forma inconsciente, es decir, sin que nos demos cuenta. Por ejemplo, la actividad muscular del estómago, que permite que los alimentos se mezclen con los jugos digestivos.

Integración de los Sistemas Óseo y Muscular: Relación con la Palanca y la Física

El estudio del movimiento en el cuerpo lleva varios siglos, y uno de los aspectos considerados es la comparación del funcionamiento de nuestro sistema locomotor con una máquina denominada palanca. Una palanca está formada por una barra rígida que tiende a movilizarse sobre un punto de apoyo, a la que se aplica una fuerza o potencia para vencer una resistencia. Esta máquina genera la multiplicación de la fuerza.

Control de la Locomoción y Cuidado de los Sistemas

De manera similar, el impulso nervioso avanza a través de las neuronas en forma de corriente eléctrica, hasta llegar al músculo. Este responde al estímulo cambiando su elasticidad, es decir, que se contrae. Cuando el impulso nervioso se detiene, la contracción se interrumpe y el músculo se relaja.

Una de las formas de cuidar nuestro esqueleto es mantener una buena postura. Por ejemplo, cuando nos sentamos a la computadora, a veces no nos damos cuenta de cuál es la posición correcta y qué consecuencias puede traer no respetarla. La columna vertebral posee curvaturas normales, que ayudan a que se pueda absorber y distribuir el esfuerzo que le implica al cuerpo realizar las actividades cotidianas.

Una mala postura puede llevar a modificar estas curvaturas normales y generar otras que causan deformaciones o posibles desplazamientos de las vértebras, con la correspondiente lesión de los cartílagos que las recubren y los malestares que provocan los músculos y los nervios afectados. Además, la actividad física sostenida y equilibrada de acuerdo con la edad y la contextura física de cada persona colabora con el estado de bienestar general del organismo.

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