El Sexenio Democrático en España: Monarquía de Amadeo, Primera República y Guerras Carlistas
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Monarquía de Amadeo de Saboya (1871-1873)
El nombramiento de Amadeo I de Saboya fue una maniobra para evitar la República, aunque no obtuvo el apoyo necesario para estabilizar el país. Entre los problemas políticos destacan:
- El asesinato de su mayor apoyo, Prim.
- La división del partido progresista.
- La incapacidad del rey de establecer el turno entre partidos.
- La crisis económica.
- La oposición de numerosos sectores.
- Los debates sobre la abolición de la esclavitud en las colonias.
A todo esto se le suma la rebelión en la isla de Cuba y la tercera guerra carlista iniciada en 1872 con una sublevación a favor de Carlos VII, que fue reprimida con la restauración de Alfonso XII, poniendo fin a la guerra en 1876. Debido a todos estos acontecimientos, Amadeo renuncia al trono y abandona España el 10 de febrero de 1873. Este abandono provoca una votación en la que, el 11 de febrero de 1873, se proclama la Primera República.
La Primera República (1873-1874)
El desorden público experimentado en la monarquía de Amadeo se acentuó, dando a los republicanos la oportunidad de llevar las reformas más lejos. La Primera República se divide en una República federal y una República presidencial.
Tras aceptar el Acta de Abolición de Amadeo, las Cortes nombraron presidente a Estanislao Figueras, quien dimitió sin convocar elecciones generales. Posteriormente, le sustituyó Francisco Pi y Margall, quien convocó elecciones a Cortes constituyentes en las que ganan los republicanos, iniciando así la República federal.
Desde un principio, esta República contaba con diversos problemas:
- Revueltas populares con el nacimiento del movimiento obrero.
- Guerras carlistas.
- Conflicto en Cuba.
Sin embargo, el problema más grave fue la sublevación cantonal, un movimiento que mezclaba las aspiraciones autonomistas con la revolución social y que provocó la dimisión de Pi y Margall.
Tras la dimisión, Salmerón tomó la presidencia e inició una acción militar y un rápido control sobre el cantonalismo y el movimiento obrero. Sin embargo, dimitió al no querer firmar penas de muerte para los líderes cantonales, y se le otorgó la presidencia a Castelar, iniciando la República presidencial. Castelar comenzó actuando con autoridad, de manera que suspendió las sesiones parlamentarias para reforzar el poder del Estado. Esto provoca que los diputados se reúnan para forzar la dimisión del gobierno, y el general Pavía, con la ayuda de la guardia civil, exigió la disolución de las Cortes.
Finalmente, una alianza entre progresistas y unionistas se hizo con el poder y, en 1874, nombraron presidente de la República al general Serrano, quien se empeñó en recuperar el orden social.
En esta etapa destaca un movimiento de restauración monárquica en el que las clases medias y altas confían únicamente en la monarquía para alcanzar el orden social y la propiedad privada. Este proyecto de restauración de la monarquía borbónica comienza con Cánovas del Castillo y finaliza con el pronunciamiento militar de Martínez Campos en Sagunto, proclamando rey de España a Alfonso XII.
Entre las causas del fracaso de la república destacan la minoría de republicanos, la división entre estos y la fuerte conflictividad social.
Conclusión
El intento de establecer una democracia en 1868 finalizó en 1874 con un fracaso. En esta época, España perdió su gran oportunidad democrática en el siglo XIX. Sin embargo, la restauración borbónica, la construcción del estado liberal y la democratización del país estaban consolidadas.
Causas y Consecuencias de la Primera Guerra Carlista
Carlos María Isidro, hermano de Fernando VII.
La causa principal del conflicto fue la cuestión sucesoria. Ante la falta de hijos de Fernando VII, la sucesión recaería en su hermano Carlos María Isidro. Sin embargo, en 1830, nace su hija Isabel, pero su acceso al trono no sería posible por la Ley Sálica que impedía la descendencia femenina, establecida en 1713. Ante ello, el rey aprobó en 1830 la Pragmática Sanción, anulando la Ley Sálica.
Al fallecer el rey en 1833, estalló el conflicto, que fue en el fondo un enfrentamiento ideológico entre absolutistas (carlistas), que apoyaron a Carlos, y liberales que defendían el establecimiento del nuevo estado liberal, apostando por Isabel II. La guerra finaliza en 1840 con la firma del Paz de Vergara entre liberales y absolutistas, reconociendo a Isabel II como reina. Este conflicto civil marca la evolución de la mayoría del siglo XIX español, pues supuso la inclinación definitiva hacia el liberalismo por parte de la monarquía y militares.
Características de la Constitución de 1845
La Década Moderada (1844-1854)
La Constitución de 1845 fue una reforma de la Constitución de 1837 en un sentido exclusivamente moderado. En ella se reconocía una soberanía compartida entre la Corona y las Cortes, que eran bicamerales (Congreso de los Diputados electivo por sufragio censitario y Senado elegido por designación real), aunque estas últimas disminuyeron su poder. La Corona también adquirió amplias prerrogativas (nombramiento de ministros, disolución de las Cortes, sanción de leyes y designación del Senado), se limitaron los derechos individuales, y se estableció la confesionalidad católica del Estado.