Siglo XVIII en España: Prosa, Ensayo y Teatro

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1. La Literatura Española del Siglo XVIII

1.1. El Siglo XVIII: Marco Histórico y Cultural

El cambio de dinastía de los Austrias a los Borbones tras la Guerra de Sucesión supone una apertura a las nuevas ideas que se extienden por Europa, las llamadas Luces: las luces de la razón y la experiencia que barren los prejuicios que nacen de la superstición o la ignorancia.

Este siglo, calificado de neoclásico, es en realidad una mezcla de varias tendencias: rococó, ilustrada, neoclásica y prerromántica.

La Ilustración

La Ilustración es el movimiento intelectual que convirtió al siglo XVIII en el siglo de las Luces, el siglo de la razón. Los ilustrados son reformistas, no revolucionarios, y centran su reforma en dos temas: la economía y la educación, basadas en la razón, la ciencia, el progreso y la educación. Como instrumentos reformadores encontramos:

  1. El auge de las aulas de enseñanza.
  2. Los periódicos.
  3. Aparición de academias, sociedades de amigos del país u diferentes instituciones científicas y culturales.

Aunque es común señalar el siglo XVIII como un siglo no creativo, no debemos olvidar la complejidad de aquella época. Diferenciamos dos etapas: un primer momento de imitación y continuación de los modelos narrativos barrocos con pequeñas renovaciones que podemos apreciar especialmente en el padre Isla con Fray Gerundio de Campazas o en el salmantino Diego de Torres Villarroel.

Diego de Torres Villarroel (1694-1770)

Escritor atractivo de la primera mitad del siglo XVIII español. Original, complejo, gran dominador del lenguaje y autor de una producción amplísima. Heredero y admirador de Quevedo, enriqueció la modalidad quevedesca del sueño haciéndolo desembocar en verdadera novela en El viaje fantástico de 1727 y tratando en ellos de asuntos tan variados como la astrología, la medicina, el derecho o la moral. Introdujo narraciones ficticias en las que son personajes novelescos los encargados de dar el pronóstico del año con gran riqueza verbal; intercala descripciones, monólogos y diálogos en los que incorpora el lenguaje popular coloquial y el refranero. Finalmente, inaugura la autobiografía española moderna con la que es su obra más famosa y conocida, su Vida. Su estilo se emparenta con el de Quevedo: juegos de palabras, equívocos, conceptos, metáforas, hipérboles.

José Francisco de Isla (1703-1781)

Fue un escritor satírico. Donde mejor se puede apreciar este espíritu es en su obra más ambiciosa, aquella que le dio mayor éxito y fama: Historia del famoso predicador Fray Gerundio de Campazas, alias Zotes. Su intención es satirizar, criticar y burlarse de la retórica barroca, alambicada e incomprensible, de muchos de los predicadores de su tiempo. Pero junto a esto, hay en esta narración un propósito de reforma de la educación y los métodos de enseñanza.

1.2. Características de la Prosa Ensayística (José Cadalso y Gaspar Melchor de Jovellanos)

La prosa del siglo XVIII se usa fundamentalmente como medio de difusión de las nuevas ideas ilustradas y también como medio de comunicación, educación y propaganda.

Se desarrollaron géneros literarios no tradicionales de carácter narrativo: autobiografías, diarios, libros de viajes, cartas y hasta utopías. El género que más se ajusta a los intereses ilustrados era el ensayo, género que facilita la difusión de los nuevos ideales de reforma, y en ocasiones vinculado al desarrollo del periodismo.

José Cadalso

Escritor y militar, recoge en su obra los temas propios del pensamiento ilustrado. Destacan Los eruditos a la violeta, Noches lúgubres y, en forma epistolar, sus Cartas marruecas con las que hace un recorrido reflexivo por las costumbres españolas del momento. Es un conjunto de noventa cartas que narran la historia de Gazel, un joven marroquí que, habiendo viajado por toda Europa, llega a España en la comitiva de un embajador de Marruecos, y que aprovecha la oportunidad para conocer las costumbres y la cultura del país, y compararlo con otros países europeos. Se persigue con ello un efecto perspectivístico que proporcione al lector unos puntos de vista novedosos.

Gaspar Melchor de Jovellanos

Fue un hombre reflexivo, perfecto conocedor de los males que aquejaban a España y preocupado por solucionarlos. Su obra en prosa se enmarca dentro de los moldes ensayísticos y didácticos. En ellas aborda los problemas del país y propone reformas.

  1. Informe sobre la ley agraria. Es un estudio sobre las causas políticas, ideológicas y materiales que motivan el hundimiento de la agricultura nacional, acompañada de una serie de reformas para modernizarla.
  2. Memoria sobre espectáculos y diversiones públicas. Propone reformas para las diversiones populares y el teatro.
  3. Elogio a Carlos III. Es un discurso en el que defiende la política reformista que había propiciado el rey.
  4. Memoria sobre educación pública. En esta obra expone sus ideas pedagógicas para conseguir la prosperidad de la nación.

1.3. Características del Teatro. Ramón de la Cruz y Leandro Fernández de Moratín

A lo largo del siglo, la gran afición al teatro provoca enfrentamientos entre los seguidores del conservador teatro barroco y los defensores de un nuevo teatro neoclásico.

Teatro Neoclásico

En la segunda mitad del siglo, los ilustrados se opusieron al teatro postbarroco por razones estéticas o políticas: querían acabar con un teatro inverosímil que difundía ideas arcaicas. Para ello, se retoman las tres unidades clásicas (acción, lugar y tiempo) y se respeta igualmente el principio de verosimilitud por encima de todo para presentar tipos y conflictos universales de los que se pueda aprender.

Leandro Fernández de Moratín

La gran figura del teatro español del siglo de las Luces es Leandro Fernández de Moratín, que ridiculiza los vicios y costumbres de su época. De las cinco comedias que escribió destacan El viejo y la niña y El sí de las niñas en las que defiende el derecho de la mujer para elegir libremente al marido. En esta última, ataca la educación hipócrita de las jóvenes en los conventos de monjas y los matrimonios por dinero entre ancianos y jovencitas y realza el valor de la libertad. En La mojigata critica la hipocresía y la falsa piedad. El café es una burla hacia los dramaturgos que ignoran las reglas del teatro clásico.

Ramón de la Cruz

Finalmente, se cultivó un teatro popular de éxito con comedias de magia, de santos, sentimentales o lacrimosas. Dentro de las piezas menores, el sainete tuvo gran éxito. El escritor más representativo es Ramón de la Cruz, que escribió más de cuatrocientos sainetes costumbristas y que disfrutó de una enorme popularidad. Destacan La pradera de San Isidro, Las tertulias de Madrid, en las que se limita a retratar la vida callejera madrileña.

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