Santo Tomás de Aquino: Argumentos sobre la Existencia Divina y la Naturaleza del Mal
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La Quinta Vía de Santo Tomás: El Argumento Teleológico por el Orden del Cosmos
La quinta vía para demostrar la existencia de Dios según Santo Tomás de Aquino se fundamenta también en la filosofía de Aristóteles, concretamente en su teoría de la “causa final” como explicación del orden del cosmos. Parte del hecho de que los seres naturales surgen, se desarrollan, se multiplican y desaparecen de acuerdo con un orden, como si tuvieran la intención de surgir, desarrollarse, multiplicarse y desaparecer conforme a un propósito que les es inherente.
Pero aquellas cosas que carecen de conocimiento solo pueden tender a un fin si son dirigidas por alguien con inteligencia hacia ese fin. Por lo tanto, tiene que existir algún ser inteligente que ha ordenado todos los seres de la naturaleza, una “inteligencia ordenadora”, a la cual llamamos Dios.
El Problema del Mal frente a la Existencia de un Dios Bueno y Omnipotente en Santo Tomás
La Primera Objeción: Si Dios es Bueno, ¿Por Qué Existe el Mal?
Santo Tomás se plantea el problema de la existencia del mal en relación con la existencia de Dios en la primera de las objeciones por las que parecería que Dios no existe. Si Dios es un ser perfectísimo, al que le pertenecen todas las perfecciones posibles, debe ser necesariamente un ser omnisciente, omnipotente y sumamente bondadoso: el Bien absoluto. Ahora bien, la objeción que Santo Tomás considera parte del hecho de que, además del bien, existe también el mal en el mundo. Esto parecería implicar que Dios no existe, pues si existiera ese Bien absoluto, no habría lugar para el mal, ya que todo sería bueno. O, dicho de otro modo, si existiera ese Dios omnipotente y sumamente bondadoso, no permitiría que existiera el mal en el mundo; o bien, si no puede evitar que se produzca el mal, esto significaría que no es omnipotente.
Respuesta Tomista a la Primera Objeción: El Mal como Ausencia de Bien
La respuesta de Santo Tomás a esta primera objeción, basada en San Agustín, viene a decir que Dios, por el hecho de ser omnipotente y sumamente bondadoso, de ninguna manera permitiría que existiera el mal en el mundo. Pero, ¿cómo es posible, entonces, la existencia del mal en el mundo? Lo que Santo Tomás nos quiere decir es que el mal no tiene, como el bien, existencia sustancial; no existe por sí mismo. Lo único que fue creado por Dios es el bien; mientras que el mal, que no fue creado por Dios, es solo una privación o ausencia de bien.
La Segunda Objeción: ¿Es Dios Necesario si la Naturaleza y la Razón Humana Explican los Fenómenos?
En cuanto a la segunda objeción por la que parecería que Dios no existe, se argumenta que la razón de la existencia de todo cuanto existe no se encontraría en Dios, sino que los seres naturales serían producto de la naturaleza misma. De modo que sería necesario que alguien la dirigiera, y el ser que la dirige es Dios. Pero, entonces, ¿son los actos humanos producto exclusivo de la razón y la voluntad del hombre, de modo que no es necesario recurrir a Dios para explicarlos?
Respuesta Tomista a la Segunda Objeción: La Causa Superior y la Permisión Divina del Mal
La segunda respuesta que Santo Tomás ofrece a esta objeción es que también lo hecho a propósito (es decir, por una causa intrínseca y no por azar) tendría una causa superior, que no es ni la razón ni la voluntad humana, puesto que estas también son imperfectas y contingentes, y por tanto, remiten a una causa primera incausada. Aunque Dios creó al ser humano dotándolo de conciencia y libertad, y lo dirigió, como al resto de las criaturas, hacia la búsqueda del bien, el ser humano es imperfecto, como cualquier ser del mundo material. Por tanto, no es omnisciente y, en muchos casos, aunque su intención sea obrar el bien, se equivoca y acaba cometiendo el mal. Con lo cual, podemos concluir que Dios no desea que exista el mal y orienta al ser humano hacia el bien, pero permite que el mal ocurra con el fin de obtener de él un bien mayor.
Contextualización de los Argumentos en la Obra de Tomás de Aquino
La Suma Teológica y Otros Escritos Relevantes
Los argumentos presentados se enmarcan principalmente en la Suma Teológica (Summa Theologiae), la obra cumbre de Tomás de Aquino. Esta magna obra se divide en tres partes principales:
- La primera parte (Prima Pars): Trata de Dios (su existencia, naturaleza, atributos), la creación del mundo por Dios y la naturaleza de las criaturas (ángeles, hombre, universo material).
- La segunda parte (Secunda Pars): Se ocupa del movimiento de la criatura racional (el ser humano) hacia Dios, es decir, de la moralidad, los actos humanos, las pasiones, los hábitos, las virtudes, los vicios, la ley y la gracia. Se subdivide en:
- Prima Secundae (I-II): Trata de los principios generales de la moralidad y el fin último del hombre (la bienaventuranza).
- Secunda Secundae (II-II): Examina en particular las virtudes teologales (fe, esperanza, caridad) y cardinales (prudencia, justicia, fortaleza, templanza), así como los vicios opuestos y los diferentes estados de vida.
- La tercera parte (Tertia Pars): Aborda a Jesucristo como camino del hombre hacia Dios, tratando sobre la Encarnación del Verbo, la vida y obra de Cristo, los sacramentos y la vida eterna (esta parte quedó inconclusa por la muerte de Tomás y fue completada por sus discípulos con el llamado Supplementum Tertiae Partis).
Cada parte se divide en cuestiones (quaestiones), y cada cuestión se subdivide en artículos (articuli). Cada artículo sigue una estructura dialéctica: se plantean objeciones (videtur quod non), se presenta un argumento de autoridad en sentido contrario (sed contra), se ofrece el cuerpo de la respuesta doctrinal del autor (respondeo dicendum), y finalmente se responden una por una las objeciones iniciales.
El resto de las obras de Tomás de Aquino también se encuentran relacionadas, en parte, con la filosofía y, de manera fundamental, con la teología. Destacan entre ellas:
- Sus Comentarios a las Sagradas Escrituras (por ejemplo, a los Evangelios, a las Epístolas Paulinas).
- Comentarios a las obras de Aristóteles (como Sobre el alma, Ética a Nicómaco, Metafísica, Física).
- Cuestiones disputadas (Quaestiones disputatae, como De Veritate, De Potentia Dei, De Malo) y Cuestiones quodlibetales (Quaestiones de quolibet), que recogen debates académicos sobre diversos problemas filosóficos y teológicos.
- Y, especialmente, su segunda obra sistemática en importancia, la Suma contra Gentiles (Summa contra Gentiles o Liber de veritate catholicae Fidei contra errores infidelium), donde se esfuerza por demostrar la verdad de la fe cristiana y refutar los errores contrarios, dirigiéndose tanto a creyentes como a no creyentes (a quienes en el contexto de la obra se refiere como “gentiles”, término que englobaba a “musulmanes, judíos y paganos”).