La Segunda República Española: Reformas y Desafíos del Bienio Reformista (1931-1933)

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La Constitución de 1931 y el Inicio del Bienio Reformista

La Constitución de 1931, piedra angular de la Segunda República Española, estableció un marco legal innovador para la época. Entre sus principios y derechos fundamentales, se destacaban:

  • La libre asociación, reunión y sindicalización.
  • Derechos sociales relativos a la familia, la educación y el trabajo.
  • La igualdad ante la justicia.
  • La laicidad del Estado, con la no subvención a la Iglesia.
  • El sufragio universal para mayores de 23 años.
  • El derecho a la expropiación.
  • La enseñanza primaria gratuita.

Una vez aprobada la Constitución, Niceto Alcalá Zamora fue elegido Presidente de la República y Manuel Azaña asumió la Jefatura del Gobierno. Figuras como Largo Caballero y Marcelino Domingo se incorporaron como ministros. Este periodo, conocido como el Bienio Reformista (1931-1933), se caracterizó por la implementación de leyes y medidas innovadoras destinadas a abordar los principales problemas estructurales que afrontaba España.

Reformas Clave del Bienio Reformista

La Reforma Militar

Ante el problema militar, marcado por un excesivo número de oficiales, se intentó reducir su plantilla mediante un retiro voluntario con sueldo íntegro, respetando el escalafón. Asimismo, frente a la arcaica distribución militar y la falta de equipamiento, se planteó una reorganización general de las unidades.

Orden Público y Administración

Se suprimió el intervencionismo político con la derogación de la Ley de Jurisdicciones de 1906. Además, se creó un nuevo cuerpo de seguridad, la Guardia de Asalto, destinada a actuar en las ciudades, mientras que la Guardia Civil mantendría su ámbito de actuación en el campo. Para asegurar la lealtad a la República, se exigió un juramento de fidelidad, especialmente ante el recelo que generaban las autonomías.

El Problema Autonómico

El problema autonómico, que se manifestaba principalmente en Cataluña, el País Vasco y Galicia, fue abordado por la República permitiendo que las regiones que desearan organizarse como autónomas elaboraran un proyecto de Estatuto de Autonomía. Estos proyectos debían ser propuestos por la mayoría de los ayuntamientos, aprobados en referéndum por dos tercios de los electores y, finalmente, ratificados por las Cortes.

El Estatuto de Autonomía de Cataluña

El primer estatuto en ser aprobado fue el de Cataluña, con un 99% de votos a favor en el referéndum. Aunque su tramitación en las Cortes fue más lenta, la tentativa golpista de Sanjurjo en 1932 aceleró su aprobación ese mismo año. El estatuto establecía que el gobierno catalán, la Generalitat, estaría compuesto por un Parlamento, un Presidente de la Generalitat (siendo Francesc Macià el primero) y un Consejo Ejecutivo. Además, la Generalitat dispondría de un considerable control sobre la Hacienda y Educación.

El Problema Religioso

La cuestión religiosa representaba uno de los mayores desafíos, con dos posturas fuertemente enfrentadas: el conservadurismo de la Iglesia y una potente corriente anticlerical. Dado que el Gobierno defendía un Estado laico, se adoptaron medidas significativas:

  • La ruptura del Concordato.
  • La separación entre Iglesia y Estado.
  • La libertad de cultos.
  • La secularización de cementerios, del matrimonio y del divorcio.
  • La disolución de la Compañía de Jesús.
  • Se estableció la necesidad de autorización para manifestar el culto público mediante la Ley de Congregaciones.

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