San Lorenzo de Florencia: Arquitectura Renacentista y el Legado Médici
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Ficha Técnica: Basílica de San Lorenzo
- Denominación: Iglesia de San Lorenzo
- Arquitecto: Brunelleschi
- Cronología: 1421-1470
- Tipología: Iglesia
- Cliente: Familia Médici
- Estilo: Renacentista (Quattrocento)
- Materiales: Piedra y mármol
- Localización: Florencia
2. Contexto Histórico y Artístico
2.1. Contexto histórico general
A inicios del siglo XV, Italia y Flandes son los dos principales focos de actividad económica en Europa. En ambos se asiste al auge del capitalismo comercial, administrado por las nuevas élites urbanas. Esta alta burguesía, enriquecida por el comercio, alcanza un destacado nivel cultural y se interesa por el esplendor de las artes. Hubo, pues, dinero abundante para los encargos artísticos, sobre todo gracias a los numerosos mecenas de las artes. La arquitectura civil (palacios) alcanza una importancia que jamás tuvo en la Edad Media.
Italia nunca había olvidado del todo la cultura clásica, pues los monumentos romanos y el recuerdo de su esplendor estaban más presentes allí que en ningún otro sitio. Pero ahora se asiste a un entusiasta redescubrimiento, al percibirse que en el mundo clásico están las respuestas que reclama la nueva sociedad emergente. Un universo cultural más antropocéntrico y menos teocéntrico empieza a abrirse camino. Los artistas se inspiran en los modelos clásicos para sus obras. Pero cambian menos de lo que ellos mismos creen: la tradición gótica sigue teniendo también una influencia determinante.
El descubrimiento de la imprenta en 1448 amplificó esta nueva expresión cultural y artística e hizo posible que en el siglo XVI se difundiera por toda Europa.
2.2. Contexto artístico
Florencia, bajo el dominio de los Médici, era el centro artístico de Italia y de Europa. Obras comenzadas en el siglo XIV, de estilo gótico, que estaban inacabadas debido a la crisis originada por la peste de 1348. Estas obras, con el apoyo económico de las autoridades, de las familias poderosas y de los gremios, fueron terminadas por arquitectos como Brunelleschi, Donatello y Ghiberti, quienes se hicieron famosos gracias a ellas, dotando a la ciudad de una personalidad clasicista.
2.3. El Arquitecto: Filippo Brunelleschi
Filippo di Ser Brunellesco Lapi, conocido como Filippo Brunelleschi (1377-1446), fue el gran arquitecto florentino del Renacimiento italiano. Sus obras más famosas se encuentran todas en Florencia. Su obra maestra es la alta cúpula de base octogonal del Duomo (catedral de Santa Maria del Fiore), terminada en 1434, la primera cúpula destacable erigida en Italia desde la Antigüedad.
Brunelleschi comenzó como escultor en un taller florentino y era miembro del gremio de los orfebres. En el concurso para la adjudicación del segundo par de puertas para el Baptisterio de Florencia, compitió con Ghiberti, quien llevó a cabo la famosa "Porta del Paradís". Parece que habría trabajado en Roma con su amigo Donatello. Sus vastos intereses comprendían desde las matemáticas y la ingeniería hasta el estudio de los monumentos antiguos. Fue él quien realizó las primeras pruebas con la perspectiva en el campo de la pintura; inventó ingenios hidráulicos y elaboró relojes, ninguno de los cuales ha sobrevivido hasta nuestros días. Por encima de todo, Brunelleschi será recordado como el arquitecto que estableció los nuevos cánones clásicos de los ritmos serenos, la geometría clara y precisa y la simetría, a menudo usando los materiales más sencillos: la pietra serena gris y el estuco.
El Encargo
Fue un encargo de la familia Médici en 1418. Las obras del edificio fueron realizadas sobre una de las iglesias medievales más antiguas de Florencia. El banquero Giovanni di Bicci de Médici, abuelo de Lorenzo el Magnífico, decidió transformar el pequeño templo en capilla de la familia. Las obras comenzaron en 1421 con la Sacristía Vieja, se suspendieron en 1422 y, en 1447, después de la muerte de Brunelleschi, las reanudó Manetti y se terminaron en 1479.
3. Estilo Renacentista
- El Renacimiento rompe con el estilo precedente, tomando como modelo el de la antigua Roma. El Renacimiento vuelve a emplear los elementos constructivos y decorativos clásicos, aunque con total libertad.
- En la estructura y en las plantas se busca la unidad espacial.
- El muro recupera su función sustentadora, que había desaparecido en la arquitectura gótica, aunque siempre aparece revestido por una vistosa decoración.
- Se recuperan los órdenes clásicos.
- En las iglesias, se fusionan la planta centralizada y la planta basilical, que responde más a las necesidades de la liturgia. Para lograr la síntesis, se fusionan ambas formas y así, al cuerpo longitudinal, se le añade una cabecera de planta centralizada presidida por una cúpula.
- Se construyen también palacios urbanos, villas o mansiones campestres (Villa Capra de Palladio).
