Siglo XIX: Darwin, Freud, Nietzsche y Marx - Ideas Transformadoras

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Bases: Durante el siglo XIX, se criticó la Ilustración y la filosofía occidental. Darwin afirmó que el hombre proviene del mono mediante la evolución, Nietzsche declaró la muerte de Dios, Freud sostuvo que no controlamos nuestros pensamientos, y Marx dijo que somos proletarios en manos de burgueses. Con la industrialización, muchas personas emigraron del campo a la ciudad para trabajar en fábricas bajo condiciones laborales pésimas, con jornadas largas y explotación infantil. Esto llevó a la creación de suburbios, mientras los burgueses vivían en barrios cómodos. En este contexto surgieron la prostitución, las drogas y la fiesta. A pesar del avance tecnológico, solo los burgueses se beneficiaban de ello.

La crisis social llevó a Nietzsche a criticar todo. Se consolidaron democracias liberales y surgieron los movimientos sufragistas que impulsaron la participación de las mujeres en la política. Marx influyó en el socialismo y el anarquismo, que denunciaban la explotación obrera y la lucha de clases.

Darwin, tras estudiar aves en las Islas Galápagos, concluyó que las especies evolucionan adaptándose al medio. En El origen del hombre, afirmó que provenimos de seres biológicos anteriores, no de Adán y Eva.

Freud revolucionó la psicología al sustituir tratamientos agresivos por la terapia. Planteó que el inconsciente manda a la conducta y lo divide en tres partes: el Yo (consciente), el Superyó (moral inculcada) y el Ello (impulsos biológicos y sexuales). Los traumas se generan en la infancia cuando el ello choca con el superyó. Durante los sueños, el inconsciente se manifiesta. El Complejo de Edipo explica que los niños sienten atracción por su madre y las niñas por su padre, generando su primer trauma.

Nietzsche era un filósofo que decía que no había nada después de la muerte, que nos creíamos que había algo por nuestra incapacidad de aceptar la muerte. Tenemos que aprovecharla equilibrando lo apolíneo (parte racional) y lo dionisíaco (placeres y pasiones). Crea el concepto del nihilismo; que no hay sentido, pero podemos ser resentidos y no aprovechar la vida (nihilismo pasivo) o aprovecharla (nihilismo activo), creando nuestra propia moral ya que Dios ha muerto y el cristianismo no debe de condicionarnos. Quien haga todo esto y aproveche su vida como si la fuera a vivir infinitas veces, será un superhombre.

Marx y el Materialismo Histórico

Marx desarrolló su filosofía en oposición a Hegel y Feuerbach. Hegel, representante del idealismo alemán, consideraba que la realidad avanzaba mediante la dialéctica (tesis, antítesis, síntesis) y que esta era la manifestación del espíritu absoluto, es decir, de Dios. Feuerbach rechazaba esta visión y sostenía que Dios no existía, sino que era una creación del ser humano para responder a sus dudas y necesidades.

Marx criticó tanto a Hegel como a Feuerbach desde una perspectiva materialista. Para él, lo fundamental no son las ideas, sino las condiciones materiales de la sociedad. La religión es el "opio del pueblo" porque proporciona una falsa esperanza de recompensa en el más allá, lo que impide que los trabajadores se rebelen contra su explotación. La Iglesia, el Estado y la burguesía utilizan la religión para mantener el status quo y evitar cambios en el sistema.

El Concepto de Alienación en Marx

Marx desarrolló el concepto de alienación, que implica la pérdida de humanidad del trabajador bajo el capitalismo. Hay tres tipos principales de alienación:

  1. Alienación en el trabajo: El proletario se convierte en una máquina debido a la repetición monótona de tareas, perdiendo su esencia humana.
  2. Alienación religiosa: Al no poder realizar sus sueños en vida, los obreros colocan sus esperanzas en el cielo, lo que los deshumaniza.
  3. Alienación política: El sistema político refuerza la explotación del proletariado y mantiene su opresión.

A través del materialismo histórico, Marx explica la lucha de clases entre burgueses (dueños de los medios de producción) y proletarios (obligados a trabajar para ellos). Propone una revolución y la dictadura del proletariado para abolir la propiedad privada, eliminar la explotación y acabar con la religión.

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