El Segundo Sexo: La Libertad de la Mujer en la Filosofía de Simone de Beauvoir

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La Conciliación del Trabajo y la Reproducción

La conciliación del trabajo productivo con el reproductivo es fundamental para la autonomía de las mujeres. Esto solo es posible si el trabajo productivo cumple ciertas condiciones y el reproductivo no recae exclusivamente en ellas. Simone de Beauvoir expone tres vías para la plenitud de la mujer: la legal, la económica y la social. Esta última abarca aspectos como la educación, crucial para el cambio de mentalidad en los hombres y los valores culturales. El trabajo garantiza a la mujer una libertad concreta. Cuando la mujer deja de ser un "parásito", el sistema que se basa en su dependencia se desmorona. La mujer recupera su trascendencia y se afirma como sujeto.

Evolución de la Mentalidad Social

El problema de las mujeres es un problema de hombres; es necesario un cambio de mentalidad en ellos. Este cambio implica eliminar los privilegios que sitúan al hombre por encima de la mujer. Desde la infancia, los proyectos del hombre no chocan con un destino predeterminado, y no tiene que renunciar a nada para realizarse. En cambio, a la mujer se le pide que se convierta en objeto para realizar su feminidad. La tradición condiciona la vida de las mujeres hasta en lo más cotidiano.

La Mujer y la Inacción

Las mujeres deben abandonar su inacción. Viven una situación de opresión, tanto como clase productora como integrante de la clase dirigente. En la producción, las trabajadoras han estado más esclavizadas que los varones. Como clase dirigente, la mujer nunca ha sido un integrante de pleno derecho; su sometimiento la ha paralizado.

La Sexualidad Femenina

La consideración de la sexualidad femenina coloca a la mujer en inferioridad respecto al hombre. La sanción social dictamina implacablemente quién es "un hombre" y quién "una indecente".

La Educación Tradicional

Para que la liberación sea posible, la mujer debe ser educada igual que el hombre. El peso de la educación tradicional es un lastre. La educación recibida ha perpetuado el culto al hombre. Los éxitos profesionales necesitan la aprobación del marido para ser verdaderos éxitos.

La Maternidad Libre

La maternidad en sí misma no es una carga, pero surgen problemas cuando la mujer no decide cuándo procrear. "La madre soltera escandaliza, y para el hijo, un nacimiento ilegítimo es una tara".

Olvido del Narcisismo y Cultura del Esfuerzo

Los hombres considerados grandes son aquellos que han cargado con el mundo sobre sus hombros. Si las mujeres quieren igualdad, deben sentirse habitantes de pleno derecho en este mundo. Para ello, la mujer debe olvidar su narcisismo (el papel que le asigna el mito del eterno femenino) y valorar el esfuerzo (debido a su narcisismo, ignora las ventajas de un aprendizaje riguroso).

El Segundo Sexo: Una Perspectiva Existencialista

Simone de Beauvoir, a través del existencialismo, afirma que cada persona es diferente. No hay una esencia única de ser humano; cada persona se define por sus acciones y decisiones. Al poder elegir, las personas son libres. Esta libertad conlleva responsabilidad, pues somos responsables de las consecuencias de nuestros actos. Esto también conlleva angustia, porque somos los únicos responsables morales de nuestras decisiones. Además, todo acto tiene consecuencias para otros, ya que vivimos en sociedad (intersubjetividad).

Los seres humanos viven en una sociedad que puede ayudarles a conseguir la libertad o entorpecerla. La mujer se encuentra en esta última situación. Según De Beauvoir, el problema surge cuando uno no se afirma como sujeto, no es libre ni toma sus propias decisiones, cosificándose, como la mujer que deja que el hombre decida por ella.

El Bien y el Mal

Cuando uno se afirma como sujeto y asume su libertad, pero el otro no, se da el "mal" (situación entre hombre y mujer). El "bien" se da cuando ambos se afirman como sujetos, asumen su libertad y se reconocen mutuamente. También existe el "mal absoluto": el hombre se afirma como sujeto y no reconoce a la mujer, y ella no se afirma como sujeto, pero sí reconoce al hombre.

La Opresión y la Inmanencia

La opresión del hombre impide la libertad de la mujer, haciéndola caer en la inmanencia, perder su autonomía y cosificarse ("en sí"), mientras el hombre alcanza la trascendencia ("para sí"). Aunque la mujer se da cuenta de su sometimiento, no se rebela por dos ventajas: la económica (el hombre la mantiene) y la moral (al no decidir, no es responsable ni tiene angustia).

El Sujeto Situado

El ser humano es un sujeto "situado", pues decide como sujeto, pero está condicionado por un contexto cultural. La situación de la mujer es ambigua, pues ni el hombre ni la mujer son realmente libres. El hombre necesita ser superior para que la mujer no se rebele, y la mujer no puede afirmarse porque el hombre no la deja.

La Libertad y la Situación

La situación es el marco para ejercer la libertad; un marco que la facilita o la imposibilita. La situación es el "afuera", lo que queda fuera de la libertad, y está constituida por el mundo: las cosas y los otros. Está compuesta de condicionamientos biológicos y sociales: el cuerpo, el contexto histórico, económico, cultural, etc. Las situaciones se jerarquizan según posibiliten la libertad. Ejemplos de situaciones que coartan la libertad: la ignorancia, el error, la situación del niño y la mujer en el harén. Ejemplos de situaciones que posibilitan la libertad: la mujer en Occidente hoy, porque elige o es consciente de su situación.

La Construcción Social del Sujeto

Para Beauvoir, el sujeto es social y culturalmente construido ("no se nace mujer..."). Ser mujer es vivir una situación sociocultural impuesta por los varones para su beneficio. Las mujeres quedan bloqueadas en la inmanencia por la situación que los hombres les infligen.

Simone de Beauvoir: Una Filósofa del Siglo XX

Simone de Beauvoir fue una filósofa del siglo XX que luchó por los derechos civiles, sexuales y reproductivos de la mujer. Trató de sellar las fisuras del psicoanálisis de Freud y del modernismo histórico de Marx. Publicó El Segundo Sexo, una obra con gran carácter feminista, para combatir la idea de la mujer como un ser inferior.

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