La Segunda República Española: Crisis, Conflictos y el Estallido de la Guerra Civil
La Segunda República Española: Un Periodo de Profundas Transformaciones y Conflictos
El Bienio Reformista y la Oposición Conservadora (1931-1933)
La Iglesia Católica se opuso a todas las reformas, rechazando la propiedad pública de bienes eclesiásticos, la Ley de Congregaciones Religiosas, la retirada de subvenciones y la prohibición de la enseñanza. Todo esto llevó a la expulsión del Cardenal Segura.
La transformación de la estructura de la propiedad agraria afectaba a una sociedad mayoritariamente campesina y jornalera. En 1932, se aprobó la Ley de Reforma Agraria, la cual planteaba la expropiación de las fincas mal explotadas, las tierras siempre arrendadas y las de los grandes propietarios. Sin embargo, la oposición de la UGT y la CNT contribuyó a su fracaso.
El Bienio Conservador y la Contrarreforma (1933-1936)
La brutal represión de un levantamiento anarquista llevó a la dimisión de Manuel Azaña, por lo que el presidente de la República decidió disolver el Congreso y convocar elecciones que se saldaron con la victoria del Partido Radical, gracias a la abstención de la CNT. Se formó entonces un Gobierno presidido por Alejandro Lerroux, con el apoyo externo de la CEDA.
Este gobierno paralizó la Reforma Agraria y procedió a la devolución de tierras a la aristocracia. Apoyó el regreso de los jesuitas, derogó la Ley de Términos Municipales, amnistió a los militares sublevados y promovió a Francisco Franco a la Jefatura del Ejército. Esto culminó con la entrada de la CEDA en el gobierno en 1934, un hecho considerado por la izquierda como un acercamiento al fascismo.
La Revolución de 1934: Asturias y Cataluña
La huelga organizada por la UGT, con el apoyo de la CNT, fracasó en la mayor parte del país, salvo en Asturias y Cataluña. En Asturias, el proletariado minero protagonizó una revolución social, mientras que el gobierno catalán proclamó el Estado Catalán, seguido de una huelga general. Esto favoreció la rápida intervención del ejército, la detención del Gobierno catalán y la suspensión del Estatut.
El final de esta etapa llegó desde el propio gobierno de coalición. Lerroux dimitió y Alcalá Zamora convocó elecciones antes que ceder el gobierno a la CEDA de Gil Robles.
El Frente Popular y la Escalada de Tensión (1936)
Las elecciones de febrero de 1936 dieron la victoria al Frente Popular, que defendía la amnistía a los represaliados del Bienio Negro y la defensa de la República frente a la amenaza fascista. Manuel Azaña fue nombrado Jefe de un gobierno con el apoyo de socialistas y comunistas. El programa del Frente Popular consistía en la amnistía a los condenados por la Revolución de 1934, el restablecimiento de la Generalitat catalana, la recuperación de la reforma agraria y la recuperación de la legislación sociolaboral y religiosa. En este momento, el gobierno pasó a manos de Casares Quiroga.
El Camino al Levantamiento Militar y el Estallido de la Guerra Civil
En la primavera de 1936, se ocuparon fincas por el proletariado, se quemaron iglesias y la política en general se radicalizó, dentro de una estrategia de violencia alentada por el fascismo de Falange y contestada por las milicias obreras, lo cual favorecía los planes golpistas.
El general Mola, desde Navarra, y el general Sanjurjo, desde Lisboa, planeaban un levantamiento militar que acabase con la República. Para ello, contaban con el apoyo de gran parte del empresariado español, el clero católico, los partidos de derechas, Falange y las potencias fascistas europeas.
Los planes se adelantaron tras el asesinato de Calvo Sotelo, en respuesta al asesinato de José del Castillo por parte de los falangistas. Este hecho fue utilizado como excusa para un levantamiento ya preparado. El 17 de julio se produjo una sublevación del Ejército español destinado en Marruecos, al frente del cual se puso el general Franco, quien se trasladó desde Canarias para asumir el mando.
El gobierno perdió rápidamente el control de Marruecos y de gran parte del norte del país, mientras que las milicias obreras consiguieron frenar el golpe y hacerlo fracasar en Madrid, la mitad sur y toda la España mediterránea. El golpe había fracasado, dejando el país dividido en dos mitades irreconciliables que se enfrentarían en la Guerra Civil (1936-1939), el hecho histórico más dramático y de mayor repercusión en la reciente Historia de España.