Los Santos Inocentes: Personajes y Simbolismo en la Novela de Delibes
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LOS PERSONAJES:
La acción de Los santos inocentes transcurre en un cortijo señorial en el que las tareas domésticas y las tareas típicas de la vida campesina están desarrolladas por gentes humildes que viven al servicio de los dueños de la finca. Los señores viven muy bien, los campesinos, por otra parte, son extremadamente pobres,
A medio camino entre los señores y los campesinos, podríamos organizar un simbólico y pequeño grupo, formado por dos personajes de reacciones biológicamente muy primitivas y los animales domesticados. No hay presentación previa de los personajes en el relato: irrumpen bruscamente en el escenario de los hechos como si desde siempre formaran parte de los mismos. Si tuviéramos que jerarquizar qué representan simbólicamente los personajes clave, diríamos que la marquesa (la dueña) sería la personificación de la injusticia); Iván, la de la opresión; Azarías, la de la inocencia, y Paco, la de la resignación.
Azarías el personaje que justifica,el hecho de que la novela tenga ese título tan hermoso y revelador de Los santos inocentes. Azarías es,un inocente, un pobre infeliz cuyos movimientos y afectos inspiran la ternura de lector. Viene a ser el protagonista de la novela. No tiene malicia y su comportamiento es tan natural, que es el símbolo de la uníón de lo instintivo con la naturaleza. Sus sentimientos son tan elementales como los de las aves que domestica.
Paco, el Bajo es un personaje quereclama del lector una posición de denuncia ante los atropellos del cacique abusón. Paco, el Bajo, es el personaje más humillado, de los más admirados por el señorito Iván. Todo lo acepta de buen grado y sin rechistar. Posee inteligencia natural, ingenio y unas dotes inusuales para rastrear, olfateándolas, las piezas abatidas o la presencia de personas y animales. Se trata de un personaje bondadoso y entrañable.
El señorito Iván es arbitrario y egoísta y representa el vértice de la escala jerárquica en el cortijo. Sus ideas son incontestables en el ambiente en que las emite: «el que más y el que menos todos tenemos que acatar una jerarquía, unos debajo y otros arriba, es ley de vida, ¿no?».
Iván y Azarías cumplen la función de satisfacer una necesidad expresada en la novela: que haya una oposición entre la arbitrariedad y la bondad. Pero lo fundamental para Delibes es reflejar que existe una oposición. Esta oposición se resuelve ejecutando una sentencia urdida en la mente de un infeliz que tiene muy claro qué es eso de la justicia natural y qué eso de la venganza.
Régula es la mujer de Paco el Bajo. Trabajadora infatigable, viene a ser la representación de la conciencia social de su familia frente a la irracionalidad despótica del señorito Iván.
Nieves representa el sentido común, la inteligencia práctica y útil basada en su capacidad de pensar con lógica.
El Quirce y el Rogelio son los dos hijos varones de Paco, y cada uno encarna una postura diferente frente a la vida. Rogelio es activo, integrado en la vida del cortijo y en el trabajo; se muestra solidario y con plena conciencia de clan. Quirce, es silencioso, con tendencia al aislamiento, pero no tiene la conciencia de vasallaje: frente a la sumisión de sus padres.
Charito, la Niña Chica, es un ser absolutamente pasivo, con parálisis cerebral, que vive en un cuerpo sin alma y solo da muestras de vida con esos chillidos lastimeros que rompen el corazón de quien los escucha. Junto a Azarías representa a los inocentes del título.
La Marquesa, por su condición social pertenece a los opresores, pero, pese a que piensa que los pobres, son de una casta inferior, muestra hacia ellos una cierta bondad y cierta generosidad de origen feudal con que los poderosos gobernaban sus haciendas.
Míriam aunque por sus estatus pertenece a la clase de los poderosos, muestra hacia los oprimidos una actitud de comprensión y tolerancia que tiene más que ver con la compasión que con la justicia social.
Don Pedro y doña Purita: ella es ante todo coqueta, hermosa, frívolá, provocativa, y muestra un absoluto desprecio por su marido. Se vale de su belleza para llevar la vida que pretende. Don Pedro, su marido, está a mitad de camino entre poderosos y sirvientes: en realidad es un sirviente, ya que está sometido a la voluntad de la Marquesa.