San Agustín: Libre Albedrío, el Origen del Mal y la Complementariedad de Razón y Fe

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De Libero Arbitrio: Una Exploración Agustiniana

La obra De Libero Arbitrio consta de tres libros, escritos en periodos sucesivos. En esta obra, San Agustín utiliza el método del diálogo al estilo platónico como modo de argumentación y búsqueda de la verdad. Inspirado en el método platónico, quien hace de Sócrates es ahora San Agustín, que dialoga con su amigo o discípulo Evodio, sobre el enigma de la libertad como causa del mal. La pregunta clave que atraviesa todo el libro es: ¿Cómo puede Dios, el sumo bien, permitir el mal, al dotar al ser humano de la posibilidad de pecar e ir contra Él, por medio de su libertad? A Evodio parece irritarle que Dios haya querido crearnos libres sabiendo que por nuestra libertad podíamos hacer el bien, pero también el mal; es decir, que por esta libertad existe el mal en el mundo. San Agustín establece a lo largo de la obra la grandeza y bondad de Dios y la justicia divina como aquella que juzga los actos libres. Si no hubiera libertad, no habría ni justicia ni moralidad. Si hay libertad, existe responsabilidad, y si alguien es responsable, entonces puede merecer premio o castigo.

A lo largo de toda la obra, San Agustín nos irá convenciendo de su tesis, pero siempre con la premisa de que la razón no puede ir nunca contra la fe: en caso de duda, el argumento de autoridad y la palabra de Dios son el criterio último de verdad.

Ideas Centrales del Fragmento

1. El Problema del Mal

  • Es uno de los desafíos más complejos de su filosofía y teología. La cuestión central de este problema es: ¿Cómo puede existir un Dios perfecto si hay mal y sufrimiento en el mundo?
  • San Agustín sostiene que el mal no es una entidad creada por Dios, sino una privación del bien. Por ejemplo, al igual que la oscuridad es la falta de luz, Dios creó todo bueno, pero cuando algo se aparta de su propósito original o se corrompe, surge el mal. Por lo tanto, el mal no tiene existencia propia.
  • San Agustín afirma que el mal moral es consecuencia del libre albedrío, otorgado por Dios a los seres humanos. Dios creó a los hombres libres para elegir entre el bien y el mal. Esta libertad es esencial para que exista el verdadero amor y la virtud. El mal surge cuando los seres humanos eligen actuar en contra de la voluntad de Dios. Por lo tanto, el mal es la responsabilidad de los hombres, no de Dios.
  • San Agustín sostiene que Dios permite el mal con un propósito mayor. Este propósito va más allá de nuestra comprensión, pero todo lo que ocurre está bajo la providencia de Dios. Todo lo que ocurre es parte de su plan divino.
  • Esta perspectiva ofrece una visión donde el mal no contradice la existencia de un Dios omnipotente y bueno, sino que se integra en una comprensión más profunda del amor divino y la libertad humana.

2. Relación entre Razón y Fe

San Agustín percibe la razón y la fe como complementarias en la búsqueda de la felicidad. La razón ayuda a comprender la fe y a demostrar su validez, mientras que la fe guía e ilumina la razón. Sin la fe, la razón queda limitada, y sin la razón, la fe no puede profundizarse.

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