La Segunda República Española: Reformas, Conflictos y Crisis (1931-1933)
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Niceto Alcalá Zamora, presidente de la República, encargó a Manuel Azaña, como presidente del gobierno, que formara su gabinete. Se materializaron diferencias ideológicas y personales entre radicales y socialistas, y Azaña optó por colaborar con republicanos de izquierdas y socialistas. La instauración de la República coincidió con la crisis mundial de 1929-1933. El comercio exterior descendió y la exportación agrícola y minera se vio afectada. El desempleo se situó en el 10%. La evolución negativa de la economía dificultó la realización de reformas.
El Bienio Reformista (1931-1933)
Durante el bienio 1931-1933 se intentó poner en marcha una política de reformas iniciada con el gobierno provisional.
Reformas Laborales
Las reformas laborales llevadas a cabo por Largo Caballero continuaron con diferentes leyes:
- Ley de Contratos de Trabajo
- Ley de Jurados Mixtos
- Ley de Asociaciones Obreras
La CNT no quiso colaborar en las reformas y convocó violentas huelgas revolucionarias, creando inquietud en las clases medias, que no veían al gobierno capaz de controlar la situación. Las organizaciones patronales se opusieron.
Reforma Agraria (1932-1933)
La Ley de Bases de la Reforma Agraria, llevada a cabo por el Instituto de Reforma Agraria (IRA), intentó atajar el problema de la redistribución de la tierra que, desde el siglo XVIII, había creado una situación de anarquía y violencia entre los jornaleros. No se abordó por temor a la oposición de los terratenientes a acabar con la República. El Instituto de Reforma Agraria expropió fincas, pero a cambio de una indemnización. El problema radicó en que el Estado no disponía de recursos suficientes para la compensación, y solo 10.000 campesinos obtuvieron parcelas. La reforma no solucionó los graves problemas del campo y empeoró el clima social, ya que tanto jornaleros como propietarios perdieron la fe en la República.
Reforma Militar de Azaña
La reforma militar de Azaña buscaba reducir el número excesivo de oficiales. Para ello, se ofreció a muchos oficiales pasar a la reserva activa con toda la paga. Esta medida no causó malestar general, pero algunos militares consideraron que favoreció a los oficiales que defendían la República, y algunos iniciaron una conspiración para derribarla. En agosto de 1932, el general Sanjurjo se pronunció en Sevilla, pero fue detenido y encarcelado.
Creación de la Guardia de Asalto
Se creó la Guardia de Asalto, un cuerpo encargado del orden público, para sustituir al ejército en esta función.
El Problema Religioso
La acción descontrolada de radicales que quemaron conventos e iglesias sin que se controlara la situación, supuso que la Iglesia y los católicos dejaran de apoyar a la República.
El Problema Regionalista
El problema regionalista dividió a la sociedad española entre quienes defendían la unidad de España y los regionalistas catalanes y vascos. En 1932, Cataluña obtuvo el Estatuto de Autonomía, y en 1936, el País Vasco, bajo el gobierno del PNV.
La Política Educativa
En este ámbito se centraron los mayores esfuerzos en la enseñanza primaria, cuyo principal problema era la inexistencia de infraestructura. La República fue donde culminó la evolución cultural de generaciones anteriores, con pensadores como Ortega y Gasset, Azaña o Eugenio d`Ors, científicos como Marañón o escritores como Juan Ramón Jiménez, Pérez de Ayala, además de miembros de la Generación del 27. El “Grupo de los 8” en la música, el cine de Buñuel, pintores como Miró, Dalí y Pablo Picasso. El nuevo régimen contó desde sus comienzos con el apoyo de intelectuales como Ortega y Gasset, que creó en marzo de 1931 la Agrupación al Servicio de la República. Manuel Azaña era un importante escritor. Por otro lado, se impulsó la cultura con programas como las Misiones Pedagógicas, que intentaron llevar la cultura al mundo rural. La República permitió que la mujer asumiera un papel relevante en la política y en ámbitos culturales, destacando Rosa Chacel, Carmen Conde o María Zambrano.
El Fin del Bienio y la Crisis Republicana
Sectores de la derecha monárquica trataron de derribar a la República mediante el golpe de estado de Sanjurjo y, como opción más moderada, la creación de la CEDA que, bajo el liderazgo de Gil Robles, pretendía aglutinar a las derechas con el apoyo de la jerarquía católica y conquistar el poder en las elecciones. En septiembre de 1933 finaliza este primer bienio, por las maniobras políticas del Partido Radical de Lerroux para echar a los socialistas del gobierno, la pérdida de prestigio y apoyo popular del gobierno, y sobre todo, por los acontecimientos de Casas Viejas en enero de 1933.
Los Sucesos de Casas Viejas
En Casas Viejas, Cádiz, los campesinos se sublevaron y atacaron a la Guardia Civil, lo que justificó el envío de la Guardia de Asalto. Cuando todo había acabado, un viejo anarquista se atrincheró en su casa con hijos, nietos y algunos vecinos, y se desencadenó una brutal represión: se incendió la casa y se ametralló a sus ocupantes, asesinando después en el pueblo a doce hombres. Estos hechos hacen que se rompa la coalición republicana, el PSOE rompió con Azaña y los anarquistas se alejaron del juego político recomendando la abstención a sus afiliados. Finalmente, Azaña presentó la dimisión y Alcalá Zamora convocó nuevas elecciones para noviembre de 1933.