La Sinfonía Romántica: Corrientes, Innovadores y Obras Clave del Siglo XIX

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La Sinfonía en el Romanticismo: Dos Corrientes Fundamentales

En el Romanticismo del siglo XIX, la sinfonía discurre por dos corrientes paralelas que definieron el panorama musical de la época.

La Música Pura: Tradición y Estructura

Una de estas corrientes es la conservadora, cuya imaginación musical se desarrolla dentro de las estructuras formales, temas, armonías y orquestación heredadas del Clasicismo. Esta vertiente, denominada "música pura", se enfoca en la belleza intrínseca de la música sin referencias extramusicales. Entre sus exponentes más destacados se encuentran compositores de la tradición austro-germana como Schubert, Mendelssohn, Schumann y Brahms.

La Música Programática: Narrativa y Expresión

La otra corriente, más progresista, está impulsada por ideas extramusicales, adquiriendo un carácter narrativo y siendo denominada "música programática". En esta línea se encuentran figuras clave como Hector Berlioz y Franz Liszt.

La música programática era música instrumental asociada con un poema, la descripción de la naturaleza, una historia, o cualquier otra fuente de inspiración no musical. Anteriormente, se trataba de un fenómeno esporádico y no se consideraba un género en sí mismo. Sin embargo, en el Romanticismo, esta línea se instituyó como género independiente, dando origen a la sinfonía programática (ejemplificada por Berlioz) y al poema sinfónico (creado por Liszt).

Hector Berlioz y la Sinfonía Programática

Hector Berlioz (1803-1869) fue uno de los compositores más destacados y mayores innovadores del siglo XIX, rebasando los límites del sinfonismo clásico con su audacia y originalidad.

La Sinfonía Fantástica: Una Obra Autobiográfica

Su obra principal, la Sinfonía Fantástica, Op. 14 (estrenada en 1830), es la consagración de la música programática, basada en su vivencia personal. La actriz Harriet Smithson fue quien provocó en él una intensa sensación amorosa, y este amor fue lo que le inspiró la obra, mostrando claras referencias autobiográficas.

La novedad de esta sinfonía radica en la "idea fija", un tema musical recurrente que representa a la amada y que aparece continuamente a lo largo de la obra, anticipándose al concepto del leitmotiv de Wagner. La Sinfonía Fantástica está compuesta en cinco movimientos, cada uno con un título descriptivo que guía la narrativa musical.

La Innovadora Orquestación de Berlioz

La orquestación de Berlioz es notablemente imaginativa, ya que introdujo efectos y combinaciones en la orquesta que eran desconocidas hasta aquella época. Sus innovaciones no siempre fueron bien recibidas por los sectores conservadores de la audiencia, especialmente la ampliación de la sección de metales (trombones, trompetas, tubas) y la inclusión de percusión y el corno inglés, entre otros instrumentos, que aportaban una sonoridad y dramatismo sin precedentes.

Entre otras obras significativas de Berlioz, destaca Harold en Italia, Op. 16, inspirada en la lectura de Las peregrinaciones de Childe Harold de Lord Byron.

Franz Liszt y el Poema Sinfónico

El virtuoso del piano, Franz Liszt (1811-1886), fue el creador del poema sinfónico, una de las formas más representativas de la música programática.

Definición y Características del Poema Sinfónico

El poema sinfónico se trata de una obra de un solo movimiento, de forma muy libre, en la que se desarrolla musicalmente una idea o tema sin intervención de la palabra. El contenido y la forma están sugeridos por una obra de arte alternativa (literaria, pictórica) o un personaje mitológico. Este género va intrínsecamente unido a la música de programa y nació como contraposición a la música pura.

Liszt compuso 13 poemas sinfónicos, entre los que se incluyen Les Préludes y Orfeo. Además, escribió las sinfonías Dante y Fausto. Aunque estas últimas no se clasifican estrictamente como poemas sinfónicos por tener varios movimientos, ambas son programáticas, al igual que sus poemas sinfónicos.

El poema sinfónico de Liszt se convirtió en el modelo para muchos músicos que lo vieron como una nueva forma ideal para la expresión musical en el Romanticismo. Este género se extendió hasta el siglo XX, con Richard Strauss como su máximo exponente.

Johannes Brahms y la Sinfonía Clásica en el Romanticismo

Johannes Brahms (1833-1897) representa la reacción clásica del siglo XIX, resumida magistralmente en sus cuatro sinfonías. Era un compositor conservador de la época romántica por su profundo respeto y adhesión a las formas y estructuras tradicionales.

Las Sinfonías de Brahms: Un Legado de Música Pura

Brahms trató de armonizar su creatividad romántica con el legado del pasado, siendo incapaz de olvidar a maestros como Bach, Händel, Haydn, Mozart y, sobre todo, Beethoven. Aun así, era un compositor plenamente romántico con su lenguaje armónico y sonoridad orquestal distintivos.

Sus sinfonías se consideran clásicas por estar estructuradas en cuatro movimientos, siguiendo la tradición: adoptan la forma sonata en los dos movimientos extremos, la forma ternaria ABA para el segundo movimiento y el scherzo con trío en el tercero. Las sinfonías de Brahms son un claro ejemplo de música pura, donde la belleza musical reside en su propia arquitectura y desarrollo temático.

En cuanto a la orquestación de sus sinfonías, Brahms utiliza medios imprescindibles, ignorando instrumentos exóticos y basándose en la orquesta utilizada por Beethoven, a quien tenía un inmenso respeto.

La creación de sus sinfonías fue un proceso meticuloso:

  • Primera Sinfonía (estrenada en 1876): Tardó 15 años en finalizarla, debido a su miedo a la crítica y a la sombra de Beethoven.
  • Segunda Sinfonía (1877): Compuesta con más confianza.
  • Tercera Sinfonía (1884) y Cuarta Sinfonía (1885): Estas dos últimas son más tensas y muestran su máxima comprensión de la forma sonata y el cruzamiento de elementos temáticos durante los cuatro movimientos.

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