El Sexenio Democrático en España: Desafíos Políticos, Económicos y Sociales (1868-1873)

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A) El Problema Colonial y el Carlismo

Mientras se iniciaba la búsqueda de un rey por las cancillerías europeas, resurgió el problema colonial. La inestabilidad política peninsular, trasladada a las Antillas, y la acción de sociedades secretas independentistas desembocaron en la insurrección cubana. El líder independentista cubano Manuel Céspedes lanzó el Grito de Yara. El afán de Prim fue intentar conciliar las distintas posiciones de los partidos hasta que hubiera un rey. La búsqueda de un nuevo rey en el extranjero hizo resurgir el carlismo, iniciándose la Tercera Guerra Carlista.

B) Los Intentos de Renovación Económica

El objetivo era proteger los intereses económicos de la burguesía nacional y de los inversores extranjeros. El ministro de Hacienda, Laureano Figuerola, suprimió la contribución de consumos y, para compensar la pérdida de ingresos, introdujo la contribución personal. Otro decreto estableció la peseta como unidad monetaria en un intento de unificar y racionalizar el sistema monetario español. La deuda pública superaba los 22.000 millones de reales. Para afrontar este problema crónico se creó el Banco Hipotecario en 1872 y se otorgó al Banco de España el monopolio de la emisión de billetes. Todo ello se pretendió solucionar mediante la Ley de Sociedades Anónimas y la Ley de Minas, que ofrecía unas generosas facilidades a la entrada de capitales exteriores. La última gran acción sobre la economía fue la liberalización de los intercambios exteriores mediante la Ley de Bases Arancelarias, que ponía fin a la secular tradición proteccionista de la economía española.

C) La Insurrección Popular y Republicana

Pero la revolución de septiembre de 1868 también frustró algunas de las aspiraciones de los grupos que habían participado en ella. Disgustó a los republicanos. El mantenimiento del culto y del clero no agradaba a los sectores más radicales, y la persistencia de las desigualdades sociales no gustaba a campesinos, jornaleros y obreros industriales. Durante el periodo de la regencia hubo una fuerte conflictividad social. El campesino andaluz y extremeño demandaba un mejor reparto de la tierra, mientras las revueltas urbanas protestaban contra los consumos. El incipiente movimiento obrero sufrió un proceso de radicalización en demanda de la mejora de las condiciones salariales y de trabajo. Estas ideas llegaron a España vinculadas a la Primera Internacional.

3. La Monarquía Democrática de Amadeo de Saboya (1871-1873)

Tras aprobarse la constitución de 1869, se inició la búsqueda de un candidato como jefe de gobierno. Prim fue el encargado de sondear a los embajadores extranjeros y de llevar a cabo las negociaciones necesarias para establecer un consenso internacional.

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