4. Estructura, Espacio y Forma
La antigua Roma proporcionaba modelos para diferentes tipos de edificios, pero no para las iglesias. Así que los renacentistas solo disponían del modelo medieval (aunque originado ya a finales del Imperio Romano) de planta basilical de diseño longitudinal. Sobre este esquema tradicional, Brunelleschi trató de integrar algunos valores de la Antigüedad clásica. De las primeras basílicas cristianas recupera la cubierta arquitrabada y el techo artesonado.
A los arquitectos renacentistas les encantaban los edificios de planta centralizada por la sensación de orden, plenitud y perfección que transmitían, pero no se decidieron a utilizarlos para sus iglesias. En cambio, sí se trató de crear en ellas un espacio lo más amplio, ordenado y unitario posible, respetando el esquema de estructura longitudinal. La iglesia de San Lorenzo se desarrolla a partir de un módulo básico, lo que permite que todos los elementos se integren en un sistema de proporciones.
4.1. Estructura
Presenta una planta basilical de tres naves con un amplio transepto en la cabecera y un pequeño cimborrio que cubre el crucero, proporcionando luz del exterior. Las naves laterales, más bajas, permiten amplios ventanales que iluminan la nave central. La cubierta es arquitrabada, de manera que el muro que la sostiene es relativamente delgado, ya que no sufre presiones laterales. Los arcos formeros son de medio punto y las naves laterales están cubiertas por bóvedas vaídas. El interior de San Lorenzo muestra un espacio ordenado que permite visualizar perfectamente la perspectiva. La disposición bicromática permite visualizar este orden. Los espacios y dimensiones están diseñados con un orden matemático perfecto; casi todas las dimensiones surgen de un módulo básico, identificado con el ancho de la nave lateral. Hay columnas corintias con cimacios y pilastras corintias; el entablamento ayuda a visualizar el punto de fuga.
4.2. Espacios y Formas
Planta basilical, con un breve transepto junto a la cabecera de la iglesia y un pequeño cimborrio sobre el crucero.
A ambos lados del transepto se ubican dos capillas de gran fama: la Sacristía Vieja de Brunelleschi y las "Capillas Mediceas" de Miguel Ángel. Más tarde, ya en el Barroco, se construyó detrás del altar la Sacristía Nueva, mucho más grande, pero de menor interés arquitectónico.
Junto a la iglesia se construyó el Claustro, también obra de Brunelleschi. Ya en el Cinquecento, Miguel Ángel construyó la Biblioteca Laurenciana, famosa sobre todo por la escalera de acceso, obra maestra de la arquitectura.
La iglesia consta de tres naves, la central de doble anchura. Junto a cada uno de los tramos de las naves laterales se ubica una pequeña capilla.
b) Fachada
El exterior es de gran sobriedad e incluso de cierta pobreza artística. La arquitectura del Quattrocento se desinteresa del aspecto exterior, con excepción de la fachada, donde se concentra todo el interés. Son fachadas enteramente planas sin disposición en profundidad. De todos modos, la de San Lorenzo no se llegó a construir nunca, a pesar de que llegó a haber un proyecto de Miguel Ángel.
c) Espacios Interiores
La iglesia de San Lorenzo se desarrolla a partir de un módulo básico, lo que permite que todos los elementos se integren en un sistema de proporciones. Si tomamos el ancho de la nave lateral como la unidad básica (=1), la profundidad de las capillas es 0,5, el ancho de la nave central es 2, la altura de la columna es 1, el radio del arco es 0,5 y el entablamento se encuentra a una altura de 2. El techo es artesonado, con artesones que reflejan la disposición de las vigas y contribuyen a la organización ortogonal del espacio.
Arcos formeros de medio punto separan las naves entre sí. De este modo se recupera el arco característico del Imperio Romano -el arco de medio punto- que había caído en desuso en el estilo gótico. Arcos y columnas recuperan el sistema de proporciones precisas que se había utilizado en Grecia y Roma y se había abandonado en la Edad Media. Las columnas son de orden corintio y sobre ellas se ubica un cimacio que les permite ganar altura, haciéndolas más estilizadas. Sobre ellas, un elegante entablamento unifica el conjunto -evitando la disposición excesivamente modular- y subraya claramente la perspectiva. En un edificio quattrocentista la ordenación del espacio, a través de la ortogonalidad de sus tres dimensiones, es la tarea primordial. En San Lorenzo, Brunelleschi consigue visualizar claramente ese espacio utilizando los recursos de la perspectiva lineal. Este sistema de perspectiva lo había descubierto él mismo para la pintura (1418), poco antes de diseñar este edificio. Los tonos blanco y gris utilizados permiten visualizar las líneas de modo que se subraye la perspectiva lineal. Así, todas las líneas parecen converger en un punto de fuga, identificado con el altar.
5. Función y Significado
5.2. Entorno e integración urbanística
Plaza con mayor perspectiva.
5.3. Función
Función litúrgica del edificio.
5.4. Significado
Iglesia parroquial donde se celebraban actos litúrgicos cristianos. Está configurada sistemáticamente alrededor de un eje principal que va de la entrada al altar, configurado como camino hacia Dios. Las capillas laterales permitían atender a diversas devociones. La sobriedad decorativa busca también distanciarse de la escultura y la pintura, más ornamentales, y propone la arquitectura como un arte autónomo, con valores propios. Las iglesias renacentistas recuperan la medida humana de la nueva sociedad.