Sartre: Libertad, Existencia y Responsabilidad en el Proyecto Humano
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La Libertad y la Conciencia en Sartre: El Ser-para-sí
Sartre afirma que el hombre es un ser-para-sí, el cual determina nuestra forma de ser y la de nuestra conciencia. Para Sartre, la conciencia es "pensar en"; es no ser nada en cuanto que se dirige a algo que no es ella y que la completa. De esto, el autor sostiene que el hombre es incompleto, pura apertura, un ser libre que se elige libremente a sí mismo y elige lo que quiere hacer.
Características de la Libertad Sartreana
Los rasgos de la libertad según Sartre son los siguientes:
- La libertad debe estar relacionada con el mundo para que el hombre pueda ser libre.
- La libertad es la forma de ser del hombre; el hombre es libertad.
- La actividad libre del ser-para-sí es un proceso de nihilización: la conciencia, al percatarse de una cosa, le da sentido negando que sea otra.
- Al escoger algo, aniquilamos el pasado; al elegir un camino futuro, también elegimos cómo queremos que influya nuestro pasado.
- Además, al ser libres, nos elegimos a nosotros mismos mediante nuestra forma de comportarnos y actuar, terminando por ser aquello que hemos elegido ser.
Existencia, Esencia y el Proyecto Humano
Que el hombre sea libertad significa que no posee una esencia prefijada. El hombre es "nada" y, por tanto, debe hacerse a sí mismo a lo largo de su vida desde el momento en que existe. De ahí la afirmación de Sartre: en el hombre, la existencia precede a la esencia.
El hombre es un proyecto, el conjunto de sus actos, ya que determina lo que va a ser (su esencia) durante su existencia. Al ser libre, el hombre desarrolla su propio proyecto, que debe realizarse con el tiempo.
Vida Auténtica vs. Vida Inauténtica
Al proyectarse, el hombre puede elegir dos tipos de vida:
- Vida auténtica: El individuo reconoce su contingencia (lo cual le produce angustia) y asume la responsabilidad de sus elecciones, sin buscar excusas.
- Vida inauténtica: El individuo renuncia a su libertad e intenta huir de la responsabilidad y la angustia existencial.
La Pasión Inútil: El Deseo de Ser Dios
Por lo tanto, el hombre será lo que ha proyectado ser. Sin embargo, este proyecto a menudo es inconsciente, realizándose a través de elecciones que no siempre forman parte de un plan deliberado. El hombre anhela ser completo (como un ser-en-sí, sustancia completa), pero simultáneamente desea ser libre (como un ser-para-sí, conciencia libre). Es decir, el proyecto fundamental del hombre es ser como Dios (la imposible unión de ambos modos de ser). Pero si Dios no existe, este objetivo se convierte en una pasión inútil, algo inalcanzable.
Ateísmo Existencialista y Responsabilidad Moral
Que el hombre sea un proyecto implica un ateísmo fundamental. Si el hombre carece de esencia predefinida y se construye a sí mismo, la humanidad es imprevisible. No existe una inteligencia superior que nos dirija hacia un fin; no existe Dios. Solo existen el mundo y nosotros en él.
Este ateísmo es fuente de angustia, al dejar la vida humana sin un sentido preestablecido, y convierte al existencialismo en un humanismo, donde el hombre es el único referente, el centro de todo. Además, si Dios no existe, tampoco existen valores morales absolutos impuestos por él. Lo valioso será determinado por el hombre a través de sus elecciones.
La Creación de Valores y la Angustia de la Elección
Este ateísmo sartreano genera una nueva moral, distinta a la tradicional:
- Si no hay Dios, no hay normas preestablecidas ("todo está permitido"). Por tanto, al elegir, el hombre no solo se elige a sí mismo, sino que también establece valores. Esto derrumba el objetivismo moral tradicional (la creencia en valores absolutos).
- Sartre sostiene que, aunque elegimos lo que consideramos mejor para nosotros, nuestros actos nos hacen responsables ante toda la humanidad. Al elegir un valor para nosotros, lo elegimos implícitamente para todos; creamos un modelo de conducta universal. Por ello, es crucial preguntarnos ante cada elección: ¿Es esto lo que querría que todo el mundo hiciera?