San Agustín: Conocimiento de la Verdad, Dios y la Esencia del Ser Humano

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**El Conocimiento de la Verdad**

La filosofía, como continua búsqueda de la verdad, nos guía en la práctica del bien para conseguir la felicidad. Solo existe una verdad y se puede acceder a ella por dos caminos: **razón** y **filosofía** nos acercan parcialmente, pero la **fe** nos la da a conocer en plenitud. La fe purifica la inteligencia y la conduce al conocimiento de las cosas inteligibles. La razón ayuda a profundizar la fe y proclama su credibilidad.

San Agustín afirma que es posible alcanzar certeza en el conocimiento de la verdad en la convicción de la propia existencia (no podría dudar si no existiera). No es posible dudar de la certeza de los principios del conocimiento, como el **principio de no contradicción**. Da certeza a las verdades matemáticas o lo que conocemos por los sentidos.

**Dos Tipos de Conocimiento**

  • Sensible: Grado inferior del conocimiento (por el alma). Acción de los cuerpos sobre los sentidos.
  • Racional: Nivel más alto del conocimiento. Dos tipos:
    • Inferior (ciencia): Objeto: cosas sensibles y temporales. Producido por el alma, conoce y juzga lo material a través de impresiones (sentidos).
    • Superior (sabiduría): auténtico conocimiento filosófico. Objeto: verdades eternas, ideas universales y necesarias. Comprender la esencia de las cosas y contemplación es igual a conocimiento de Dios.

Las verdades eternas exceden la razón superior; interviene Dios (iluminación divina). Dios es como el sol que ilumina la inteligencia. Verdades eternas: Dios y alma humana.

**Dios**

Dios es la verdad y la felicidad a la que aspira el ser humano, que con la gracia se alcanzará en otra vida.

**Argumentos que Prueban la Existencia de Dios**

  • Por el Orden y Belleza del Mundo: El universo no se ha hecho a sí mismo. Si preguntamos a las cosas, nos hablan de Dios. Cuerpos (cambian en espacio y tiempo) y almas (cambian en tiempo) nos elevamos hacia un ser superior inmutable.
  • Por las Ideas o Verdades Eternas que Encontramos en Nuestra Mente: Solo pueden provenir de Dios, que es eterno e invariable.

**Atributos de Dios**

  • Inmutable: siempre es el mismo.
  • Perfección Pura: no se le puede añadir ni quitar nada.
  • Bien Sumo: bien no restringido de donde procede todo bien.
  • Absolutamente Simple: no tiene composición ni partes.
  • Uno y Único: un solo Dios, principio de todas las cosas.

**Creación**

Dios creó todo a partir de la nada, libremente, con las ideas de la inteligencia divina. Esencias o cosas son ejemplares en la mente divina.

**El Ser Humano**

El hombre es, según San Agustín, un alma que se sirve de un cuerpo. Concibe al hombre bajo dos aspectos: a) como una sustancia completa, sujeta y acabada, sujeto de atribución de operaciones inmanentes y transeúntes; y b) como problema filosófico (unidad frente a dualidad). En esta última cuestión se muestra fuertemente influido por el neoplatonismo. Para San Agustín, el alma es una sustancia racional completa, dotada de todas las virtualidades necesarias para gobernar el cuerpo, que tiene por fin la unión con Dios. Pero si el cuerpo, por su parte, es también sustancia completa, ¿cómo explicar entonces la unidad del hombre? Para explicar esto, San Agustín depende mucho de las doctrinas de Platón y de los neoplatónicos.

**El Mal y la Libertad**

La “Esencia plena” o Dios es el Bien. Las perfecciones de las criaturas no son más que participaciones del Bien. En consecuencia, por la creación, toda la realidad es buena en la medida en que es. El **mal**, pues, no ha sido creado por Dios. Sin embargo, existe. Por lo tanto, no puede consistir más que en la privación de la perfección debida. Estas dos identificaciones: del ser con el bien, y del mal con la privación del bien, las encontraremos, a partir de San Agustín, repetidas frecuentemente por los pensadores medievales.

Para San Agustín hay dos clases de males: los **males físicos** o naturales no son propiamente males, sino privaciones queridas por Dios en vistas del bien total del universo. En cambio, el único mal verdadero es el **mal moral**, el pecado, que procede de la libre voluntad de las criaturas racionales. Entonces, ¿es mala la voluntad libre? La respuesta de San Agustín es clara: la voluntad humana, considerada en sí misma, es buena, y el libre albedrío, considerado en sí mismo, es un bien y es condición para alcanzar la felicidad; sin embargo, la voluntad creada es falible, se puede equivocar, y el ejercicio del libre albedrío comporta el riesgo del pecado.

Primacía de la voluntad libre. Ley eterna es igual a la voluntad de Dios, que es igual a la verdadera felicidad de amar a Dios.

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