El Sistema Canovista y la España de Alfonso XII: Claves de la Restauración

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El Reinado de Alfonso XII: El Sistema Canovista y la Constitución de 1876

Contexto y Protagonistas de la Restauración

La política de la Restauración estuvo ligada a la figura de Antonio Cánovas del Castillo. Antiguo ministro de la Unión Liberal, su pensamiento político fue conservador y contrario al sufragio universal. Sin embargo, actuó como negociador realista y logró un consenso entre las fuerzas liberales sobre el que se cimentó el régimen de la Restauración. Tras ser el artífice de la vuelta al trono de los Borbones, Alfonso XII (1874-1885), se configuró como la gran figura del momento.

La Constitución de 1876: Marco Legal de la Restauración

El régimen de la Restauración se dotó de un nuevo marco legal fundamental: la Constitución de 1876, que configuraba una monarquía constitucional sobre el principio de soberanía compartida entre el Rey y las Cortes.

Atribuciones del Monarca

El Rey poseía atribuciones muy amplias: nombraba al Presidente del Gobierno y a los ministros; ejercía como Jefe Supremo del Ejército; su potestad legislativa le confería la iniciativa, la sanción y la promulgación de las leyes, así como el derecho de veto; e igualmente estaba facultado para disolver las Cortes. De esta manera, el soberano se constituía en la clave que cerraba el arco del sistema, aportando la estabilidad que deseaban los conservadores.

Las Cortes y el Sufragio

Las Cortes reproducían el tradicional modelo bicameral. El Congreso de los Diputados era elegido por votación popular, sin especificar el tipo de sufragio (posteriormente los conservadores aprobaron la Ley Electoral de 1878, que establecía un censo electoral limitado a los mayores contribuyentes, y en 1890 los liberales implantarían el sufragio universal masculino). Se incluía una amplia declaración de derechos fundamentales, que serían regulados en una legislación aparte y que durante los mandatos de Cánovas se vieron aplazados. La religión católica quedaba establecida como la oficial del Estado, aunque se toleraban otras confesiones.

El Sistema del Turno Pacífico y el Bipartidismo

Cánovas del Castillo diseñó un sistema basado en el turno de dos partidos: el Partido Conservador, dirigido por el propio Cánovas y heredero del moderantismo, y el Partido Liberal, liderado por Sagasta, al que se unirán progresistas y demócratas. Dicho sistema tuvo la gran virtud de garantizar la alternancia pacífica en el poder, poniendo fin durante un largo periodo a la inestabilidad política y al intervencionismo militar. Este bipartidismo mantuvo alejados del poder a los partidos de izquierda, vinculados al movimiento obrero, y a los nacionalistas. El turno en el poder no era la expresión de la voluntad de los electores, sino que los dirigentes de los partidos lo pactaban previamente. Una vez acordada la alternancia, y el consiguiente disfrute del presupuesto, el Rey designaba al nuevo Gobierno y disolvía las Cortes. Un calculado fraude electoral permitía posteriormente que las elecciones fuesen ganadas por el partido que se hallaba gobernando.

El Caciquismo y el Fraude Electoral

El caciquismo constituyó el instrumento esencial de las manipulaciones electorales. Los caciques eran personajes ricos e influyentes que controlaban sus distritos electorales y, de acuerdo con las autoridades nacionales y provinciales, se encargaban de preparar las listas de los candidatos gubernamentales, denominadas encasillados, que habrían de ganar las elecciones. Los métodos desplegados por los caciques fueron muy variados: violencia y amenazas; cambio de votos por favores; o simplemente trampas en las elecciones, los pucherazos. En una España esencialmente rural, el caciquismo propició el atraso del país y el resentimiento de los más desfavorecidos.

La Regencia de María Cristina y las Reformas Liberales

La muerte de Alfonso XII en 1885 abrió el período de la Regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902) hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII. Tras la muerte del Rey, Cánovas y Sagasta reafirmaron en el Pacto del Pardo (1885) el funcionamiento del sistema de turno.

El "Gobierno Largo" de Sagasta y las Libertades

Durante el "Gobierno largo" de Sagasta (1885-1890) se aprobaron diversas medidas de reforma política, tales como las libertades de cátedra, asociación y prensa (1887) o el sufragio universal masculino (1890), que permitió que los republicanos obtuvieran diputados en las ciudades, donde no funcionaba el caciquismo.

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